La afición del Deportivo Alavés no es ni mucho menos conformista, sin embargo, cuando acude a su segunda casa cada dos semanas, lo hace consciente de que la única opción posible es dejar a un lado los reproches y animar a su equipo. Algo que no es tan habitual en otros estadios y que convierte a Mendizorroza en un arma más de las muchas que tienen los babazorros, si bien es cierto que los goles deben marcarlos los que están sobre el césped.
Ayer, sin ir más lejos, Luis García Plaza abordó directamente este tema. Tras cuatro jornadas sin ganar, y tampoco marcar, lo normal hubiese sido que la grada gasteiztarra se tomara mal los primeros 20 minutos del Glorioso ante el Tenerife, pero no fue así. Pese a que los albiazules fueron superados de forma muy clara por la escuadra chicharrera al inicio, el Paseo de Cervantes “siguió animando” y eso hizo que los jugadores “se crecieran”.
Y así debe ser, en realidad. Al Alavés solo le quedan por jugar cuatro partidos más en Mendizorroza (Andorra, Leganés, Granada y Málaga) y estos deben servir para sumar doce puntos y coger confianza, al contrario que ante el Cartagena y el Lugo. Solo de esta manera los babazorros tendrán opciones de pelear el ascenso directo, sobre todo teniendo en cuenta lo mucho que les está costando sacar puntos a domicilio, en lo que deben mejorar.
Afortunadamente, incluso habiendo sufrido dos pinchazos hace poco, lo cierto es que los pupilos de Luis García se han mostrado muy seguros en casa a lo largo del curso. Buena muestra de ello es que solo el Granada supera los 38 puntos, de 57 en total, que ha logrado el Glorioso, y también el Eibar, esta temporada ante su gente. En concreto, los nazaríes han obtenido 42 en Los Cármenes, donde ningún visitante ha ganado aún.
Once victorias, cinco empates y una única derrota –contra el Levante (0-2)– colocan al Alavés, por tanto, como el segundo mejor local de la categoría y en esto, como es lógico, ha tenido mucho que ver el acierto en ambas áreas. Los vitorianos han marcado 23 goles en el Paseo de Cervantes y solo han encajado ocho, manteniendo la portería a cero en once ocasiones, lo que habla muy bien tanto de Sivera como de la fortaleza defensiva.
Si se comparan los datos en casa del equipo de Luis García con el de José Bordalás, quien protagonizó el último ascenso albiazul a Primera, puede observarse que la diferencia es importante. Habiendo jugado los mismos partidos a estas alturas, el Glorioso del 2016 sumaba 31 puntos en Mendizorroza –es decir, siete menos– y terminaría la temporada con 41, lo cual podría igualarse en el caso de vencer al Andorra dentro de dos semanas.
Ahora bien, gracias a su buen hacer a domicilio, el Alavés del técnico alicantino también tuvo 57 unidades en su casillero una vez finalizada la 33ª jornada del campeonato. La principal disimilitud es que, por aquel entonces, dicho registro valía para ser colíder, junto al Leganés, y no como ahora, que los babazorros son quintos y están a seis puntos de la cabeza, ocupada por el Eibar de Gaizka Garitano, y a cuatro del ascenso directo.