Hasta hace no mucho, vestir la camiseta del Deportivo Alavés durante varios años era prácticamente una utopía. Sin embargo, el ascenso a Primera División ha permitido que, en las últimas temporadas, varios futbolistas formen una base que todo aficionado del Glorioso puede enumerar sin equivocarse. Uno de los integrantes de ese grupo es Rubén Duarte, quien, desde que aterrizó en Vitoria-Gasteiz con tan solo 22 años, ha sido el dueño y señor del lateral izquierdo babazorro y, en la actualidad, es uno de los más veteranos del vestuario. El almeriense ha vivido, junto a otros jugadores como Pacheco, Laguardia, Martín o Pina, la evolución del conjunto vitoriano en la élite y, por ello –además de por su capacidad de autocrítica–, es el indicado para analizar en DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el primer tercio de la campaña actual.
¿Cómo está el vestuario tras los últimos resultados?
–Sobran las palabras. El equipo venía trabajando bien y ahora, por fin, se está viendo reflejado nuestro esfuerzo. Todos estamos muy contentos por haber logrado esos 10 puntos y vamos a pelear por mantener la racha mucho más tiempo para, de esta manera, no sufrir tanto más adelante.
El día a día en Ibaia es mucho más sencillo ahora, ¿no?
–Sí, por supuesto. Pese a que hicimos méritos para sumar más puntos en el arranque, nos fuimos con mal sabor de boca al anterior parón de selecciones porque no nos salía nada. Sin embargo, en el fútbol todo cambia muy rápido y, actualmente, ese día a día es mucho mejor. Ahora bien, antes de conseguir resultados el ambiente también era bueno.
Calleja habla mucho de eso en sus comparecencias, ¿puede describir la atmósfera del vestuario albiazul?
–Somos como una familia y todos nosotros estamos dispuestos a sumar al grupo, tanto los titulares como los suplentes. Cuando perdíamos cada partido, lógicamente, no estábamos bien porque nuestra principal motivación es ganar, pero, aunque lo pasamos mal, la unión siempre nos hizo mantener las ganas de revertir la mala dinámica.
¿Cuál fue el punto de inflexión que les permitió darle la vuelta a la racha negativa?
–El triunfo ante el Atlético de Madrid fue trascendental por ser el primero, ante nuestra afición y frente a un rival de una entidad muy grande. Aun así, creo que ya habíamos hecho buenos partidos previamente. Por ejemplo, recuerdo que en la primera parte contra el Espanyol fuimos superiores y pudimos marcar dos o tres goles, pero el choque que te he dicho, a pesar de que después siguió la mala racha ante el Athletic y el Betis, fue importante para asomar la cabeza.
Y a usted, mentalmente, ¿cómo le afectó arrancar la temporada de esa manera? Porque el final del curso pasado ya fue complicado.
–Fue muy duro. Empezar con tantas derrotas te hace recordar las dos campañas anteriores, en las que sufrimos mucho. Sobre todo, a la última, que estuvimos todo el año en descenso hasta que vino Calleja y dio con la tecla. Tuvimos un inicio muy malo –en referencia al curso actual–, tanto en puntos como en juego, porque no nos salían las cosas, pero si alguien sabe salir de situaciones así es el Alavés, que ya lo ha vivido más veces. Para ello, eso sí, no hay otra fórmula que trabajar, creer en nosotros y también, obviamente, en el míster, pues es el capitán de este barco.
"Todo el equipo está muy contento por haber logrado esos diez puntos consecutivos; ahora, por fin, se está viendo reflejado nuestro esfuerzo"
"Se trabaja para evitar las manos, pero es un tema complicado porque no se pitan todas y, además, se cometen en acciones muy rápidas"
"Los culpables de la mala racha inicial fuimos los jugadores; nos pueden salir las cosas o no, pero siempre debemos dar el 200%"
"Me tomo cada entrenamiento como si fuera el último y con las ganas de que Calleja me vuelva a elegir; pese a los números, no me siento titular"
Habla de confiar en Calleja, ¿qué importancia ha tenido que el club haya seguido apostando por él?
–Uno de los partícipes de que el Glorioso siga en Primera División es él y, por ello, merecía esa oportunidad para revertir la situación. La temporada pasada nos cogió cuando estábamos muy jodidos y, aunque nadie confiaba en nosotros, nos aportó ese aire fresco necesario para lograr la permanencia. Además, durante la última mala racha, los culpables fuimos nosotros porque no hicimos nuestro trabajo sobre el césped. Nos pueden salir las cosas o no, pero siempre debemos dar el 200% porque, si no lo hacemos, somos muy vulnerables.
Usted es uno de los veteranos del equipo, ¿cómo está viendo la adaptación de los recién llegados?
–Los veo muy bien y, como he mencionado antes, nuestro vestuario es muy familiar y recibe a todo el que llega con los brazos abiertos. Sobre todo, a esos jugadores jóvenes que vienen con ganas de aprender y aportar su granito de arena. Por otro lado, todos ellos saben que aquí nadie juega por decreto y que deben estar preparados para cuando llegue su momento. En los últimos partidos, por ejemplo, creo que los que han salido desde el banquillo han ayudado mucho.
Hasta este verano, el encargado de enseñar a los nuevos lo que es el Alavés era Manu García, ¿cómo llevan Pacheco y Laguardia esa tarea?
–Sí, Manu era nuestro capitán y también uno de los responsables de que el club haya crecido tanto en los últimos tiempos. No obstante, por temas extradeportivos que no me toca hablar a mí, ya no sigue aquí y no podemos vivir del pasado. Creo que tanto Pache como Lagu, que son los que más tiempo llevan en el equipo, están manteniendo su legado como dos alavesistas más.
En lo referente al aspecto individual, ¿cómo valora su rendimiento en estos primeros meses de competición?
–Mi inicio de temporada fue malo. En ningún momento me encontré a gusto en el campo y no sentí que estuviera dando ni la mitad de mi mejor versión. En etapas así, lo mejor es apoyarse en el colectivo y en su día a día. Nosotros no somos futbolistas de un talento bestial como pueden ser los del Villarreal, el Valencia o el Atlético, por eso siempre remarco tanto la importancia del grupo, pues, cuando este funciona y consigue resultados, es mucho más sencillo rendir de manera individual. Creo que mi evolución ha sido buena en las últimas semanas.
En ocasiones, usted ha sido uno de los albiazules señalados, ¿cómo ha soportado esas críticas?
–Intento aislarme de todo lo que se comenta fuera de mi círculo. Si no lo hiciera, me volvería loco. Por ejemplo, en la semana posterior al partido frente al Mallorca, cuando me expulsaron y perdimos, yo fui el peor del mundo –igual que el equipo en las primeras jornadas– y ahora somos los mejores porque hemos sumado 10 de 12 puntos. Está mal decirlo, pero el fútbol es muy ventajista en ese sentido y, en los malos momentos, lo mejor es apoyarte en la familia.
Sobre esto último, las manos y los penaltis han sido un tema bastante polémico, pero parecen haber dado tregua. ¿Se han trabajado ambos aspectos en Ibaia?
–Es algo que se entrena, claro. Sin embargo, cada encuentro es un mundo aparte y, en cualquier momento, todo lo que has ensayado a lo largo de la semana se puede ir al traste. En cuanto a las manos, es un tema muy complicado porque hay algunas que se pitan y otras que no. Ante el Espanyol me tocó a mí y, aunque sabía que debía poner los brazos atrás, no es fácil reaccionar cuando tienes que tomar una decisión en décimas de segundo. En este y otros casos, como el de Ximo en San Mamés, creo que los árbitros y el VAR deberían valorar si esas acciones son punibles de una ocasión manifiesta de gol, pero ellos son los que deciden.
En su caso, algo curioso es que, desde su llegada a Vitoria, prácticamente siempre ha sido titular indiscutible y pocas veces ha habido una competencia real por su posición, ¿cree que eso ha hecho que usted se relaje en algún momento?
–Sinceramente, todas las semanas parto de cero. Me tomo cada entrenamiento como si fuera el último y con las ganas de intentar hacerlo lo mejor posible para que el míster me elija. Aunque los números están ahí, para nada me siento titular y, después de cada partido, vuelvo a tener ese gusanillo dentro de mí que me hace ser muy profesional.
¿Qué opinión tiene sobre Javi López?
–Me parece muy buen chaval. Es un jugador joven con mucho potencial, fuerza y descaro. Tanto a mí como a Saúl nos viene bien que él esté ahí luchando por el puesto y tratando de aportar sus virtudes a los demás compañeros.
En los últimos años, han salido a la luz algunas ofertas por usted. ¿Ha estado cerca de dejar el Alavés en algún momento?
–Honestamente, siempre soy el último en enterarme de esas cosas. Yo me centro en jugar y en hacerlo lo mejor posible. El Glorioso me ha dado mucho, lo siento como mi casa y de todo lo demás se encargan Sergio Fernández y mi agente.
¿En qué se diferencian el Rubén Duarte que fichó por el conjunto babazorro en 2017 y el actual?
–El cambio de aires me hizo madurar y saber manejar situaciones por las que no había pasado. Al final, llegué aquí siendo un chaval, con pocos partidos en la máxima categoría y sin haber salido prácticamente de Barcelona.
Para usted, que sabe lo que es jugar en un Mendizorroza lleno, ¿cómo fueron todos esos meses sin afición en las gradas?
–Malísimos. Fuimos, sin duda, uno de los equipos más afectados de Primera División, pues, cuando tenemos a nuestra gente animando, es muy difícil que los rivales consigan puntos en Mendi. Además, el fútbol sin público es muy descafeinado, no es nada.
¿Cuál es su objetivo a medio-largo plazo?
–Es muy complicado pensar en algo posterior a la actual temporada. Supongo que seguir creciendo como futbolista, pues todavía soy joven, y cumplir todos los objetivos colectivos con el Alavés. Aún me queda un año y medio de contrato.
¿Ve al Glorioso peleando por algo más que la permanencia en el futuro?
–Por supuesto. No es sencillo porque para competir con todos esos clubes que tienen más presupuesto hay que hacer las cosas muy bien dentro y fuera del campo. Sin embargo, aunque debemos tener los pies en el suelo, tanto nosotros como la afición soñamos con jugar algún día competición europea.
LA OTRA CARA: FAMILIA Y 'PLAY' EN SU TIEMPO LIBRE
Descanso. Al igual que cualquier otro futbolista, Rubén Duarte también necesita olvidarse de la actividad profesional en su tiempo libre. Para ello, el almeriense se centra en su familia y también dedica cierto tiempo a los videojuegos. El lateral babazorro se define a sí mismo como un "amante de la Play" –en referencia a la PlayStation de Sony– y, sobre todo, opta por jugar al Fifa. Ahora bien, nunca escoge controlar al Deportivo Alavés porque, pese a estar en Primera División, el conjunto babazorro no es una buena elección. "Somos flojetes, la verdad. Mi carta del Ultimate Team, por ejemplo, vale para mirarla y poco más", explica. Eso sí, su compañero Joselu Mato fue seleccionado hace poco por la desarrolladora (EA Sports) en el equipo de la semana internacional.