El Gobierno de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, afronta mañana y el lunes su primera prueba electoral casi cuatro meses después de su llegada al poder, con unas elecciones en las dos regiones más importantes del país, Lacio (centro) y Lombardía (norte), las de Roma y Milán.
Las urnas estarán abiertas mañana, domingo, desde las 7.00 hasta las 23.00 (6-22 GMT) y el lunes desde las 7.00 a las 15.00 (14.00 GMT) para renovar las presidencias de estas regiones clave, las de Roma, capital política, y Milán, motor económico del país.
La importancia de los comicios, a los que han sido llamados 13 millones de electores (5 en Lacio y 8 en Lombardía) reside en que serán un primer test para la ultraderechista Giorgia Meloni, que gobierna desde octubre junto a Silvio Berlusconi y Matteo Salvini.
Aunque los sondeos han permitido a la coalición de derechas dormir tranquila hasta ahora, pues, a tenor de sus augurios, no solo conservaría Lombardía sino que también conquistaría el Lacio, gobernado por el centroizquierda desde 2013.
Estos vientos conservadores han sido propiciados por el fracaso en la realización del "campo amplio progresista", es decir, la fallida unión de las fuerzas de centroizquierda, como el Partido Demócrata (PD), el Movimiento 5 Estrellas (M5S) y el Tercer Polo.
"El centroderecha solo está compacto en las citas electorales, pero sus conflictos son evidentes", ha reprochado el líder del M5S y ex primer ministro, Giuseppe Conte.
En Lombardía, la coalición derechista, formada por los Hermanos de Italia de Meloni, la Liga de Salvini y Forza Italia de Berlusconi, apoyará conjuntamente la reelección del presidente saliente, Attilio Fontana, que entre otras cosas gestionó la pandemia cuando la región se convirtió en el primer foco occidental del coronavirus.
Mientras que las formaciones progresistas no han alcanzado una entente total.
El PD y el M5S sí que acordaron un candidato común, Pierfrancesco Majorino, exconcejal de Políticas Sociales de Milán, pero el centrista Terzo Polo apoyará a Letizia Moratti, antigua delfina de Berlusconi y vicepresidenta regional hasta que en 2022 abandonó la derecha para lanzar su candidatura.
En el Lacio, los conservadores se presentarán de nuevo unidos sin fisuras en el apoyo al expresidente de Cruz Roja Italiana Francesco Rocca, mientras que la división entre los partidos del centroizquierda será aún mayor que en la otra región.
Y es que el PD y el M5S han acabado proponiendo candidatos distintos: el consejero de Sanidad, Alessio D'Amato, y la periodista Donatella Bianchi.
Una encuesta del Instituto Ipsos del 8 de febrero otorgaba la reelección a Fontana en Lombardía con el 45 % de los votos y daba el Lacio a Rocca con el 45,3 % y, además, revalidaba el primado del partido de Meloni en la derecha italiana.
Pero también preocupa una probable baja participación, aunque se intentará atajar con esta convocatoria electoral de dos días.
Berlusconi, que a sus 86 años suele hablar desde sus mansiones en ocasiones especiales, ha vaticinado la conquista de las dos regiones "más importantes de Italia" y ha llamado al voto porque un triunfo de la coalición de derechas "daría un gran empujón al Gobierno".
Un Ejecutivo que, entre otras cosas, se ha apresurado a aprobar una reforma que, al término de una larga y tortuosa tramitación parlamentaria, debería introducir la llamada "autonomía diferenciada", es decir, otorgar importantes competencias a las regiones, un deseo anhelado por el norte del país, feudo de Salvini.
En este escenario, el principal partido de centroizquierda, el PD, se encuentra en plena refundación tras el batacazo electoral de septiembre y con sus facciones internas nuevamente revueltas en el apoyo a los candidatos que optarán a su liderazgo en unas primarias el próximo 26 de febrero.
Pero con la intención de sacudirse el polvo y plantar cara a la derecha ya en las elecciones al Parlamento Europeo de 2024.