Dos de los objetivos que sigue teniendo marcados el club txuri-urdin son Take Kubo y Rafinha. El japonés parecía haber pasado a un segundo plano tras la contratación de Brais, pero la realidad es que la dirección deportiva considera que su incorporación aportaría un plus de desborde y calidad en las bandas, o en la mediapunta y de segundo delantero. Lo mejor es que puede desenvolverse en varias posiciones y que, por supuesto, parece compatible con las dos incorporaciones cerradas hasta la fecha. Se puede decir que es un futbolista que se encuentra a medias entre lo que se espera que aporten Brais y Cho. A lo deportivo que convence tanto a los técnicos realistas hay que sumar la expansión que supondría en el mercado oriental de la Real, algo que intentó Olabe con Lee Chun Soo. No hay que olvidar que el curso pasado, su presencia en el Mallorca ya motivó que llegara un patrocinador.
Las relaciones con el Madrid son fluidas, y aunque el desacuerdo es evidente, porque la Real quiere una contratación y los blancos prefieren una cesión, la lógica invita a pensar que deberían estar condenados a entenderse. “Si la Real quiere de verdad a Kubo, este año se lo lleva seguro”, es lo que confirmó una persona del entorno blanco a este periódico. También es verdad que cada día aparece un pretendiente nuevo y que el futbolista, que ve con buenos ojos recalar en Donostia, había declarado que su intención era comenzar la pretemporada en su nuevo destino, consciente de que no tiene hueco en el Bernabéu. Kubo podría ser el fichaje al que se refirió Aperribay ayer.
El caso de Rafinha es distinto. El brasileño lleva unos días entrenándose con el PSG a la espera de que se active su operación. Ya sabe que no cuentan con él, aunque tampoco tenía intención de agarrarse a su contrato que finaliza el próximo mes de junio. El problema es que a día de hoy la Real todavía no ha sacado a ningún centrocampista, por lo que no tiene prisa. El entorno del futbolista aguarda paciente la llamada de Olabe y no oculta que, si no cambia la situación de manera radical, van a tener que esperar hasta finales de mes o principios de agosto para abordar su regreso. En ese sentido, no hay mucho inconveniente ya que Rafinha está dispuesto a hacer tiempo, lo que deja a las claras que su prioridad es volver a Anoeta. En principio se sigue respirando optimismo en torno a su vuelta.
La posibilidad de incorporar un 9 está ahí. Todo parece indicar que la dirección deportiva quiere esperar a ver cómo funciona el equipo en pretemporada y evaluar la recuperación total de Carlos Fernández. Sin olvidar que tras el Mundial regresa Oyarzabal. Si viene, será cedido, como llegó en su día Sorloth.