AQUEL escritor de vida trepidante, Alejandro Dumas, lo dejó bien claro. "No hace falta conocer el peligro para tener miedo de hecho", dijo, en una clara prueba de que conocía, de primera mano, los entresijos de la condición humana. Sin repetir al pie de la letra tan rotunda sentencia, algo semejante vino a decir ayer Melania Moscoso, antropóloga, pedagoga, doctora en Ciencias Políticas e investigadora en el Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, quien ofreció una charla titulada Vicisitudes de una aprensiva. El miedo en tiempos de pandemia en la sala de conferencias de la Biblioteca de Bidebarrieta. Fue la suya la segunda entrega del ciclo Cultura y pensamiento, una mirada con alturas a la realidad que nos rodea.
El peligro, les decía. No en vano, Melania habló sobre cómo la epidemia del covid-19 hizo que la ciudadanía afrontase el peligro cierto del contagio con cierta incertidumbre en aquellos días, cuando la posibilidad era un intangible. Solo se podía salir de casa en busca de alimentos, uno debía evitar el contacto con cualquier tipo de superficie. "El contagio suscita temor", aseguró la especialista. "Además de ser una realidad epidemiológica, el contagio es un miedo muy difícil de controlar". Recordó un texto de 1974 que hablaba sobre las enfermedades infecciosas, deteniéndose en la poliomielitis, cuya vacuna se había descubierto en 1956. Fue uno de los ejemplos citados en una charla en la que se recordaron los temores de aquellos primeros días, en Gasteiz, y cómo las primeras neumonías fueron convirtiéndose en las secuelas de un coronavirus. "El miedo era intangible, casi como una maldición india".
¿Por qué usó esa metáfora? Poco antes de profundizar había hablado de los cementerios, de cómo las sociedades iban alejándose de la muerte –recordó, por ejemplo, como Barandiaran hablaba de los caminos de la muerte que había en los caseríos, habilitados para llevar a los muertos de cada casa a su camposanto correspondiente y cómo ahora los tanatorios modernos están equipados con mucho confort, incluido el maquillaje de los cadáveres...– y sobre algunas obras literarias, Cementerio de animales, de Stephen King:, donde se narra el horror de una familia que se muda a un pueblecito de Maine donde un cementerio de animales libera a un primer embajador, el gato Church, el cual murió atropellado y cuya presencia confirma una vieja maldición india. La historia recuerda al argumento de Poltergeist, que también habla de la maldición india de los cementerios.
Con tales argumentos no es de extrañar que Melania se confesase "aprensiva" ya desde el título de su conferencia. Lo recalcó Patxi Lancero, filósofo y ensayista que lleva las riendas del ciclo de Bidebarrieta Kulturgunea, coordinada por Begoña Morán. Testigos de todo ello fueron Natalia de Dios, atenta a fotografiar el encuentro y a ofrecerle a Melania el libro de firmas de la biblioteca; Rafael Sal, Blanca Ruiz, María Teresa Messeguer, Inmaculada Basauri, Nati Nebreda, Nuria García, Lucía Iruarrizaga, Moisés Morales, Mercedes Echevarría, Amaia Agirre, Pilar Mueza, Alberto Cabrera, Alberto Pérez, Fernando Otalora, María Garay, Juanma Cabrera, Francisco Javier García, quien acudió a la cita con un despierto interés por desentrañar los misterios de la sobrenatural realidad que nos rodea; Josune Zelaia, Verónica Sánchez, Francisca Nieto García, madre del artista y humorista gráfico Asier Sanz; Loli Cambergo, Lander Azkueta y Marta Corbeño, entre otra gente de curiosidad despierta que revivieron de cerca los miedos de los primeros días y los que aún hoy se mantienen en pie. Tal vez no sean los mismos temores, pero resulta complicado sacudirse de encima el polvo de la incertidumbre, del miedo que te coge por las...
Melania Moscoso participa en la segunda entrega del ciclo 'Cultura y pensamiento' con la charla 'Vicisitudes de una aprensiva'
La doctora en Ciencias Políticas e investigadora abordó el miedo en tiempos de pandemia en la Biblioteca de Bidebarrieta