Comparecencia urgente del todavía presidente valenciano, Carlos Mazón, a primerísima hora de la mañana del lunes. Algún iluso pensó que era para hacer caso por fin al inmenso clamor popular y anunciar su dimisión. Era estadísticamente probable que fuera para colocar su enésima versión sobre su paradero el día en que la DANA acabó con la vida de 225 personas. Pero no. Se trataba de humillarse en público ante Vox, su nuevo amo y señor.
#LaAlturaDeMirasDeVox
De rodillas ante Abascal
No en vano, el objeto de la alocución era dar a conocer un preacuerdo presupuestario con la formación de extrema derecha, que se aviene a dar oxígeno al político desahuciado a cambio de hacerle comulgar con lo más rancio de su ideario.

Después de arrodillarse ante el socio que lo dejó en la estacada, Mazón canturreó todo el credo ultra contra la inmigración y las políticas verdes. ¿Y qué piensa Génova de todo esto? Pues, según su portavoz más dicharachero, Borja Sémper, a Feijóo le parece muy bien.
#FelicitoAlSeñorMazón
El ganador se regodea
Ni media hora tardó el caudillín de Vox en salir a regodearse (o, más bien, refocilarse) ante la bajada de pantalones cósmica de quien desde ayer es su marioneta.
“Esa es la dirección correcta: enfrentarse sin complejos al Pacto Verde y a las políticas que favorecen la inmigración ilegal”, anotó Santiago Abascal en un mensaje en X que terminaba felicitando a Mazón por haberse plegado a sus exigencias.
#Boquete
Aquella frase premonitoria
En el flanco izquierdo imperaba la incredulidad. Parece imposible que Feijóo se lo ponga tan fácil. “El boquete en el casco del PP es de proporciones bíblicas, que diría M Punto Rajoy. ¡Qué dislate!”, se pitorreaba el ministro Óscar Puente.
Mientras, Compromís denunciaba que “Abascal se ha convertido en el ángel de la guarda de Mazón”. Y de propina, en las redes sociales resucitó una grabación de 2023 en la que, hablando sobre las posibilidades de lograr una mayoría absoluta, Mazón decía: “En el peor de los casos tendríamos que chupársela a uno de Vox, que vienen aquí a tocar los cojones”.