Un caso bastante habitual. Una visita llega a casa, da lo mismo un pariente, un amigo o el fontanero, y nuestro gato desaparece de la vista de todos. No se le vuelve a ver el pelo hasta que pasa un rato desde que se han ido. En muchos casos depende del carácter del animal, hay mininos más sociables, más curiosos o más tímidos que otros, pero sí es cierto que algunos se esconden más que otros.
Hay que tener en cuenta dos características de los gatos. Por un lado son animales territoriales a los que no le gustan las intromisiones y se dedican a vigilar al intruso desde una posición de seguridad hasta decidir cómo tomársela. Por otro lado, su rutina es ley y cualquier cosa que se salga de ella puede ser una perturbación que le cause ansiedad y necesite un refugio donde sentirse seguro.
Por qué se esconde
Dentro de la rutina de nuestro gato está la de contar con un refugio al que acudir cuando su pila social se ha acabado, cuando quiere sentirse seguro y descansar o, simplemente, ver la vida pasar. A poco que lo conozcamos ya sabremos su rutina y más o menos cuándo y durante cuánto tiempo se refugia.
Pero puede ocurrir que este patrón se altere, por lo que puede ser necesario averiguar qué ha causado este cambio en su comportamiento.
Éstas son algunas de las razones:
• Por seguridad. Ante la llegada de alguien nuevo al hogar, humano o animal, pueden sentirse amenazados. Esconderse les da sensación de seguridad y la posibilidad de evaluar la situación.
• Por estrés. Ha notado cambios en el entorno, de cualquier tipo. Esto puede estresarle y si se esconden, pueden evitarlo.
• Por timidez. Es una cuestión de carácter, su sociabilidad no va más allá de su familia y se esconde de todos los demás.
• Por traumas. Por razones vitales particulares, nuestro minino puede desarrollar miedos que le hacen ser retraído.
• Por una enfermedad. Un problema de salud le hace sentirse débil y vulnerable, por eso se suele esconder a esperar a que pase.
• Por una mudanza. Existen dos opciones, toda la familia ha cambiado de domicilio o el gato acaba de llegar a la casa. En ambas circunstancias debe adaptarse al nuevo entorno y explorarlo a su ritmo.
Dónde se esconden
Los gatos pueden elegir lugares muy variados para ocultarse, pero tendrán en común que estarán alejados de las zonas de mayor ajetreo. Serán espacios reducidos, oscuros, tipo madriguera con una sola apertura para vigilar el entorno y que nadie entre por sorpresa, y ubicado en un lugar con cierta altura.
Si es en un interior, puede ser detrás de un mueble o debajo de la cama, dentro de un armario o de un cajón. También en la parte más alta del mobiliario. Ojo al interior de las lavadoras o de la secadora, no vaya a haber algún susto. Lo mismo puede decirse de las cestas, de la ropa, la basura o cajas que tengamos abandonadas.
En el exterior se pueden esconder en las casetas o en el garaje, entre la plantas frondosas y altas del jardín, debajo del capó o el chasis de un coche (ojo en invierno cuando buscan el calor y tenemos que arrancar el motor).
Ayúdalo a sentirse más cómodo
Ante un cambio en su entorno, los gatos necesitan tiempo para asimilarlo. Para ayudar a tu compañero de piso esto es lo que puedes hacer:
• Crea un entorno agradable. Facilita que tu gato tenga diversas opciones si necesita estar solo. Niños u otras mascotas pueden resultar agobiantes y necesite esconderse un rato largo. Si hay más de un gato, vigilar como interactúan. Un gato dominante puede hostigar al otro y causarle estrés. Ofrece diversos lugares para guarecerse y que no tengan que estar siempre juntos.
• Difusores de feromonas relajantes. Existen difusores que liberan sustancias químicas que imitan las feromonas naturales de los gatos, que trasmiten calma a otros gatos. Se pueden enchufar en una pared, cerca de su escondite favorito. Pueden ser útiles en casos de mudanzas o cuando llega un nuevo inquilino.