Después de un fabuloso paseo, Ibon Abad nos cuenta que le gusta el monte desde siempre: “Recuerdo que de pequeño realizábamos excursiones por la zona con amigos, y con mi abuela y mi padre hasta este Alto del Corral, una subida muy accesible desde Izarra”. Últimamente, Abad no sale al monte todo lo que quisiera, “pero tengo en mi haber casi todas las montañas importantes de Euskadi”, reconoce orgulloso.
¿Es el deporte importante en su vida?
Mucho, llevo haciendo deporte desde que tengo uso de razón. Empecé con baloncesto, luego todo tipo de artes marciales, y en 2009 me metí de lleno en los herri kirolak.
¿Y eso?
De casualidad. Fui un día a las federaciones para darme de alta y preguntar por el deporte de la piedra. Ese mismo día empecé y ahora soy el presidente de la escuela de levantamiento de piedra de Araba.
Ibon en Abecia
¿Cómo se ve este mundo milenario en esta sociedad tan moderna?
Las pruebas de herri kirolak están ligadas a cómo funcionaba el mundo antes, con apuestas, compra de ganado, etc... Me gusta aportar mi grano de arena en el club, con técnicas modernas de entrenamiento, pero siempre respetando las tradiciones.
Bombero, harrijasotzaile, conductor de autobús y ahora escritor, menuda mezcla.
Sí, pero todo tiene un ciclo. Dejé una vida en Donostia donde ya entonces escribir me sirvió de vía de escape. Dimitri, el personaje de mis libros, también es conductor de autobús, y aparece la ciudad de Donostia y, por supuesto, Gasteiz.
Y tendremos que cerrar el círculo, ¿no? ¿Qué podemos esperar?
Dimitri y Aiara llegarán a Bilbao, al de ahora y por supuesto al de la otra dimensión, como en Donostia/Galerna y Gasteiz/Vulcano. También estoy con la mente puesta en el thriller.