Vida y estilo

Mi loro ha perdido plumas, ¿es por alopecia o por picaje?

No son pocas las aves psitácidas que en cautividad sufren alteraciones del comportamiento por estrés o por falta de actividad y se automutilan arrancándose las plumas
Una veterinaria examina una cotrorra argentina ('Myiopsitta monachus') / Freepik

En muchos hogares, los aficionados tiene como mascotas a diferentes clases de aves, empezando por canarios y siguiendo por las distintas familias de loros, de psitácidas. En este grupo se encuentra desde los propios loros a los periquitos, ninfas o agapornis, entre otras muchas y variadas especies. Pero lejos de ser unos animales de cuidado sencillo, su inteligencia y su carácter activo hace que requieran unos cuidados específicos para mantenerse sanos de cuerpo y mente.

Si no se les proporciona un ambiente enriquecido y limpio, que estimule sus capacidades físicas y psíquicas así como una alimentación adecuada, pueden desarrollar muchos problemas de salud y de comportamiento, siendo uno de los más llamativos la pérdida de plumas y las consiguientes calvas en su cuerpo. Es decir, podemos estar ante un caso de alopecia (aunque sean plumas en lugar de pelo) o de picaje. El primer caso sería un problema de salud física y el segundo una afección psicológica la mayor parte de las veces.

Una de las dos cotorras doradas ('Guaruba guarouba') muestra el pecho desplumado. Snowmanradio

La alopecia

Las calvas en un pájaro pueden deberse a varias causas y casi todas está relacionadas con alguna enfermedad, desde una infección como la enfermedad del pico y las plumas, el circovirus aviar (PBFD por sus siglas en inglés: psittacine beak and feather disease), un mal vírico extremadamente contagioso que ataca el sistema inmune y mortal ya que no tiene cura. También el poliomavirus aviar tiene como un síntoma en ejemplares jóvenes de periquitos pérdida de plumaje en cuello y cabeza.

La muda es la principal causa de caída de las plumas en cualquier ave. Es un proceso natural en el que poco a poco se sustituye las viejas por otras nuevas, es paulatino y no llegan a detectarse calvas. Pero si tiene lugar cuando el pájaro está bajo de defensas y su salud debilitada puede que no le salgan las nuevas a la misma velocidad que pierde las viejas. La malnutrición suele ser la causa de fondo en este caso.

Un tercer motivo de alopecia es alguna enfermedad de la piel, desde la presencia de ácaros y parásitos a una dermatitis fúngica que afecte a la piel y a las plumas. Finalmente, algunos tumores pueden tener en una calva una señal de alarma.

El picaje

Pero en el caso de los loros, la causa más común es el picaje, es el arrancarse las plumas. Pero ojo, aunque lo más frecuente sea que se automutilen, puede ocurrir que la víctima de esta acción sea otro pájaro cercano. Y este mal, aunque en mayor medida se da en estas aves, las paseriformes, los pájaros de percha y cantores como canarios o jilgueros por ejemplo, también la sufren, especialmente durante la muda y cuando los pichones se encuentran muy hacinados en los criaderos.

Este comportamiento, cuando no es una acción originada por un problema en la piel, que necesitan rascarse y eliminar la molestia, el escozor que sienten, es una respuesta al estrés que, por diversas razones puede sufrir un loro. Por este motivo es más fácil de identificarlo observando su comportamiento. Una primera pista es que las calvas se encuentran en lugares donde el ave alcance con su pico y las de la cabeza se vean en perfecto estado. Esto si el ejemplar vive solo, si tiene compañeros habrá que asegurarse de que no se otro el que lo haya tomado con él.

Es importante observar el tipo de picaje, ya que según como se puede deberse a causas distintas. Algunas aves se arrancarán las plumas de un tirón, lo que puede dejar sangre en el ráquis de la pluma en su cañón central. Una segunda forma de hacerlo es mordisqueándoselas, cortando las barbas de la pluma, por lo que se encontrará el suelo de la jaula llena de trocitos.

Causas y soluciones

En estos casos, el origen está en que el loro no tiene bien cubiertas sus necesidades, desde el estímulo intelectual que le permita trabajar su innata curiosidad hasta espacio suficiente para moverse, volar y ejercitarse. El aburrimiento, la soledad y la inmovilidad es lo que más les estresa.

Por este motivo, y tras descartar un origen fisiológico, se debe empezar a mejorar el entorno, ofreciéndole estímulos, juegos, espacio, un compañero con el que desarrollar su muy desarrollado carácter social. Algo tan simple como la forma de alimentarse puede ayudar, hacer que forrajee (buscar semillas y trozos de verdura o fruta por la jaulas) puede tenerle entretenido obligándole a moverse y a tener que pensar cómo llegar hasta el premio.

De esta forma, poco a poco, el proceso puede ser largo, se conseguirá eliminar la ansiedad con la que vive en cautividad.

18/05/2024