El tiempo pasa y nadie es inmune a ello. Nuestras mascotas tienden a ser más longevas que sus primos silvestres. Unos cuidados veterinarios continuos, una fuente de comida regular y nutricionalmente casi perfecta, así como el mantenerlos alejados de la mayoría de los peligros y enemigos naturales hacen que su esperanza de vida se alargue bastante.
Por ello no es extraño que los gatos domésticos sobre pasen con cierta facilidad los 10 años de vida, edad a la que se considera que entran en la ancianidad gatuna. Teniendo en cuanta que no es de extrañar que lleguen hasta los 18, habrá que pensar que, al igual que los humanos, su estado general comienza a declinar, y como a nuestros mayores, haya que prestarles cuidados específicos.
De entrada, habrá que readaptar sus juguetes y sus utensilios como los platos de la comida o la bandeja de arena. Puede empezar a sufrir dolores articulares y musculares que le dificulten determinados movimientos, por lo que quizá habrá que hacérselos más accesibles. Además, los gatos son animales rutinarios, y cuanto más viejos, más. Por eso, lo mejor es no tratar de cambiársela.
Ejercicio moderado
Aunque existe la creencia que un gato, por muy mayor que sea, no deja de jugar, no es del todo cierto. Debe mantener la actividad física, pero no será tan intensa como antes. Hay que estimularle para que no caiga en la apatía. No es necesario que haga ejercicio todos los días, pero sí hacerle jugar y moverse al menos un cuarto de hora diario. Su principal problema puede ser el sobrepeso y hay que evitarlo para que no corra el riesgo de otras patologías. Diversos juegos de inteligencia y búsqueda le pueden estimular. Las alfombras de sentidos para perros pueden ser una buena elección.
Alimentación
Es un aspecto muy importante en esta edad. Hay que ofrecer al gatos todo lo necesario para cuidar su salud, aumentar sus defensas y reforzar su sistema inmunitario. Hay que prestar especial atención a sus riñones. conviene mantener la oferta de comida húmeda y pienso seco, pero habrá que repensar las proporciones. Es una labor que hay que llevar a cabo con el veterinario. A ello hay que unir una vigilancia más estrecha de la cantidad del agua que bebe.
Descanso
Siempre han descansado mucho, pero un gato anciano lo hará aún más. Por ello es importante facilitarle uno en el que se sienta seguro y esté alejado de la vida familiar, donde se refugie cuando lo necesite. Por supuesto, alejado del frío de la humedad, sus articulaciones lo agradecerán. Quizá haya que prepararle más de un rincón. Cojines al lado de radiadores o en lugares cómodo y tranquilos puede ser lo que necesiten.
Higiene
A mayor edad, más importante es cuidar la higiene del gato. Entre las labores que hay que incluir en sus rutinas poco a poco es revisarle las orejas, limar las uñas, que cada vez sufrirán menos desgaste natural, cepillarle el pelo para evitar que se lo trague. También es importante cuidar su boca. Las afecciones de los dientes son frecuentes en los gatos viejos y suelen acompañarse de un mal aliento. Además, la falta de apetito o el que coma menos en realidad, podría deberse a la formación de placa en los dientes que haya derivado en una gingivitis dolorosa que le molesta al masticar su pienso.
Visitar al veterinario con regularidad
Durante esta etapa es importante una visita al año como mínimo, aunque lo más recomendable es un análisis cada seis meses. Es la mejor manera de prevenir complicaciones de salud y prevenir posibles complicaciones. Hay que estar atento a cualquier cambio físico: pérdida de pelo, aparición de tumores, andares extraños. También deberíamos avisar a nuestro veterinario de cualquier cambio de comportamiento como la falta de apetito, el aumento de sed, una agresividad anormal o si nuestro gato parece deprimido.