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Del reguero de bandas independientes que emergieron en la década pasada en Pamplona (Exnovios, Río Arga, Kokoshca, Germán Carrascosa y la Alegría del Barrio, entre otras muchas) Melenas es, con diferencia, la que ha llegado más lejos. Con su tercer disco, Ahora (2023), han logrado girar por toda la península y Europa durante más de un año hasta completar un total de 65 fechas. Su última actuación fue el pasado 25 de diciembre en casa, en la sala Zentral, en el festival Santas Pascuas. ¿Cómo se encuentran tras un periodo tan ajetreado? ¿Qué es lo que vendrá después? ¿A las componentes de Melenas les gustan Los Planetas, el grupo referencia del indie estatal? Nos saca de dudas Leire Zabala, su bajista.
La gira de presentación del álbum Ahora ha supuesto un salto cuantitativo importante con respecto a anteriores giras. Han tocado más que nunca. ¿Ha sido este el salto definitivo del grupo?
-En cierta manera, sí. Empezamos este proyecto sobre la marcha, dejando que todo fluyera y se desarrollara a medida que iban surgiendo las cosas. Con cada disco hemos ido llegando a más público, y poco a poco la música se ha convertido en una actividad a la que le dedicamos un montón de tiempo de nuestras vidas. Detrás de los álbumes y de las giras hay mucho trabajo. Pasamos muchas horas juntas, en los ensayos o en los conciertos. Al ir creciendo y ampliando el público, las expectativas que se generan son mayores y tienes que prepararte muy bien para poder mantener el crecimiento en todos los niveles.
¿Se dedican 100% al grupo?
-Todas (Leire, Oihana, Lauri y María) tenemos otros trabajos paralelos que nos gustan y que tratamos de compaginar con nuestra pasión por la música. Somos conscientes de que vivir de la música es muy jodido, no estamos ni cerca de la orilla de lograrlo. Es algo que realmente nunca nos lo hemos planteado. Todas somos autónomas menos Lauri, que se dedica a la educación, y se tuvo que coger una excedencia de un año para poder centrarse en el grupo. Así que combinamos las dos cosas.
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La gira fue de menos a más, ¿no? En las primeras fechas parecía que ciertos matices sonoros del álbum no se reflejaban en los conciertos.
-Con Ahora intentamos evolucionar e incorporar nuevos lenguajes musicales. Para llevar la nueva propuesta al directo, nos pasamos el verano de 2023 encerradas en el local de ensayo. Sí, hemos ido de menos a más: ha habido una progresión desde que comenzamos la gira a las fechas posteriores, porque ya estábamos mucho más seguras y rodadas. Tocar te curte mucho. Hicimos una minigira durante el mes de febrero del año pasado por Francia, Bélgica y los Países Bajos en la que tocamos todos los días. Ahí notamos un cambio. Quizás ese fue el momento en el que le pillamos el punto al directo y cogimos fuerza para afrontar el resto de la gira. Fue un chute de energía.
Si el single Osa polar, de 2021, fue el punto de inflexión en el estilo musical del grupo, ¿qué ha supuesto toda la aventura que han vivido en el último año?
-Es una recompensa supergrata, teniendo en cuenta todo el trabajo que ha habido detrás. El segundo disco (Días raros) nos pilló en pandemia y la gira de presentación del álbum se dio en las circunstancias que todos conocemos, con las restricciones sanitarias y la gente sentada. Este tercer trabajo ha sido muy diferente: hemos sentido el calor del público y ese ha sido un premio muy importante para nosotras después de, como te digo, el trabajo y la ilusión que habíamos puesto en él. El mundo de la música puede ser duro a veces, pero, por otro lado, cuando recibes el cariño de la gente todo compensa y te da la fuerza necesaria para seguir haciendo música.
¿Cómo fue el momento en el que Jeff Tweedy, de Wilco, recomienda su disco? ¿Ahí es cuando se dan cuenta de que han superado ciertas barreras y fronteras inimaginables hasta hace muy poco tiempo?
-Que el disco haya podido conectar con otras personas que admiras y que hacen canciones tan bonitas como las de Wilco supone mucho para nosotras. Nos enteramos de una manera muy curiosa. Gorka Urbizu, si no el primero, fue uno de los primeros que nos dijo que Jeff Tweedy había elegido Ahora como uno de sus discos más destacados de 2023. Nos mandó un pantallazo por Instagram con la noticia.
Con el fin de ciclo de Ahora toca un después, o un a continuación.
-(Ríe). Ahora mismo el cuerpo lo que nos pide es descansar. El concierto del Zentral fue el último después de una larga gira por toda España, hemos salido dos veces por Europa, hemos tocado en salas, festivales… Ha sido un año muy intenso, de mucha caña, que además hemos tenido que compaginar con nuestros trabajos, con todo lo que ello implica. Dentro de un tiempecito seguro que lo volveremos a coger todo con ganas.
Han participado en el álbum de homenaje del Super 8 de Los Planetas, Super H, que saldrá en marzo, junto con otras bandas actuales del panorama independiente. ¿Cuál es su trabajo favorito del grupo granadino?
-Me flipa Una semana en el motor de un autobús. Fue el primero que escuché de ellos y le tengo mucho cariño porque fue además mi disco de descubrimiento de Los Planetas. Para el homenaje del Super 8, lo que hemos hecho ha sido coger uno de sus temas y melenizarlo.
Se conocieron en los bares de Pamplona, compartiendo afición por la música, hace ya diez años. ¿Siguen saliendo juntas por la noche?
-El último año no hemos pasado muchos fines de semana en Iruñea. Obviamente, todos los planes que implica estar de gira los hemos hecho juntas y hemos compartido mucho tiempo. Las pocas veces que teníamos el finde libre, yo iba a visitar a mi familia a Irun. Pero sí, seguimos quedando y solemos ir, por ejemplo, a los conciertos que montan algunos colectivos de la ciudad en bares y gaztetxes. Mañana (por el día 16 de enero) es el cumple de Oihana y haremos algo seguro.
Antes la escena musical de Pamplona se movía alrededor de locales como el Nébula o el Txintxarri. ¿Ahora es el colectivo Egun Motelak y los gaztetxes los que tiran del carro?
-Sí. El colectivo Egun Motelak está formado por gente joven que se lo está currando un montón. Programan conciertos de calidad cada mes o dos meses y lo hacen desde la pasión en gaztetxes, en bares de la calle Jarauta y centros autogestionados. Además, es importante que esto esté sucediendo al margen de la industria, por amor a la música.
Han aparecido grupos jóvenes como Tatxers, Borla y Hiuzz en Pamplona. ¿Hay un cambio generacional en la esfera del pop de guitarras?
-Después de unos años de ausencia de propuestas más guitarreras, se ha reactivado la escena musical del rock, el punk, o como quieras llamarlo, en Iruñea con la llegada de los grupos que comentas. Ha sido un cambio importante, al menos donde nosotras nos movíamos, porque antes estaba todo un poco más parado y ese espacio se había quedado vacío. Los grupos de la generación anterior, como Exnovios y Kokoshca, no habían encontrado un relevo y entonces aparecieron Chill Mafia y Ben Yart haciendo música urbana. Con la llegada de grupos más old school como Tatxers, Borla o Hiuzz la escena ha cogido color y se ha quedado una representación muy bonita y rica en estilos.
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En esta misma sección, Hiuzz reconocían que Melenas son un referente y que ejercen de pegamento de toda esta nueva ola musical.
-Cuando lo leí, casi suelto una lagrimilla y todo.
La Iruñea de Jarauta, el Txintxarri y los gaztetxes
La consagración definitiva de Melenas, que se conocieron en los pubs del Casco Viejo, ha coincidido con un cambio de paradigma en la escena musical de la capital navarra. La pandemia cambió muchas cosas. Cerró el bar Nébula, punto de encuentro de las bandas alternativas; El Columpio Asesino, toda una institución del indie, puso punto final a su extensa trayectoria; sigue el Txintxarri, es cierto, donde se programan pequeñas actuaciones y sesiones de DJ, y bandas como las mencionadas Kokoshca o Juárez continúan publicando álbumes con regularidad.
Pero, como señala Leire Zabala, la acción se ha trasladado también al Aitzina de la calle Jarauta, donde en su planta baja se acogen conciertos; Matalaz Txokoa, también en Jarauta; y Burlatako gaztetxea, entre otros lugares de Pamplona y alrededores. “Todo enriquece. Son espacios en los que antes no nos movíamos y nos han abierto las puertas. Peña de 25 años que se junta con gente de más edad y se crea un ambiente intergeneracional que mola un montón”, cuenta Zabala.
“Puedes ir un día a ver, por ejemplo, a Sistema de Entretenimiento al Txintxarri y otro día vas a un plan del colectivo Egun Motelak, que traen a muchos grupos de Euskal Herria y de fuera. Para la gente que nos gusta la música es una alegría que podamos disfrutar de todos estos conciertos”, afirma.