El 13 de junio Jokin Altuna disputará su octava final en Primera desde que aterrizó en el campo profesional el 24 de junio de 2014. "Es algo a lo que no le doy vueltas. Tengo los pies en el suelo", expresa el puntillero de Amezketa, que se medirá a Iñaki Artola en el frontón Bizkaia de Bilbao. Se tratará de su tercera cita en el Manomanista en cuatro campañas; las otras cinco, consecutivas, están encuadradas dentro del Cuatro y Medio. Por ahora, nunca ha peleado por una txapela del Parejas. Pero, lo más importante es que en los últimos 16 campeonatos –desde el Manomanista de 2016– ha llegado a doce semifinales.
Se estrenó en Aspe con 18 años y tenía perfil de artista, de futurible figura en un contexto en el que continuaba el dominio de Juan Martínez de Irujo, Aimar Olaizola, Pablo Berasaluze, Oinatz Bengoetxea o Yves Xala; sin embargo, su crecimiento exponencial desde que se vistió de blanco por primera vez le ha impulsado a un lugar casi inalcanzable. Su despegue, no obstante, se concretó en el Cuatro y Medio de 2016, tras perder la semifinal del mano a mano ante Mikel Urrutikoetxea (22-6). Fue su primera cita grande. "Ahora disfruto más de este tipo de partidos", revela Altuna III. En aquella ocasión, tras un duelo para el recuerdo ante Bengoetxea VI, el navarro se llevó el cetro en un último tanto de infarto después de una batalla de ingenio. Tras ese momento, el amezketarra, engalanado su palmarés con tres txapelas, dos en el acotado y una en el mano a mano, argumenta con la solidez de la regularidad. "Es lo que más valoro", ha recitado en múltiples ocasiones. Siempre está en la pomada.
Sus ocho finales, ese tránsito por las baldosas amarillas de los sueños y el triunfo, se construyen a partir de aquel Cuatro y Medio. Desde entonces, nunca ha faltado de la cita por la txapela de la jaula. Y van cinco seguidas. Posee dos cetros (2017 y 2021).
Asimismo, la presente será la segunda final consecutiva del Manomanista –cayó en 2020 ante Jaka (22-20)–, a la que hay que sumar la disputada en 2018, en la que superó a Aimar Olaizola por 22-14. En 2017 y 2019 perdió en cuartos de final: la primera, contra Beñat Rezusta (22-14) y la segunda, contra el campeón Iker Irribarria por un apretado 18-22.
EL PAREJAS Y EL VERANO
Con todo, su presencia en el Campeonato de Parejas, torneo en el que no ha terminado de brillar en términos de txapelas, siempre augura peligro. En las últimas cuatro campañas ha estado en tres liguillas de semifinales: en 2018 y 2019, junto a Julen Martija, y este curso, con Jon Mariezkurrena. El año pasado, no obstante, el formato de competición le pasó factura. Jokin y Ladis Galarza acabaron la liguilla regular en cuarta posición, pero sucumbieron en el play-off de acceso a semifinales. En 2017, en cambio, Altuna III y Abel Barriola, en su último Parejas, no pudieron entrar en la fase previa a la final.
A esto hay que sumar su gran incidencia en el verano manista profesional. De hecho, ha jugado las últimas tres finales del Cuatro y Medio de San Fermín –en 2020 no se celebró por la pandemia– y alcanzó también el último partido por la txapela del Masters CaixaBank, un campeonato mestizo de parejas que aglutinó toda la época estival del pasado verano, junto a Ander Imaz. Altuna III es un metrónomo. Posee el pulso de la regularidad.