Las modas llegan y pasan, pero los buenos coches quedan para siempre. El nuevo Mercedes-Benz Clase C Estate All-Terrain lo hace sobrevolando por encima de los gustos mayoritarios y respondiendo a lo que debe ser un SUV de verdad, para todos y para todo.
Cada comienzo de año repetimos el ritual de replantearnos nuestra existencia, mejorar en los muchos aspectos mejorables y prometernos a nosotros mismos que vamos a vivir la mejor vida posible dentro de nuestras posibilidades, eso que los americanos definen como "dar la mejor versión de nosotros mismos". Ya ven que la palabra mejor se repite hasta la saciedad en este planteamiento, y me gusta que así sea, porque ya vendrá luego la realidad con sus exigencias –lo que nuestros padres denominaban "Paco con las rebajas"- y nos hará conformarnos con resultados claramente menores que nuestras ambiciosas expectativas iniciales.
Mercedes lo justifica aludiendo a su "mayor altura libre sobre el suelo" respecto a un turismo convencional y a su tracción integral 4Matic de serie, lo que incrementa considerablemente su adherencia, especial conduciendo sobre firmes deslizantes en periodo invernal, y no digamos ya con unos buenos neumáticos M+S. La amplitud de su habitáculo, propio de una carrocería familiar de 4,755 metros de largura y con un gran maletero de 490 litros de capacidad, supera las posibilidades de espacio y uso de la mayoría de SUV convencionales, lastrados además por su elevada altura y peso y peor aerodinámica. A todo ello se suma respecto al Clase C familiar (Estate) una superior distancia libre al firme (40 milímetros más), la tracción a las cuatro ruedas de serie, dos programas de conducción off-road, el tren de rodaje de confort con sistema pasivo de amortiguación incorporado de serie y que aumenta la comodidad al sobrepasar las irregularidades, neumáticos de mayor tamaño (225/55 R17 de serie, con los 245/45 R18 y 245/40 R 19 en opción), las luces especiales para todoterreno de la opción Digital Light o la instrumentación con información específica como inclinación lateral, ángulo de orientación de las ruedas y las coordenadas geográficas en una brújula; toda una completa dotación pensada para "conducir fuera del asfalto, como pistas forestales o agrarias sin asfaltar, gracias a la versatilidad" del nuevo Clase C Estate All-Terrain.
En un plano menos práctico y más estético, el All-Terrain se caracteriza, según detalla la marca, por la calandra del radiador de diseño específico, los parachoques especiales, la protección estética de los bajos delante y detrás y los ensanchamientos de los pasorruedas en color gris oscuro mate. Con mayores dimensiones que el Clase C Estate convencional, alcanza los 4,755 metros de largura (4 mm más), 1,841 metros de anchura (21 mm más) y 1,494 metros de altura (40 mm más), siendo la distancia entre ejes de 2,865 metros. Sus posibilidades funcionales también sobresalen merced a una capacidad de remolque de hasta 1.800 kilogramos, asistida por el dispositivo opcional de remolque semieléctrico con rótula basculante y ESP con función de estabilización, a lo que cabe añadir el asistente de maniobra de remolque, muy aconsejable para rodar marcha atrás.
Por último, Mercedes ha dotado al Clase C Estate All-Terrain de dos mecánicas, gasolina y diésel, con asistencia eléctrica y potencias en torno a los 200 CV, con una clara ventaja para el propulsor de gasóleo merced a su superior par motor (440 Nm frente a los 300 Nm del gasolina), si bien los dos destacan por sus elevadas prestaciones (por encima de 230 km/h de velocidad punta) y contenidos consumos medios (4,9 litros de gasóleo y 6,8 litros de gasolina). Y como para este año me he propuesto decir la verdad, me mojaré: yo me lo compraría antes que un SUV convencional con aspecto de todoterreno.
El C Estate All-Terrain seduce tanto con su funcionalidad como por su diseño, confort, seguridad y sofisticado equipamiento
Mercedes pone a la venta un Clase C familiar con aptitudes más allá del asfalto e ideal para el invierno más exigente