Los resultados de una nueva encuesta de la Academia Europea de Dermatología y Venereología (EADV), presentada en el Simposio de primavera de la organización, han puesto de manifiesto que el 1,71 por ciento de la población general europea adulta informó tener cáncer de piel, lo que significa que se estima que unos 7.304.000 europeos padecen la enfermedad.
Los datos de la encuesta también muestran que la revisión de un lunar o de cáncer de piel fue la principal razón por la que los pacientes consultaron a un dermatólogo en los últimos 12 meses, con más de una quinta parte (22,3%) de las citas realizadas con un especialista de la piel para revisar un lunar o una lesión.
De las personas encuestadas, el 0,6 por ciento informó un diagnóstico de melanoma, la forma más mortal de cáncer de piel. Sin embargo, los carcinomas de queratinocitos, que incluyen carcinomas de células basocelulares y de células escamosas, son, con mucho, los más extendidos de todos los cánceres y los que aumentan más rápidamente, y se espera que la incidencia aumente en más del 40 por ciento hasta 2040.
"El cáncer de piel forma parte del 40 por ciento de los cánceres que son prevenibles y cuya incidencia podríamos reducir considerablemente si brindáramos una educación más constante y generalizada a la población. Esto debería ser complementario a un marco regulatorio y de políticas adecuado para reducir la incidencia del cáncer de piel y evitar que se convierta en un desafío importante para los sistemas de salud", han dicho desde la organización.
Casi la mitad de las personas encuestadas (46,6%) que informaron al menos un cáncer de piel dijeron sentirse 'moderadamente o extremadamente ansiosos y deprimidos', siendo la ansiedad y el miedo a las cicatrices quirúrgicas, la muerte y la metástasis la principal razón de una alteración en la calidad de vida.
Mientras que casi la mitad de los pacientes dijeron que hubo un impacto negativo en su vida personal, casi tres de cada cinco dijeron que se vieron afectados en su vida profesional. El mayor resultado fue un cambio de horario o alteración de la actividad profesional, pero el 22,6% dijo que no consiguió el trabajo esperado y el 31,3 por ciento rechazó una oferta profesional.