El Athletic, por deméritos propios, se ha quedado sin red en la búsqueda de una séptima plaza que no le pertenece desde la noche del jueves. Después de morder el polvo en su visita a Osasuna y corroborar así un más que deficiente tramo final de temporada en el que solo ha sido capaz de sumar cuatro de los dieciocho últimos puntos en juego, los rojiblancos reciben esta tarde al Elche (19.00 horas, DAZN) en otro crucial compromiso sin margen para el error. Una derrota y un triunfo de Osasuna en feudo del Getafe, no en vano, dejaría a la tropa de Ernesto Valverde sin opciones matemáticas de alcanzar el cotizado billete para la próxima edición de la Conference League a falta de una jornada para la conclusión del campeonato.
Todo lo que no sea ganar al ya descendido, pero animoso cuadro ilicitano, despojado de tensiones clasificatorias en un último mes de competición en el que solo ha cedido en uno de los cinco partidos disputados y en el que, aviso a navegantes, enlaza a día de hoy tres encuentros consecutivos sin perder con dos empates y una victoria de por medio, significaría complicarse aún más una de por sí delicada existencia que amenaza un nuevo fracaso en el intento de volver a Europa. Ganar o ganar. No hay más. Llegados a este punto y con la visita de la próxima semana al Real Madrid como última estación del curso, el Athletic está obligado a no fallar por enésima vez. Lo hizo por partida doble en San Mamés frente a Sevilla y Betis, así como a domicilio en el insulso empate firmado en Mallorca y en la goleada sufrida a manos del Villarreal, por lo que no se admiten más borrones para poder celebrar a una semana vista una clasificación europea que no se saborea desde mayo de 2017.
Seis años han pasado desde entonces, cuando la victoria del Barcelona contra el Alavés en la final de Copa metió en las previas de la Europa League a los bilbainos como séptimos clasificados y Valverde, con la renovación firmada de antemano para la próxima campaña, vuelve a estar al frente de un equipo que lleva varias semanas dando síntomas de cierto agotamiento físico y, quién sabe, si mental. La presión de tener que concretar el asalto a Europa tras marcarlo como objetivo al inicio del curso está ahí y ha llegado, sin más dilación, la hora de dar la talla. No valen excusas, si bien es cierto que no por tener hoy enfrente al colista destacado de la categoría debe darse por hecho un triunfo que los rojiblancos tendrán que trabajarse sobre el verde.
No ayuda, en ese aspecto, la colección de bajas que presenta el colectivo, que encara el envite ante el Elche sin sus dos centrales titulares habituales y sin dos mediocentros de los que Valverde podría haber echado mano perfectamente en caso de estar disponibles. Iñigo Martínez, Yeray Álvarez, Dani García y Ander Herrera son los susodichos al asomar fuera de combate al igual que Jon Morcillo, lesionado de larga duración en un equipo que tiene una cuenta pendiente con San Mamés. A pesar de ganar al Celta de Vigo ocho días atrás, los números en ‘La Catedral’ resultan tan pobres como reveladores en la antesala del último encuentro de la temporada en casa. Con 27 puntos sumados de 54 posibles, el Athletic está a la cola de los equipos más solventes en campo propio, dato que el conjunto rojiblanco tratará de contrarrestar a costa de un Elche que solo ha ganado en una de sus veintitrés visitas ligueras a Bilbao.
Simón, a la portería
La alineación, sin pistas de Valverde en rueda de prensa, proyecta pocas dudas. En la portería es segura la vuelta a la titularidad de Unai Simón, suplente el jueves en El Sadar en beneficio de un desacertado Julen Agirrezabala. En defensa Valverde va con lo puesto, mientras que en la medular volverá Oihan Sancet y en el ataque es posible que Nico Williams no juegue de inicio debido a un proceso gripal.
Gorka Guruzeta, suplente en las tres últimas jornadas, completaría así la tripleta atacante en compañía del mayor de los Williams y Alex Berenguer en una cita de máxima presión.