Uno de los alimentos que no falta en casi ninguna despensa o nevera (siempre ha habido discrepancias sobre dónde deben guardarse) son los huevos. Sus propiedades (son ricos en proteínas y vitaminas), y las posibilidades que ofrecen en la cocina, ya sea como huevo frito, cocido, tortilla, para postres, salsas, rebozados, etcétera, lo convierten en un imprescindible y en uno de los productos más comprados en los supermercados.
Clasificación según el bienestar animal
En los estantes se pueden ver diferentes tipos de huevos, que se clasifican según su tamaño y según si han sido criados por gallinas en jaulas, por gallinas en suelo (que se mueven libremente por un gallinero cubierto), por gallinas camperas (que salen permanentemente al aire libre) o si la producción es ecológica. Y todo ello influye en el precio final, siendo los ecológicos los más caros de todos. Son huevos que proceden de gallinas que viven en corrales al aire libre, con espacio suficiente y horas de oscuridad para su descanso, y que han sido alimentadas con pienso procedente de agricultura ecológica, para la que no se han podido emplear abonos químicos ni plaguicidas.
Este interés por el bienestar de las gallinas y por la producción ecológica hace que su precio se dispare y que puedan llegar a costar más del doble que los de las gallinas criadas en suelo. ¿Merece la pena por la calidad que aportan? Según un estudio que ha realizado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), analizando treinta marcas de huevos frescos de gallinas criadas en suelo, camperas y ecológicas que se pueden adquirir en supermercados españoles, la respuesta es que no. El consumidor no se está llevando un producto significativamente mejor al adquirir los ecológicos en contra de lo que muchos compradores piensan.
No hay diferencias de calidad
Bien es cierto que también se está pagando para que las gallinas obtengan más bienestar y para que el campo no sufra productos contaminantes, y eso a muchas personas les compensa para pagar más dinero, pero la diferencia de calidad es pequeña. "No se han apreciado diferencias de calidad y sabor y el nivel es alto en todos los casos", asegura el informe de la OCU, que sí destaca que "las diferencias de precio por tipo de cría de gallina son notables, los ecológicos cuestan el doble que los de gallinas criadas en suelo".
Las cifras hablan por sí solas: 0,20 euros cuestan de media por unidad los huevos de gallinas criadas en suelo, que son los más baratos y los que tienen un precio más homogéneo. Los camperos cuestan de media 0,27 euros, pero sus precios oscilan entre los 0,19 y los 0,34 euros. Por los ecológicos se paga de media 0,42 euros, pero se mueven entre los 0,38 y los 0,57 euros. Por lo tanto, los ecológicos cuestan de media más del doble que los de las gallinas criadas en suelo, pero teniendo en cuenta que todos ofrecen una buena calidad, el motivo para pagar más por unos que por otros “es una cuestión de bienestar animal”, señala la OCU.