Los asiduos a las discotecas en los años 80 y 90 recordarán con entusiasmo lo que, por otra parte, fue un fenómeno más global que sonaba también en las cadenas de radio, el megamix.
Tras aquellas mezclas de los temas del momento estuvo el imperio discográfico creado por Ricardo Campoy y Miquel Degá que, literalmente, se hicieron de oro con la edición de los discos mezclados por disc-jockeys de primera fila de la época como Toni Peret, Mike Platinas, Josep María Castells, Quique Tejada o los conocidos hermanos Ten.
Unas cuantas décadas después, RTVE recupera, a través de su plataforma RTVE Play, toda aquella corriente musical con la serie documental Megamix brutal. Sus tres episodios, que según destaca la Corporación, “entrelazan con un estilo muy original y cuidado los testimonios de sus protagonistas y las recreaciones de los hechos que narran”.
El megamix era básicamente una sucesión de los estribillos de los éxitos del momento adornados con efectos que, vistos desde hoy, eran de lo más rudimentarios. Así, sonaban encadenadas canciones del llamado italo disco como Playboy o Let’s go to Sitges, el Duro de pelar de Rebeca, el Yo quiero bailar del dúo Sonia y Selena o el también veraniego Tu piel morena.
RTVE destaca que Megamix brutal “cuenta la historia de dos amigos que crearon un imperio discográfico en la Barcelona de los 80 y cómo las salvajes rivalidades en la industria de la música de baile española los llevaron al desastre”.
Revolución y caída
La serie recuerda como el pequeño sello discográfico, Max Music, revolucionó toda la industria. “Mientras la crítica los menospreciaba, batieron todos los récords de ventas, superando incluso a artistas como Julio Iglesias y provocando que las multinacionales exigieran listas separadas entre recopilatorios e intérpretes.
Protagonizaron el fenómeno cultural que hizo que el disc-jockey pasase de considerarse un simple “pinchadiscos” a ser tratado como figura mediática”. La serie documental que hoy estrena RTVE Play retrata también la cara más oscura del fenómeno. Y es que, como también recuerda, los promotores del megamix llenaron sus bolsillos a base de “explotar a los disc-jockeys para que produjeran más recopilatorios, escatimaban pagos a los artistas, sobornaban a los jefes de las emisoras de radio para que sus discos sonaran más que los de la competencia, pagaban a un guardia civil para que traspapelara las denuncias que recibían en los juzgados y, si algún proveedor les debía dinero, recibía la visita de sus gorilas y todo se arreglaba”.
Toda la historia del éxito pero también desmoronamiento del imperio megamix, servida en RTVE Play.