Mira hacia atrás y ve el largo recorrido de la Denominación en la que él ha participado, muy implicado, desde su puesta en marcha y se siente feliz.
¿Cómo se marcha?
–Feliz y contento porque he podido disfrutar del top después de 40 años y cuando acabe mi actividad profesional será alguno más. Pero estoy muy contento y para mi ha sido un honor y una gran satisfacción el poder compartir con todos los vocales del Consejo, por un lado, además de los de la Interprofesional, por otro, y los técnicos y trabajadores de la Casa, estos cuatro años, que han sido un poquito conflictivos en cuanto a las numerosas incidencias, pero satisfactorio en lo personal.
El Rioja ha seguido caminando, a pesar del tremendo reto que ha planteado la pandemia. ¿Qué valoración hace de las fortalezas de las dos instituciones, Interprofesional y Consejo?
–Más que valoración es el resultado, porque en un año como el que hemos tenido, en el que la crisis no solo ha afectado a Rioja, sino a todos los vinos de nuestro país y del mundo, a causa de la pandemia, Rioja terminó con bastante entereza el año, con unos resultados que, honestamente, no esperábamos alcanzar. Eso demuestra que estos casi cien años que tiene la Denominación ha hecho de Rioja una marca potente con credibilidad y notoriedad en el mundo.
¿Y la Interprofesional?
–La Interprofesional ha sido la guinda que reforzó lo que es la Denominación. En hacerla profesional, en el sentido de que los que participan son las asociaciones. Es una Denominación vertebrada totalmente, con un matiz fundamental, que quiero destacar, y es que es económicamente fuerte. Y en eso tenemos que seguir.
Era evidente el ruido que había desde algunos sectores antes de comenzar su mandato. ¿Cuáles han sido los remedios aplicados para transformar la situación?
–Yo creo que fundamentalmente ha sido el aplicar el sentido común. Mi forma de ser y actuar es siempre la cercanía, buscar la lealtad. Y el problema es discrepar, pero siempre desde esa lealtad. Eso, en esta casa, se permite hacer. ¿Qué pasa? Pues que cuando los temas se tratan en la mesa, dentro, las cosas salen bien. Y creo que a lo largo de estos cuatro años han sido más los éxitos que los fracasos.
¿Cuáles han sido esos momentos complicados?
–Hay que tener en cuenta que mi mandato empieza con una super-helada de mi santo patrón, San Prudencio, y luego se nos han ido juntando muchas cosas: el tema del Brexit, luego los aranceles y, por si fuera poco, la pandemia. Y aquí estamos. Creo que hemos terminado, afortunadamente, con un camino ya marcado de cara a tres o cuatro años con la aprobación que hicimos del Plan Estratégico y hay ya una línea marcada para seguir.
A estos problemas se añadirían los 'ruidos' que venían de antes por parte de algunos integrantes de la Denominación€
–Efectivamente, uno de los temas candentes, sobre todo en medios, porque dentro de la casa no había tanto jaleo, y reiterados en las reuniones, eran esos temas. Aquí se dio un paso adelante, pusimos en marcha todas las nuevas menciones que nos habíamos dado para diferenciar y eso permite hacer, dentro de cada Zona, dentro de cada municipio, lo que muchos aspiraban y que -también es cierto- que el mercado demandaba. Todo eso lo conseguimos poner en marcha. Es un tema que va costando, porque todo lo nuevo cuesta. Hay que tener en cuenta que desde el año 2017, cuando todo esto (viñedos singulares, vinos de zona y de municipio, tipografía€) se implementó para su funcionamiento, se trazaron los vinos y cuando vayan saliendo los crianzas, reservas y grandes reservas veremos su evolución.
Desarrollar el enoturismo en Rioja era uno de sus objetivos. ¿Se nota el avance a pesar de las dificultades del último año y medio?
–La verdad es que íbamos como un rayo. Terminamos el año 2019 con 860.000 visitantes, pero la pandemia la hemos notado mucho. Hemos estado prácticamente cerrados y se terminó con 200.000. La caída fue bestial, casi un 70 por ciento. Estamos convencido en que cuando las vacunas hagan su efecto y esto se normalice volveremos a coger velocidad de crucero otra vez. Uno de las zonas más importantes del país en cuanto a enoturismo es precisamente aquí, en Rioja.
Los visitantes no han podido salir de sus regiones por los confinamientos perimetrales, ¿ha favorecido, eso, el conocimiento de los recursos de cada zona por sus propios habitantes?
–Si, se ha notado muchísimo. Al tener las fronteras provinciales, por decirlo así, cerradas, los visitantes han sido los propios habitantes. A Rioja Alavesa han acudido muchas más personas de Vitoria, o los de Logroño se han acercado a los diferentes pueblos con bodegas. Esto ha sido general en todos los sitios. En nuestro caso, Rioja Alavesa, ha servido para que mucha gente conozca paisajes que antes muchos solo veían en las revistas o en el periódico.
Un tema siempre en candelero es el precio de las uvas. En una economía libre de mercado, ¿se puede establecer criterio desde la Interprofesional o el Consejo?, ¿desde un gobierno autónomo o central?
–Este es un tema en el que ni la Interprofesional, ni el Consejo pueden hacer nada. Lo que si es verdad es que desde Rioja, desde la Denominación de Origen Calificada, la promoción que hacemos para los contratos es la mejor manera de controlar esos temas. Creo, sinceramente, que la gente que haya realizado contrato vaya por debajo de precios. Creo que es imposible y tendría un gran problema, porque eso es denunciable. Lo único que podemos hacer es recomendar los contratos.
El hecho de que desde el Gobierno de La Rioja se hiciera público el estudio de costos y se reflejara por tanto un precio base, ¿sirvió para algo?
-Depende de cómo se vean las cosas. Lo cierto es que información hay, y cuando se dan unos datos son globales, medios y cada uno sabe lo que le cuestan las cosas. o importante es que se firmen contratos, y si son plurianuales, mejor.
Hay un empeño lógico en dignificar el precio del vino. ¿Daña ese trabajo encontrar en los lineales crianzas a dos o tres euros? ¿Qué se puede hacer desde las instituciones del Consejo?
–Es como lo de fijar precios al vino, tampoco se puede intervenir al ser un mercado de libre competencia. Lo que sí se puede hacer es incidir, poner el foco en esas situaciones, que realmente no son beneficiosas. El propio Plan Estratégico tiene una de sus líneas de actuación en torno a intensificar los controles en producto terminado. Estamos con un proyecto en marcha, de capacitación de todo el panel de análisis sensorial, algo que va más allá de las reuniones que celebramos para buscar la homogeneidad en los criterios y la cualificación básica de estos catadores, con lo cual son diferentes aproximaciones a buscar que el producto que se pone en el mercado, es un producto de la máxima calidad y al que se aplica el mismo criterio que al de la uva: no se puede vender por debajo de coste.
"Rioja terminó con bastante entereza el año, con unos resultados que, honestamente, no esperábamos alcanzar"
"En el tema del precio de las uvas, ni la Interprofesional del Vino, ni el Consejo Regulador pueden hacer nada. Sólo podemos recomendar"
"Es fácil ver a parejas que cuando van a coger un vino no se van al botón del móvil para orientarse en precio sino a vinos interesantes"
Además hay mecanismos para controlarlo€
–Claro. Estamos hablando de normativa nacional, de la existencia de una Agencia de Control Alimentario, que controla ese aspecto y atiende las denuncias en ese sentido. Por lo tanto, hay mecanismos para evitarlo, hay posibilidad de que el Consejo incida de una manera indirecta en buscar ese posicionamiento que sería ideal para nosotros. Todo debe ser lógica, sentido común y de lo que se trata es de hacer valer el trabajo y la relación mercantil de la gran mayoría de operadores y si hay 'francotiradores', apartarlos del circuito.
¿Veremos el fin de la 'venta a pérdidas' del vino?
–Lo que es bueno es que haya una sensibilidad para corregir las desviaciones que son excesivamente groseras. En el contexto actual, con la que está cayendo en todos los sectores, en la economía en general, empezar a calcular las centésimas no creo que sea el mejor momento. Creo que eso está pensado para cuando la economía funciona a niveles normales, no es una economía de supervivencia.
Buena parte del prestigio del Rioja descansa en un puñado de rostros anónimos: los técnicos, los catadores€ ¿Cómo presidente, que valoración le merece?
–Que no puedo por menos que manifestar mi agradecimiento a la constante dedicación y apoyo y destacar la enorme profesionalidad de todos los que hacen posible el Rioja, que hacen que Rioja sea esta gran marca presente en más de 125 países. Todos y cada uno de los integrantes del organismo en materias técnicas, jurídicas, promocional€ están muy implicados y gracias a ellos seguimos avanzando. Esos son de la casa, pero también están los que hacen posible que nuestro Rioja se venda en todo el mundo, como son las bodegas de todo tipo y tamaño, que están dotados de magníficos profesionales.
Aunque no sea en un porcentaje muy elevado, los Riojas crecen en Alimentación. ¿Es posible una mejor presencia en los lineales? ¿quiénes son sus compradores?
–Partimos de un año, con esto de la pandemia, donde Rioja ha estado muy bien posicionado. Cerraron los restaurantes, los bares y evidentemente la gente que iba a buscar el Rioja a la Alimentación. Esto ha supuesto un crecimiento en las ventas en torno a un 12 por ciento. Pero el sitio tradicional de mayor presencia del Rioja es fundamentalmente en la hostelería, donde por su calidad e imagen está presente. En cuanto a la gente, los 'milenial' ya están acercándose y es que estamos sacando unos productos que son muy atractivos para la gente joven. En cualquier caso, nuestra mayor presencia es en hostelería.
Pero durante la pandemia se ha notado mucho ese incremento de la venta en el comercio€
–La pandemia ha hecho que determinados hábitos, como las celebraciones, se lleven a cabo en el hogar. Lo normal es que las tendencias se muevan, pero en este caso parece que se va a mantener y ahí hay una oportunidad para ir mejorando nuestra posición en el canal de Alimentación, por cuanto el Rioja es líder en el segmento de vinos con Denominación de Origen y el consumidor tirará por estos vinos.
Por lo tanto ¿está aumentando el consumo de vino entre los jóvenes a pesar de la competencia que hace la cerveza?
–El consumo de vino en general ha caído en todo el mundo productor, como se ve en Francia, Italia y España. Pero es verdad que se tiende a unos vinos más caros y la gente joven está interesada en ellos. Es fácil ver a parejas que cuando van a coger un vino no se van al botón del móvil para orientarse en precio y se van a vinos de precios interesantes. Ya no van al lineal a agarrar el primer vino que pillan más baratito. Van buscando para esas celebraciones. Y se les ve cada vez más, es verdad.
¿Cómo contempla la polémica creada con Viñedos de Álava?
–Nosotros vamos haciendo lo que dijimos que íbamos a hacer, defender la unidad de la marca y su defensa en todos los sitios en los que fuese menester.
¿Cómo valora la iniciativa?
–La Denominación Rioja está en Rioja Alavesa y casualmente la parte de la comarca que quieren acoger Viñedos de Álava es la que está ya amparada por la Denominación Rioja.
¿Cómo se valora desde el Consejo las importantes tormentas de las últimas fechas?
–Con mucha preocupación. Si fuera agua que se pudiera aprovechar€, pero no, es agua que está haciendo daño y además nos puede traer unas consecuencias de calidad importantes y graves. Por eso lo vemos con preocupación. A ver si escampa y podemos estar tranquilos. Es verdad que tenemos grandes profesionales, pero no queremos tener una pandemia entre los viñedos.