Más Magnus Cort

A Estrada, tierra pisada, es un cruce de dos sendas del Camino de Santiago. Un crucero en el que confluía los peregrinos y los arrieros. De sur a norte subía un camino desde Tierra de Montes, Orense y Portugal y del este a oeste, desde tierras del Deza, Trasdeza y el interior de Galicia.

En esa intersección se entronizó el líder. Tierra de Magnus Cort Nielsen, de nuevo vencedor tras estrenarse en Portugal. Siguiendo la ruta del camino encontró otra victoria. El logro del danés tuvo más suspense, no tanto en su resolución, impecable, como en la trama.

El líder se quedó colgado de la percha de la impotencia en las rampas del último puerto. Aunque deshilachado, no se rompió. Mantuvo unos hilos que le alcanzaron para remendar su bandera en una llegada que dominó por completo para sumar su victoria número 33. Reprodujo el danés el patrón empleado en Matosinhos para someter a Marcellusi y a Carlos Canal, que no pudo ser profeta en su tierra.

Arrancó con enorme potencia el bigotudo danés y fijó con más fuerza sus piernas en la corona de la carrera. Ha ganado una veintena de segundos con las dos bonificaciones de sus triunfos. Dos de dos para Cort Nielsen.

Plena su efectividad en O Gran Camiño, donde se habla danés. Vingegaard impuso esa tradición en 2023 y 2024, cuando además de las generales, sumó seis etapas. Cort Nielsen continúa esa dinámica tras dos victorias en dos días.

Ander Okamika, durante la fuga Burgos-BH / Sprint Cycling

La fuga de Okamika

En la escapada del día Ander Okamika lucía el maillot de la montaña en su peregrinación por las carreteras secundarias, las vías que perfilan en buena medida la personalidad del paisaje de Pontevedra. Junto a Okamika, con el macuto de las aventuras a cuestas, viajaban Daumas y Sagrado en la segunda jornada de O Gran Camiño.

La capota gris de los días nubosos cubría la cúpula celeste como un manto de melancolía. Intacto el espíritu de las clásicas, Okamika, siempre intrépido, enfocó el esfuerzo en rentabilizar los altos del recorrido para tejer con kevlar el maillot de la montaña.

Esa era su misión en una terreno oscilante, sinuoso y quebrado. Se aseguró el saludo desde el podio al final del día. No es poca cosa para los más humildes. El vizcaino acumuló un montón de kilómetros de metraje atravesando el paisaje verde en el que parpadeaban desperdigadas las casas.

En el portal de entrada al Alto de San Vicenzo, Sagrado y Okamika tuvieron que rendirse. Sellaron su adiós con un apretón de manos. Se acabaron los buenos modales en cuanto la carretera se puso bronca y cruzó una mirada hostil. Okamika desconectó.

Ataque de Derek Gee

Se estrechó la carretera, que giró hacia el calvario cuando Derek Gee taló el bosque de piernas que aún iban conjuntadas. El canadiense presionó. A Magnus Cort se le cortó la respiración, jadeante.

El líder palidecía en una subida violenta, con rampas por encima del 10%. Gee se llevó consigo la cordada de los mejores: Cepeda, Rochas, Piganzoli, Vansevenant y Kron, vigilante, a modo de lastre.

Gee pasó revista y convenció al resto para que colaboraran. Disponían de una decena de segundos en la bisagra de la cima. La brecha era escasa y Magnus Cort, flemático, sin entrar en pánico, reunió a los suyos para remendar el desgarro durante el descenso.

Magnus Cort, más líder. O Gran Camiño / Sprint Cycling

Las cuestas evidenciaron que el danés tiene un ángulo muerto por el que le pueden adelantar, pero faltaba dureza en el trazado para someterle del todo. El líder es un ciclista consistente.

Resistió y se reestableció a tiempo para mostrar su autoridad más adelante. Gee anunció sus intenciones, aunque no pudo emboscar al danés, que superado el momento de crisis, recuperó el color.

San Vicenzo cribó el volumen del grupo. Las rampas actuaron con la contundencia de un portero de discoteca con una lista de invitados en la mano.

Decomble trató de colarse, pero los forzudos del Uno-X le cerraron la puerta en la cara. Después pusieron la alfombra roja para que se paseara enérgico su jefe, el líder de O Gran Camino. Magno Cort Nielsen. Más Magnus.