Fue ‘sacrificado’ en 2015 para facilitar la construcción de la estación de Casco Viejo de la Línea 3 del metro que abastece a los barrios al norte de Bilbao. Fue una ofrenda a la movilidad sostenible, a la cohesión del territorio, a los nuevos tiempos… que ahora resucita en forma de edificio multifuncional con espacios de ocio comunitario, salas dedicadas al público infantil y juvenil y, por supuesto, un frontón que ha sido levantado en la última planta.
Todavía falta medio año, aproximadamente, para que el inmueble recupere su actividad diaria. El tiempo necesario para acondicionar las cinco plantas de esta particular infraestructura llamada a ser otro corazón de barrio. Porque más allá de la reluciente cancha -que llega hasta el cuadro 8- este nuevo equipamiento municipal tendrá un gaztegune (planta baja), una biblioteca infantil (primera planta) y un haurgune en la segunda planta.
Para las plantas tercera y cuarta se proyectan, entre otros, espacios destinados a actividades relacionadas con la pelota. Las áreas privadas y la sala de reuniones se situarán junto al muro de contención de la ladera de Mallona, han ilustrado fuentes municipales. “Hablamos de ladrillo, pero con mucho corazón porque cuando finalicen las obras previstas este nuevo equipamiento se llenará de vida”, ha resumido el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto.
En total, casi 1.300 metros cuadrados que serán acondicionados durante estos próximos meses, una vez que los trabajos ya han sido adjudicados. Teniendo en cuenta que las actividades previstas en este equipamiento de barrio están dirigidas a niños y adolescentes, se priorizará el empleo del color y de diferentes texturas para estimular la creatividad, la imaginación “y fomentar un aprendizaje dinámico mediante el juego”, han subrayado.