Para Anna, este viernes será un día para el recuerdo: celebra que, después de seis meses, ha podido inscribirse en el Colegio de Médicos de Bizkaia. A priori, este hecho no sería meritorio de ser noticia si no fuera por el recorrido personal que va detrás de él. Esta mujer tiene 32 años, Smolova es su apellido y hace seis meses que llegó a Bilbao con su hijo de seis años. Colegiarse no ha sido fácil, porque los documentos que permitían la homologación de su título se quedaron en su casa, Ucrania, al huir de la guerra.
“Espero ejercer en un corto plazo como médico, aunque se que la búsqueda de un trabajo no me va a resultar fácil”, afirmaba, en un más que fluido castellano esta mañana. Ella y su hijo fueron acogidos por una familia vasca. Desde el 21 de julio, trabaja como auxiliar de farmacia.
Anna Smolova junto a Inna Lavrinenko y Denis Korolev son tres de las 65 personas de origen ucraniano que han logrado ser contratadas en Bizkaia con el apoyo de un programa de empleo en el que participan UcraniaSOS y la Diputación Foral. Han querido compartir sus experiencias, tanto vitales como personales, esta mañana junto a la Diputada Foral de Empleo Inclusión Social e Igualdad, Teresa Laespada, en una visita a las Torres Isozaki, lugar donde se realizan algunas actividades de coordinación y formación de este proyecto.
Este programa, que lleva medio año de andadura aproximadamente, acompaña a 273 personas desde su inicio. De las 65 contrataciones que se han conseguido en este recorrido, 20 son de carácter indefinido. Además, se ha contactado con 81 empresas y se han concertado un total de 85 entrevistas. "La gran parte de personas que han migrado son mujeres con hijos. Imaginaos a alguien que tiene que cuidar de otra persona en un país donde no tiene red de contactos, no habla el idioma, se tiene que preocupar de escolarizar a los pequeños, además de cuestiones básicas como la comida, buscar trabajo e intentar lograr un sitio donde vivir", señalaba Kateryna Kaminska, colaboradora de la Asociación.
Denis Korolev llegó a Bilbao sabiendo decir 'Hola'. Reconoce que se le da mejor el inglés, pero "le encanta hablar". Vino con su mujer y su hijo, que nació el 22 de febrero de este año, dos días después de que empezara el conflicto. Decidieron migrar a Bizkaia porque aquí residía la hermana de su mujer, pero como ha dejado claro hoy "el alquiler no se puede pagar si no tienes trabajo". Acudió a la asociación y "conseguí empleo súper rápido, antes era barman en mi país y ahora he podido seguir en la hostelería".
Por su parte, Inna Lavrinenko ha reiterado su agradecimiento a la familia vasca que le acogió "fueron muy amables y tenían animales, lo que ha sido un antidepresivo para mí que me ha ayudado mucho". Trabaja desde el mes de junio, por lo que pudo alquilar un piso e independizarse gracias "al apoyo de UcraniaSOS", según ha subrayado.
Laespada ha recalcado que "las instituciones tienen que actuar con planes sostenidos, en colaboración con las entidades con mejores capacidades de actuación". La diputada ha añadido que "la respuesta que damos desde el Departamento Foral de Empleo, Inclusión Social e Igualdad a través de una alianza con UcraniaSOS es una apuesta por una inclusión completa que incluya la clave fundamental del empleo".