¿Merece la pena comprar una segunda residencia?

La compra de la primera vivienda supone en la mayoría de los casos un importante esfuerzo económico. Tras terminar de pagarla, hay quien se plantea destinar sus ahorros presentes y futuros a adquirir otra casa.

Bien como inversión, como recurso vacacional o como refugio de cara a la jubilación, el pueblo de origen o alguna localidad costera suelen ser los lugares preferidos para la compra de esta segunda residencia.

Sin embargo, se trata de una decisión que no se puede tomar a la ligera; es importante conocer los pros y contras de una operación de esta envergadura para acertar.

En primer lugar, hay que tener en cuenta los ingresos y la capacidad de ahorro y ser conscientes de todos los gastos y responsabilidades que supone tener una segunda vivienda. Además, es necesario valorar si la economía familiar puede soportar esos costes extra y si realmente compensan.

Para ello, a modo de orientación, los expertos de Kronos Holmes explican las ventajas e inconvenientes que pueden suponer la compra de una segunda vivienda.

Acogedora vivienda de una planta en el campo.

Ventajas

- Inversión a largo plazo

Es probable que en el futuro el valor de la propiedad aumente, lo que se traduciría en ganancias en una futura venta.

- Diversificación de inversiones

Si se tiene un dinero ahorrado, en vez de destinarlo todo a acciones, bonos u otros activos financieros, la propiedad inmobiliaria se presenta como otra opción para dispersar el riesgo y proteger el patrimonio.

- Refugio vacacional

Una segunda vivienda es ideal para escapar de la rutina y disfrutar de momentos de descanso en un espacio propio.

- Generación de ingresos

Si se decide alquilar la vivienda cuando no se usa, se obtendrán unos ingresos adicionales para compensar los gastos asociados a la propiedad como hipotecas, impuestos o mantenimiento.

- Flexibilidad y comodidad

Una segunda residencia permite hacer turismo y disfrutar del ocio fuera del hogar sin necesidad de tener que buscar alojamiento.

- Oportunidad de retiro

Ofrece la posibilidad de contar con un oasis de tranquilidad para el momento de la jubilación.

Bloque de apartamentos en primera linea de mar.

Inconvenientes

- Vinculación a un destino único

Tener una segunda residencia puede limitar la práctica del turismo y conocer otros lugares, ya que cuesta más ir de vacaciones a otro destino y tener que pagar por un hotel o por alquilar un apartamento.

- Gastos

Al desembolso inicial que supone comprar una vivienda, hay que sumar hipoteca, mínimos o consumos de agua, luz o gas, gastos de comunidad, tasas de basuras, impuestos, seguros, mantenimiento, etc.

- Más responsabilidades

Tener otra vivienda requiere estar pendiente de su mantenimiento y de su gestión.

- Fluctuaciones del mercado inmobiliario

Su valor puede fluctuar, lo que en caso de venta puede influir negativamente en los beneficios.

- Limitaciones de uso

Hay que plantearse si se va a poder utilizar tanto como se desearía por motivos laborales y familiares.

Consejos

Por todo ello, los expertos de Kronos Homes instan a evaluar cómo encaja la compra en el presupuesto familiar y si se pueden asumir los costes que van asociados a ella.

También advierten de que es conveniente realizar una investigación exhaustiva del mercado inmobiliario en la ubicación en la que se está considerando comprar la vivienda, examinar las tendencias de precios, la demanda de alquileres y cualquier factor que pueda afectar al valor de la propiedad.

Destacan la importancia de considerar la ubicación de la vivienda. Si se compra con intención de alquilar, deberá estar ubicada en una zona con una fuerte demanda de alquiler y con atractivos turísticos. Sin embargo, si el objetivo es que el propietario la disfrute, lo que se deberá tener en cuenta es que esté relativamente cerca de la primera residencia para evitar la pereza de los desplazamientos largos.

Los expertos también recomiendan evitar la compra por impulso; conviene madurar la decisión unos días antes de lanzarse a la compra. También es importante visualizar el futuro y plantearse la situación personal o familiar a medio o largo plazo, ya que puede dar un punto de vista de las necesidades actuales.