Es la vecina oriunda de Ugao-Miraballes más longeva de la villa. Nació un 31 de mayo de 1920 en un ya desaparecido caserío de la céntrica calle Udiarraga tras un complicado parto de mellizos en el que no sobrevivió su hermano. "A mí me llevaron a bautizar corriendo porque pensaban que me iba a morir, y aquí estoy aún", comenta con una sonrisa recién cumplidos los 101 años. Mertxe Ibirika puede presumir, además, de tener una salud de hierro. "Solo tomo una pastilla para la tensión y media para el ácido úrico. Y nunca me han dolido ni las rodillas ni las caderas", asegura. Y su mente es tan lúcida que tanto desde el Ayuntamiento como desde la revista Ecos de Ugao solicitan su ayuda cada vez que necesitan identificar a una persona en una fotografía antigua. "Me las traen y enseñan para ver si reconozco a la gente y la mayor parte de las veces sé quiénes son", cuenta.
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