Miguel González (Valladolid, 1999) llegó al Baskonia en 2017 con un contrato para siete temporadas, convirtiéndose en una apuesta fuerte del conjunto gasteiztarra para el futuro. El prometedor alero, de hecho, no tardó en debutar con el primer equipo, con el que disputó 23 partidos en ACB y 14 en Euroliga entre 2017 y 2020. Sin embargo, no logró asentarse en una plantilla en la que la competencia es feroz y que hace pocas concesiones, lo que le llevó a marcharse cedido al Real Canoe en el curso 2020-21 para curtirse en la LEB Oro. En Madrid las cosas no salieron como esperaba, el equipo descendió y el Baskonia le buscó otra cesión para esta campaña, con el Força Lleida. En el conjunto catalán, afortunadamente, tanto él como el equipo están cuajando una excelente temporada. El canterano azulgrana, que promedia este curso 8,8 puntos en 27 minutos, analiza su trayectoria con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA desde su ciudad natal, a donde se ha desplazado aprovechando el parón por las ventanas FIBA.
¿Qué tal su aventura por Lleida?
–Muy bien, la verdad. Salta a la vista que tanto para el equipo como para mí está siendo un año muy bueno, lo ha sido desde el principio. Decían que éramos la sorpresa, el equipo revelación, pero ya nos hemos confirmado como uno de los equipos más fuertes de LEB Oro. Tenemos que seguir por el mismo camino y a ver qué sucede en los meses que quedan de competición.
Es una temporada muy diferente a la anterior, con el equipo metido en la pelea por el ascenso, ¿no?
–Sí, están siendo polos opuestos. Hablar del ascenso creo que todavía es hablar de algo muy grande. Nuestro objetivo tiene que ser centrarnos en el día a día, ir ganando partidos y ya veremos en mayo dónde estamos.
¿Qué le pasó en el Real Canoe?
–Bueno, no fue un año nada fácil, ni en lo personal ni en lo colectivo. A nivel colectivo no nos salían las cosas, no ganábamos partidos. Por momentos parecía que mejorábamos, pero las victorias no llegaban, y eso es lo que cuenta. Eso en una liga tan exigente como la LEB Oro pasa factura. Además, en el formato de la temporada pasada descendían cuatro equipos, por lo que la permanencia estaba más cara. En lo personal también lo considero un mal año, pero, por otro lado, aprendí muchas cosas. Este año la experiencia está siendo diferente y al final todo sirve para crecer y mejorar.
¿Cómo le han acogido en el club y en la ciudad?
–Estoy muy contento aquí. Desde el principio formamos un grupo muy bueno en el vestuario, tanto jugadores como entrenadores. Yo me he sentido muy a gusto, los resultados están acompañando y eso ayuda, claro. En cuanto a la ciudad, no me ha costado adaptarme. Al principio se me hacía un poco cuesta arriba cambiar de casa, pero ya tengo la experiencia de haber vivido en Vitoria y en Madrid y cada vez me adapto más rápido. Estos cambios, al fin y al cabo, son algo que va ligado a la vida del jugador del baloncesto.
Ser el jugador que más minutos disputa del equipo y tener la confianza del entrenador también ayudará...
–Sí, es algo que he sentido desde el primer encuentro. Quizás mis números no sean los más llamativos del equipo, pero el entrenador confía en mí para aportar en otros aspectos que igual no se ven reflejados en la estadística. No todo son puntos o rebotes, todo suma para ganar partidos y al final eso es lo que estamos haciendo.
¿Se ve volviendo al Baskonia la próxima temporada?
–Yo ahora estoy centrado en lo mío y en lo que está en mi mano, que es acabar bien la temporada con el Lleida. Luego en verano ya hablará conmigo el club y habrá que ver cómo construye la plantilla. Quiero terminar bien el curso, que lo estoy disfrutando mucho, e intentar ayudar al equipo a acabar lo más arriba posible y, quién sabe, tal vez pelear por objetivos mayores.
¿Está más preparado para dar el salto a la ACB que cuando tuvo oportunidades hace unos años?
–Cuando estuve en el Baskonia también me veía preparado. Estuve entrenando y compitiendo con jugadores de muy alto nivel y me sentía bien. Desgraciadamente no tuve muchas oportunidades, pero si no las tuve será por algo también, así que estoy trabajando y acumulando minutos y experiencia, que es muy importante en los jugadores jóvenes y seguro que se notará en un futuro.
¿Se ve un año más en LEB Oro o le gustaría dar el salto a la ACB aunque sea con otro equipo?
–Yo lo que tengo claro es que quiero seguir jugando a baloncesto y en el máximo nivel posible. Como le decía, luego dependerá todo de los planes del Baskonia y las ofertas que lleguen de fuera.
Ha mejorado sus porcentajes en el lanzamiento exterior, que en el Canoe no fueron buenos, ¿es algo en lo que está trabajando para mejorar?
–Más que el tiro, para mí es muy importante el aspecto mental. El año pasado sufrí en lo psicológico y en la confianza, el equipo no ganaba partidos y yo en lo personal no estaba jugando bien, tuve porcentajes bastante malos y yo no me lo explicaba, porque esos tiros los suelo meter. Lo achaqué al tema mental, lo he trabajado y creo que este año se está notando, sin dejar de lado el trabajo físico e individual, claro. Todo es importante para rendir bien.
¿Qué le parecen los otros tres canteranos (Hanzlik, Cissoko y Savkov), que están en su misma situación?
–Yo los veo muy bien, la verdad. El año pasado lo hicieron genial en LEB Plata, lograron el ascenso y este año se han adaptado muy bien a la liga, que no es nada fácil, y prueba de ello fue mi primer año. A pesar de que no es uno de los mejores equipos, están compitiendo contra cualquier rival e incluso ganaron al Estudiantes y a nosotros en Lleida. Los tres están a muy buen nivel.
¿Se marca algún objetivo concreto de aquí a final de temporada?
–Hay que ir partido a partido, pero al final cuando te vas encontrando con más confianza y te ves arriba en la clasificación tu cabeza empieza a pensar por ejemplo en la Copa de LEB Oro. Si ganamos los dos partidos que tenemos pendientes nos clasificaríamos y es una competición bonita de jugar. También me encantaría jugar un play off de LEB Oro, nunca he disputado uno y seguro que se puede aprender mucho de esa tensión de las eliminatorias.