Después de año y medio de dolorosa separación, Mendizorroza pudo volver a disfrutar anoche por fin del calor de los aficionados del Glorioso en un número significativo.
Si ante Real Madrid y Mallorca apenas habían sido cuatro mil los afortunados, ayer el estadio del Paseo de Cervantes congregó a más de 8.000 seguidores albiazules que no quisieron perderse la oportunidad de volver a sentir la emoción de presenciar en directo las evoluciones del equipo de su corazón. Un regreso a las gradas –con un aforo máximo del 60% por ahora– que, salvo que la evolución de la pandemia sufra un inesperado giro negativo, parece el inicio de la definitiva vuelta a la normalidad.