Gorka Elustondo (Beasain, 1987) vivirá el derbi desde la distancia. Concretamente desde Madrid, donde reside en la actualidad, alejado un poco del mundo futbolístico. El exfutbolista de la Real y Athletic entre otros equipos atiende la llamada de NOTICIAS DE GIPUZKOA para hablar del derbi y de su pasado txuri-urdin y rojiblanco
¿Cómo le va la vida a Gorka Elustondo?
–Bien. Estoy feliz. Llevo tres años sin jugar a fútbol. Mi última aventura fue con el Rayo Vallecano en Primera División. En la sexta jornada tuve una lesión grave contra el Eibar. A raíz de ahí vino la operación del ligamento cruzado. Después estuve un año intentando volver, pero la rodilla no quedó igual. Nunca pude reengancharme. Hubo clubes interesados, pero la rodilla no me permitió ni siquiera probar, porque no podía.
No hubo ni anuncio oficial de su adiós...
–No. Fue como una cosa continuada en el tiempo. No es que me lesionara y lo dejara. Llegó el verano y renuncié a un contrato que me ofreció el Rayo Vallecano, pensando que me recuperaría y podría enganchar otro equipo, pero llegó agosto y no me veía, luego invierno, un periodo en el que intenté recuperarme al 100%, pero no llegué. Fue pasando el tiempo hasta que, poco a poco, se fueron yendo las opciones de seguir. Ni siquiera hubo un anuncio.
¿Se le hizo difícil tener que dejar así el fútbol después de tantos años?
–Uno no se lo espera. Tenía 31 años y contrato en vigor hasta verano con el Rayo Vallecano. Estábamos en Primera División. Empecé la Liga teniendo minutos, encontrándome cómodo y bastante bien físicamente. Dejarlo fue como una muerte dulce. Estuve un año trabajando con fisios, buscando diferentes médicos, opciones. Me dijeron que volviera a pasar por quirófano, pero nadie me garantizaba nada. Tome la decisión de dejarlo. Ya eran 32 años. Viendo los riesgos que podía conllevar otra operación, decidí colgar las botas.
¿Lo echa de menos?
–Bueno. Hay momentos que sí, esos periodos de grupo, las concentraciones, estar por la mañana con los compañeros es una actividad que desde pequeño siempre me ha gustado. Son momentos que sí se echan de menos, pero, por suerte, estoy a otras cosas, encaminando mi vida en otra dirección. Dentro de lo que cabe, lo llevo bien.
¿A qué se dedica Gorka Elustondo en la actualidad?
–Estoy metido en temas de hostelería, con algún socio, en algún proyecto de alguna clínica privada también. Son negocios al margen del fútbol, que a uno le mantienen activo. Aparte, hago deporte, gimnasio, footing, pádel... lo que uno puede.
¿No se ve en un futuro ligado de alguna manera al fútbol?
–Nunca se cierran las puertas. Sí que es verdad que como compañeros míos se han sacado el curso de entrenador, a mí en su día no me llamaba. No le cierro las puertas, pero de momento, sigo aireándome con otras cosas, viendo el fútbol desde casa y disfrutando.
¿Disfruta de la Real?
–Sí. El otro día estuve en el Wanda. La temporada que está haciendo, el fútbol que está haciendo es de admirar. Es increíble el trabajo que hay detrás de la cantera, del club en general. Es una señal de que las cosas se están haciendo bien y a la vista está que los chavales que están saliendo también van en la misma onda, todos creciendo muchísimo, apoyados en jugadores con el talento de Silva, Isak u Oyarzabal, que está a un nivel estratosférico. Es imposible no disfrutar.
¿Le sorprende ver a la Real liderando la clasificación de Primera?
–Es una burrada lo que está haciendo la Real. Parece algo normal, pero llevan tres, cuatro años a un grandísimo nivel, entrando en Europa, compitiendo con los más grandes de tú a tú. A la vista está la primera vuelta que se hizo la temporada pasada, ahora está en primera posición. Eso no es casualidad, no es una racha de tres, cuatro partidos. Es mucho tiempo ahí arriba, compitiendo en Europa y ojalá este año se consiga algo grande.
¿Le ve capacitada para mantener este ritmo y pelear por la Liga?
–Es complicado porque la Liga es larga y hay que mantener ese nivel, pero lo que me está gustando mucho es que, aparte de la alegría del juego, de la creatividad que tienen, creo que han conseguido que sea un equipo compacto, un equipo sólido. Aparte de hacer fútbol, les están haciendo pocos goles. Es un punto clave de cara a poder conseguir ese objetivo tan grande como podría ser la Liga. Con la marcha de Cristiano, de Messi, creo que la Liga se ha igualado. A la Real le veo cimientos suficientes para por lo menos estar ahí hasta el final de Liga.
¿Pudo ver el partido ante el Celta?
–Vi a ratos, pero en la misma dinámica de lo que te digo. Un equipo que se está mostrando muy sólido. De nuevo fuera de casa con portería a cero. Arriba, a la mínima hay mucha dinamita salga quien salga, Ahora mismo la Real tiene muchos recursos. Puede variar de once, de juego, pero en todos ellos se siente cómoda.
Y hoy derbi...
–Pues sí. El Athletic tampoco está mal. Están haciendo otro tipo de juego, pero se trata de un equipo muy rocoso, que está encajando muy poco gol. También están ahí arriba. Les cuesta más generar, hacer ocasiones, pero bueno, va a ser una piedra complicada para la Real. Creo que será un derbi muy competido.
¿Lo verá?
–Sí, claro. Desde que estoy fuera, quizá no estoy viendo todos los partidos, pero sí los especiales: los derbis, partidos bonitos de Champions, de Europa League... sí que me gusta verlos.
¿En esta ocasión es favorita la Real?
–Hombre, si nos remitimos a un tema de apuestas, creo que la Real es ligeramente favorita por el hecho de jugar en casa, por cómo lo viene haciendo, por la racha de resultados que lleva... Pero bueno, en la mente de los jugadores no entran esos datos. Enfrente viene el rival directo, el de toda la vida. Los dos equipos lo van a dar todo. Creo que va a ser un partido muy bonito
Pregunta complicada. ¿Con quién va Gorka Elustondo?
–(Risas) La Real es el equipo de mi vida, de mi corazón, el que me ha dado todo. Y, obviamente, el corazón es txuri-urdin. En la Real ya no queda casi nadie de mis compañeros, solo Illarramendi. En el Athletic quedan compañeros con los que jugué. Por esta razón tengo el corazón con una pequeña división, pero bueno, ya que estamos primeros, que nos dejen ir a por título.
¿Su manera de salir de la Real, con lo que le tocó vivir, no empaña su sentimiento por el club?
–Sí que es verdad que con un sector del público, por lo que sea, no cuajamos del todo. No por ello uno deja de sentir y valorar lo que ese club te ha dado. Por mi parte, me quedo con la oportunidad que me dio en su día de debutar con el primer equipo, de todas las cosas positivas que he vivido a lo largo de todos estos años, que han sido muchísimas: conocer a jugadores, a entrenadores, presidentes... Jokin Aperribay siempre me ha dado muchísimo cariño y se lo agradezco. No es fácil agradar a todos, pero bueno, no me quedo con eso, solo con lo positivo.
¿Entiende todas las críticas que recibió?
–Puedo entender que hiciera un partido malo o varios, como le pasa a todo jugador de fútbol, y recibiera críticas. Pero las críticas ajenas al fútbol, eso ya no lo comparto. Todos los que estábamos ahí, todos los que me conocen saben que he dado todo por ese club, todo el esfuerzo que he hecho cada vez que he saltado al campo, en cada entrenamiento, aparte de las dificultades físicas que he tenido en cuanto a lesiones. Todos los fisios y todos los médicos saben de lo difícil que ha sido este camino. Desde fuera se ven lo que son los 90 minutos de juego, pero ahí detrás hay muchas cosas que uno mismo lleva dentro y ahí se quedan.
El mayor hándicap en su carrera fueron los problemas físicos. Todo cambió a raíz de esa lesión de tobillo...
–Sí. No fue una lesión de tobillo común como mucha gente pueda pensar. Un esguince de tobillo de grado II son tres, cuatro, cinco semanas como mucho. Se cura y punto. Pero cuando un tobillo se convierte en una pesadilla y prácticamente pasas un año sin competir, es que ese tobillo no está bien y no ha quedado bien. A mí me causó muchos problemas después por el cambio de pisada, plantillas... A raíz de ahí, muchas roturas fibrilares y, bueno, yo sentía que no volvía a ser el Gorka Elustondo de antes.
Pasó muchos años en la Real. ¿Se puede quedar con un momento?
–Es muy complicado. A nivel personal, el gol que metí al Alavés en el minuto 94 en Segunda División con Coleman. Fue un 1-0 en Anoeta y esa celebración fue algo especial. A nivel colectivo, han sido muchos partidos, el ascenso, la previa de la Champions en esa eliminatoria frente al Lyon... Ese momento con Griezmann, con Vela, el club estaba disfrutando muchísimo. También lo viví con muchísima alegría.
¿Ese equipo era mejor que este?
–No es fácil decirlo. En ese momento, arriba teníamos mucha dinamita, pero este equipo, no sé qué me da, que tiene los cimientos más fuertes. Le veo mucha solidez a este equipo y con proyectos de hacer grandes cosas también. No te sabría decir cuál es el mejor equipo.
Dejó la Real y fichó por el Athletic. ¿Cómo lo recuerda?
–Terminaba contrato y me llegó la opción del Athletic para dos años. Y lo pensé. Por todo lo que he dicho antes, que había un sector de la grada con el que no congeniaba, no era de su agrado, y eso me empujó a tomar mi decisión de irme al Athletic. Fue una decisión difícil, pero era mi futuro, mi carrera profesional que me daba opción a seguir en Primera División en otro club grande. Así fue. A día de hoy no me arrepiento porque fueron dos años bonitos, conocí a una plantilla espectacular y a unos compañeros increíbles. También viví cosas bonitas.
Dos años en Bilbao, sin mucho protagonismo, y llegó la llamada de Lillo...
–En el Athletic sí que tuve algún problema físico, pero dentro de lo que cabe, no estaba mal, estaba a buen nivel, pero había una competencia enorme y no era fácil jugar, con muchos medios de alta calidad, pero bueno, con lo que aporté, con lo que pude jugar, me quedé satisfecho. Después llegó la llamada personal de Juanma Lillo. Teníamos una cuenta pendiente desde que me lesioné el tobillo en Segunda. Después de darle muchas vueltas, tomé la decisión de irme con él.
¿Cómo recuerda la experiencia en Colombia?
–Una locura. No fue fácil. Llegué a un club, el más grande Colombia, y la exigencia era ganarlo todo. Venían de ganar, además, una Copa Libertadores. Fueron seis meses. En los play-off nos eliminaron en cuartos de final. Tuve un par de lesiones musculares que no me permitieron tener esa continuidad tampoco. Y ya cuando Lillo se fue me vine al Rayo Vallecano. En Colombia se vive todo a tope. Es un público muy exigente, pero bueno, es muy caliente, te lleva en volandas. El fútbol se lleva en la sangre y fue una experiencia bonita. En el Rayo tuvo la suerte de subir con el equipo a Primera.
Echa la vista atrás y, ¿está satisfecho con lo conseguido?
Estoy muy satisfecho porque hacer doce, trece años en la elite del fútbol no está al alcance de cualquiera y no es fácil. Se tienen que sumar muchos factores para que eso ocurra. En ese sentido, estoy muy contento. Pero siempre se me queda la espina de qué hubiera pasado si no hubiera tenido esa lesión tan grave que la he ido arrastrando durante esos años. Cada vez que me recuperaba, los entrenadores confiaban en mí, pero jugaba como máximo cinco partidos seguidos y recaía. Así no era nada fácil volver al nivel anterior. Esa es la pequeña espina que se me ha quedado clavada.
De todos los compañeros que ha tenido a lo largo de su carrera, ¿se puede quedar con uno solo?
–Eso sí que es difícil. Si hubiera estado en más equipos, te sabría decir, pero como he estado en clubes con gente tan honesta y tan fiel, donde el grupo ha estado por encima de lo individual, puedo decir que he hecho muchos amigos y muy buenos. Dani Estrada, Markel Bergara, Carlos Martínez, Agirretxe, Zurutuza, De la Bella... Hemos hecho una piña y en todos los momentos difíciles nos hemos ayudado, nos hemos dado consejo. Y eso es lo bonito de todo esto. Hay mucha complicidad.
Ambiente. Un partido por todo lo alto como el choque de hoy en Anoeta contará también con un acompañamiento musical de altura. Y es que Gorka Urbizu, integrante de Berri Txarrak, ofrecerá una actuación musical antes del derbi y durante el descanso del partido. Las puertas del estadio donostiarra se abrirán a partir de las 20.00 horas, y media hora después el navarro comenzará un breve concierto en el que repasará algunos de los temas de su trayectoria y que han pasado ya a la historia del rock euskaldun. Tras el primer tiempo habrá una segunda actuación de Urbizu. Además de formar parte de Berri Txarrak, el músico de Lekunberri también ha sido integrante del grupo Peiremans, llamado así en recuerdo del que fuera jugador de la Real Sociedad. Antes del inicio del choque, los aficionados realistas también formarán un mosaico gigante en las gradas del estadio.
actuación de gorka Urbizu
derbi
"Tengo el corazón con una pequeña división, pero, bueno, ya que estamos primeros, que nos dejen ir a por título"
"Todos los que me conocen saben que he dado todo por la Real, todo el esfuerzo que he hecho cada vez que he saltado al campo"
"No me arrepiento de haber ido al Athletic. Fueron dos años bonitos, conocí a una plantilla espectacular y a unos compañeros increíbles"
"Tengo la espina clavada de qué hubiera pasado si no hubiera tenido esa lesión tan grave que he ido arrastrando durante años"