Con el PSG esperando con los brazos abiertos a Leo Messi -en la capital francesa aseguran que la llegada del argentino es inminente para pasar el pertinente reconocimiento médico-, el mejor jugador del mundo se despidió ayer domingo del Barcelona entre lágrimas. No podía ser de otra manera después de permanecer en la entidad blaugrana más de dos décadas. Antes de que el pasado jueves el Barça comunicara por sorpresa la imposibilidad de lograr la permanencia del 10 al no cumplir con el tope salarial que marca LaLiga, Joan Laporta, la afición culé y el propio Messi daban por hecho su continuidad en la ciudad condal. Así lo verbalizó Messi, al que le costó hablar en un primer momento por culpa de la emoción: "No estaba preparado. El año pasado, con el burofax, sí estaba convencido, pero este año estaba convencido de seguir acá, de seguir en nuestra casa, que era lo que más queríamos. Siempre sobrepusimos el bienestar nuestro y seguir disfrutando de la vida en Barcelona, en lo deportivo y en lo cotidiano, que es maravillosa. Hoy me toca despedirme de esto. Son muchos años acá, llegué siendo muy chiquito con 13 años y después de 21 años me voy con mi mujer y mis tres hijos catalano-argentinos".
Ante un Auditori 1899 del Camp Nou repleto de los jugadores y el cuerpo técnico de la primera plantilla, de la Junta Directiva, de la familia de Messi y de ilustres exblaugranas como Carles Puyol o Xavi Hernández, el ya exjugador del Barcelona incidió a preguntas de los periodistas de que todo estaba cerrado para que siguiera en el club. "Ya lo dijo Laporta. Estaba todo arreglado, pero por el tema de LaLiga no se pudo hacer. Lo teníamos todo acordado. Yo hice todo lo posible. El club dijo que no se pudo por un tema de LaLiga, pero escuché muchas cosas de que porqué no seguía. El año pasado no quería quedarme, pero este año sí", subrayó Messi, que no dudó en hablar de la cuantía a la que estaba dispuesto a renunciar para permanecer en el Barça: "Hice todo lo posible por quedarme y no se pudo. No tengo más nada que decir, hicimos todo lo que se pudo. Yo había bajado el 50% de mi ficha y después no se me pidió nada más. Lo que dijeron después de que me pedían el 30% más es mentira. Eso no son verdades".
Messi, cuestionado por Javier Tebas y las tirantes relaciones entre el presidente de LaLiga y Joan Laporta, se limitó a señalar que "yo no sé bien el entramado de todo esto. No se pudo por LaLiga, por la deuda del club. No tengo nada que decirle a Tebas, me lo crucé un par de veces y tuve un saludo cordial. No tengo ningún problema con Tebas". Pero la realidad es que el de Rosario ya no pertenece a la disciplina blaugrana, una situación que, según indicó, aún no ha asimilado del todo: "Siento tristeza, mucha tristeza, porque me voy del club al que amo. No me lo esperaba. Me pasan muchísimas cosas por la cabeza, estoy un poco bloqueado. Hasta el día de hoy no caigo en la realidad de dejar este lugar, este club, de cambiar mi vida por completo. Hace 16 años que estoy en el primer equipo y ahora toca empezar de cero. Es un cambio duro para mi familia, porque sé lo que sienten al estar en esta ciudad, pero sé que nos vamos a adaptar y estar bien. Hay que aceptarlo y asimilarlo, arrancar otra vez".
Varios pretendientes
Sobre su próximo destino, Messi no ocultó al ser preguntado por ello que el PSG es uno de los candidatos para hacerse con sus servicios. "Es una posibilidad, pero a estas alturas no tengo nada con nadie. Cuando salió el comunicado tuve varias llamadas de clubes interesados. Todavía no hay nada cerrado, pero estamos hablando", destacó el astro argentino, que luego se retrató en una sala anexa con los 35 títulos que ha obtenido con la camiseta del Barcelona. Fuera, decenas de seguidores culés quisieron despedirse de su ídolo. Ahora todos tendrán que resetearse.