Durante las seis temporadas que duró la última etapa del Deportivo Alavés en la máxima categoría, Mendizorroza pudo disfrutar de varios futbolistas que, cada vez que recibían el balón, levantaban de sus asientos a todo aficionado babazorro que hubiera acudido al estadio. Algunos lograron esto último gracias a su técnica, otros mediante su brega y Jony Rodríguez, quien este sábado volverá, aunque con la camiseta del Sporting, a la que un día fue su casa, lo consiguió por medio de su asombrosa verticalidad. Esa que, caracterizada por ser completamente incansable, permitió al Glorioso de la campaña 2018-19 registrar la mejor primera vuelta de su historia en Primera División.
¿Cómo está el equipo después de la victoria frente al Eibar?
Muy contentos. Teníamos la duda de cómo íbamos a responder tras el varapalo contra el Granada (5-0), porque recibir a otro candidato al ascenso después de algo así asusta, pero competimos bien y nos hemos reenganchado a la zona alta.
¿Cuáles son las fortalezas del Sporting ahora mismo?
Somos un equipo al que no le importa mantener un bloque bajo durante la mayor parte del partido porque, cuando recuperamos el balón, nos sentimos fuertes en las transiciones ofensivas. Es muy difícil llegar mucho a portería, más aún ser efectivo, y creo que nosotros estamos siendo ambas cosas.
¿En qué les hace hincapié el ‘Pitu’ en el día a día?
Bueno, ya le conocéis de su etapa en Vitoria. Es un entrenador exigente en el trabajo diario y muy competitivo, lo cual intenta transmitirnos. Él solo nos pide que dejemos todo en el campo e intentemos plasmar lo ensayado durante la semana, no importa tanto si luego sale bien o mal.
¿Y cómo se está viendo en el aspecto individual? Se perdió las primeras jornadas por lesión…
Pese a que todavía necesito coger mucho ritmo de partido, ahora me siento bien y quiero ir poco a poco. Vengo de un periodo de inactividad largo, lleno de lesiones musculares que nunca había tenido, y no queremos correr riesgos.
En la actualidad, entonces, está buscando volver a disfrutar sobre el césped.
Sí, tal cual. Pasar los fines de semana fuera del verde es complicado, pues te sientes apartado al igual que cuando entrenas en solitario, con los fisios, en el día a día. Ahora que ya llevo un tiempo entrenando con el grupo, toca reforzar todo lo positivo y ser el más competitivo para jugar lo máximo posible.
Lo positivo, en esa misma línea, es que está a las órdenes del ‘Pitu’, su principal valedor.
Sin duda. Es curioso, pero creo que nuestros éxitos van ligados, porque cuando mejor le ha ido a él como entrenador, ha sido conmigo en la plantilla y viceversa. Es un técnico con el que me siento muy identificado, seguramente la figura más importante de mi carrera, y ojalá podamos seguir muchos años juntos.
¿Cuál es el objetivo del Sporting esta temporada?
Crecer, sobre todo tras lo ocurrido el curso anterior. Somos un grupo nuevo, con gente joven, y solo pensamos en competir cada fin de semana para mantenernos cerca de la zona alta y ver qué pasa en las últimas jornadas. Además, ha entrado una nueva propiedad al club y nos estamos adaptando a su método de trabajo y proyecto a medio largo plazo, el cual, si sale bien, puede llegar a ser muy bonito.
Acerca de ese tema ha hablado mucho Luis García; en concreto, sobre la importancia de estar ahí, en la lucha, cuando arranque la recta final.
Sí, está claro. Estos últimos años, la historia del play off dice que casi siempre sube el sexto; ese que llega con buenos resultados y muy motivado, solo hay que ver lo que ocurrió con el Eibar o el Girona la temporada pasada. Cada uno tiene que aprovechar su momento y eso es lo que queremos nosotros.
Y, ¿qué le está pareciendo la Segunda División esta campaña? Muchos dicen que es más exigente que las anteriores…
Siempre ha habido mucho nivel en esta categoría, pero sí que creo que este año la igualdad es tremenda. Nos mete cinco el Granada, después ganamos al Eibar, que le había goleado al propio Granada… Cualquier atisbo de relajación se paga muy caro y, una vez por detrás en el marcador, remontar es muy complicado.
Puede, entonces, que la regularidad que ha mostrado el Alavés hasta ahora esté siendo una de las claves por las que está arriba.
Así es. El Glorioso está demostrando ser un equipo muy fiable, al que cuesta hacer gol y que sabe hacer daño cada vez que llega arriba. Ser fuerte en ambas áreas, como lo es el Alavés, es lo que te hace estar arriba; sin olvidar, por otro lado, la importancia de saber a lo que se juega, lo cual la plantilla parece tenerlo muy claro.
¿Qué supone para usted volver a Mendizorroza?
Una tremenda alegría. Viví un año muy bueno allí, tanto a nivel individual como colectivo, y siempre me he sentido muy querido en Vitoria. La afición del Alavés siempre se ha mostrado muy agradecida con mi labor sobre el césped y no tengo ninguna duda de que va a ser un partido muy especial.
¿Fue el Glorioso el club en el que se pudo ver al mejor Jony?
Sí, pienso que aquel fue mi mejor año como profesional. Sinceramente, tengo un recuerdo buenísimo, porque me encontré con uno de los mejores vestuarios de mi carrera.
Aquel equipo, con el ‘Pitu’ en el banquillo, registró la mejor primera vuelta de la historia del club en Primera, ¿cómo lo hicieron?
Lo principal, como te he adelantado, fue que creamos un vestuario muy sano, humilde y consciente de cómo afrontar cada situación. Luego, en los futbolístico, aunque sabíamos que tendríamos que sufrir durante muchos minutos, también sabíamos que llegaría nuestra oportunidad para ganar en algún momento. En eso, en saber competir, creo que aquel Alavés fue el mejor de toda LaLiga.
En la segunda vuelta, sin embargo, no lograron mantener el ritmo, ¿qué pasó?
Sufrimos varios varapalos. Primero, en enero, se nos fueron dos jugadores muy importantes, como lo eran Ibai y Sobrino, y eso, pese a que los que llegaron trataron de aportar su granito de arena, fue difícil para nosotros a nivel emocional. Luego, se nos escaparon varios partidos que ya casi dábamos por ganados; el más claro, por ejemplo, fue el del Leganés en Mendi.
Otro tema bastante comentado fue el de su continuidad en el Paseo de Cervantes, ¿llegó a estar cerrado su fichaje tal y como se habló?
Sí, estuvo completamente hecho y firmado; sin embargo, el presidente del Málaga se echó atrás en el último momento, pidiendo bastante más dinero, y el Alavés no podía llegar a esas cantidades. En consecuencia, nos emplazamos al final de temporada, pero ahí me surgió la oportunidad de ir a la Lazio y no quise desaprovecharla; valoré esa llamada como mi último tren para jugar competición europea.
Uno que sí ha renovado recientemente ha sido Víctor Laguardia; para usted, que coincidió con él, ¿qué importancia tiene para el proyecto albiazul en Segunda?
Fundamental. Me pasé el verano hablando con él, porque tenemos muy buena relación, y fue muy claro conmigo en todo momento. Él quería seguir en el Alavés sí o sí y no tuvo problema en esperar hasta que se solucionara la cuestión del límite salarial. Luego, ya todo el mundo sabe que Lagu es una gran persona, un líder de vestuario que puede ser determinante en la pelea por volver a Primera División.
Por último, ¿qué espera del partido del sábado?
Lo principal es que gane el Sporting (ríe) y que, a partir de ese momento, todo le vaya genial al Alavés. Sobre el partido, supongo que se lo llevará el que no se desconecte o cometa menos errores. Además, sabemos que Mendizorroza va a estar lleno y que va a ser una tarde de fútbol para disfrutar.