"Mi cobertura a bordo del Aita Mari fue distinta porque lo hice todo con móvil"

En YouTube y en Eitb a la carta puede verse ya el fruto del trabajo del periodista Asier Sánchez que, valiéndose de su teléfono móvil y de las redes sociales, ha creado ocho capítulos (3 en euskera y cinco en castellano) de lo que han llamado Review: Aita Mari, un viaje al interior del buque de salvamento de migrantes y a las vidas de quienes durante una temporada fueron sus moradores hasta llegar a tierra firme sanos y salvos.

¿Qué le ha llevado a emprender esta nueva aventura, Review, en la que las redes sociales cobran un papel tan importante?

Yo siempre había apostado por la comunicación en redes sociales, y creo en la información en redes sociales e internet. Como los periódicos se modernizan, y la tele se tiene que modernizar, porque está claro que el público y la manera de consumir ha cambiado, esta es otra puerta más que hay que ir explorando y conociendo. No vamos a negar que hay personas que quieren que se lo cuentes todo en un reel o en 20 segundos mejor que en un minuto. Esa es una realidad, y yo creo que hay que trabajar eso y hay que estar ahí. Mi cobertura en el Aita Mari fue diferente porque lo hice todo con móvil y lo contaba de otra manera para redes, Internet, programas, informativos, etc. Luego, al ver el material, ellos me propusieron dar un salto más e intentar que esta noticia llegara a los nuevos públicos.

¿Cree que de no haber sido por las redes sociales, lo que está pasando allí no habría llegado a las nuevas generaciones?

Creo que a muchos de ellos no, y lo tengo clarísimo. Alrededor solo tenemos que mirar y ser conscientes de la realidad, y de ver qué es lo que están viendo y dónde se mueven. Pero incluso nosotros. Yo he cambiado hace tiempo mi manera de consumir y ahora a veces voy a las noticias que quiero. 

En este debate que gira en torno a si las redes sociales son beneficiosas o perjudiciales, usted ha demostrado que pueden hacer un bien social.

Claro, como todo. Las redes sociales son potentes, y se puede informar a través de redes sociales. Hay como una percepción a veces de las redes sociales que están un poco endemoniadas, pero es como todo. Si las sabes utilizar y sabes a quién seguir, cada uno te va a dar lo suyo. Si quieren información y les gusta cómo lo cuento, saben que Asier es periodista y que lo que va a decir es real y veraz, y con datos verdaderos, y no va a estar hablando por hablar. Entonces, las redes sociales, como otro medio, si se utilizan bien, sirven para comunicar y para informar, sin lugar a dudas. 

¿Qué supuso para usted ser testigo de los relatos de quienes terminaban a bordo del Aita Mari?

Pues fue un shock verlo en primera persona, porque lo ves en la tele y te impacta, pero es solo no quedarse en la imagen o en el testimonio. Por primera vez les hemos puesto cara, sabemos de dónde vienen, por qué se van, dónde están, etc. Entonces, también mi labor personal era no solo contar el hecho, sino que yo quería saberlo todo, y exprimir al máximo todo ese barco. En un primer momento, Eitb me mandó a contar los rescates, y vieron que la audiencia se sentía parte del barco. Los protas siempre han sido los voluntarios y los refugiados. 

Es casi como un diario de bitácora.

Sí. Y en su momento yo también escribí mi bitácora en Twitter, más personal, con fotos del día a día, y también llamó mucho la atención. 

¿Qué ha supuesto para usted volver a ver las imágenes a lo largo de estos episodios?

Volver a verlas y trabajar en ellas. Todo el producto está hecho por mí, de principio a fin. Menos los retoques finales, montaje, grafismo y producción, he sido yo conmigo mismo, y luego al final de todo el proceso han entrado el resto. Por momentos, cuando veía las imágenes, tenía que mandar audios a gente de la tripulación porque estaba llorando, porque era recordar y volver a vivir, era durísimo. Pero, por otro lado, dices “es que esto tienes que contarlo, se tiene que saber”. Te removía todo y era como estar de nuevo frente a frente con esa realidad. El día del preestreno fue la primera vez que vi la reacción de la gente, que al acabar algunos tenían los ojos llorosos, pero yo no sabía si iba a llegar al resto. 

¿Qué feedback le está dando la gente?

Muy bueno. Cada uno lo ve desde una perspectiva y desde un prisma. Todas las opiniones me interesan y me importan, pero sobre todo los que más me ayudan a saber por dónde tirar son las personas que consumen ahí. 

¿Cómo ha sido reencontrarse con los protagonistas?

Pues lo más impactante, cuando hablamos del feedback, fue en el estreno, que cuando estaba haciendo un directo en Instagram entró uno de los refugiados a darme las gracias. Recibir sus mensajes no tiene palabras.

En los vídeos pregunta a migrantes y voluntarios si repetirían esa experiencia. ¿Qué hay de usted? ¿Volvería al Aita Mari?

Sin dudarlo. Volvería sin dudarlo. Pero es verdad que hay que esperar y espaciarlo, porque en todo el mundo hay muchos focos. Por mi parte creo que esa parte hay que dejarla respirar. Volvería a ir, igual como voluntario.