Cada 22 de diciembre, millones de ciudadanos esperan con expectación el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, donde un total de 2.520 millones de euros están en juego. El premio más codiciado, conocido como el 'Gordo', otorga 400.000 euros a cada décimo premiado, generando momentos de pura emoción, llantos y abrazos en hogares de todo el país. Sin embargo, tras la euforia, surgen las preguntas sobre las implicaciones legales y económicas de compartir un premio, especialmente si se está casado y cómo esta puede variar según la situación matrimonial.
Separación de bienes
Para aquellos que se encuentran en un régimen de separación de bienes, la cuestión de compartir un premio de lotería puede parecer sencilla. Si un cónyuge compra un décimo, teóricamente, el premio es completamente suyo. Esto quiere decir que el afortunado decide si quiere compartir el premio o no con su pareja. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la situación cambia sin el décimo es adquirido de manera conjunta, o si el dinero que se ha utilizado para comprar el décimo es de ambos.
¿Y si están casados en gananciales?
En el lado opuesto se encuentran los matrimonios bajo un régimen de gananciales. El artículo 1351 del Código Civil lo aclara: “Las ganancias obtenidas por cualquiera de los cónyuges en el juego o las procedentes de otras causas que eximan de la restitución pertenecerán a la sociedad de gananciales”. Esto significa que si el décimo fue adquirido con dinero de ambos, el premio se considera un bien ganancial y, por tanto, pertenece a los dos, sin importar quien lo compró.
Incluso si el décimo se adquirió con el dinero privado de uno de de los cónyuges, el premio seguirá siendo considerado como parte de la sociedad conyugal. Esta normal se aplica siempre que el décimo se haya comprado después de contraer matrimonio.
Un matrimonio que se encuentra en proceso de divorcio
La situación se complica aún más en el caso de un matrimonio que se encuentra en proceso de divorcio. Desde la presentación de la demanda hasta la resolución del juicio, puede pasar un tiempo considerable. Durante este periodo, el régimen de gananciales sigue vigente, lo que significa que el premio podría, en teoría, tener que dividirse entre ambos cónyuges.
No obstante, existe una posible salida si se puede demostrar que la pareja está separada. Para que esto sea válido, es necesario que se cumplan ciertos requisitos: debe haber un cese definitivo de la convivencia, y la separación debe ser prolongada.
Si se puede demostrar que la relación ha llegado a su fin de forma efectiva, el cónyuge que ganó el premio puede argumentar que no está obligado a compartirlo.