Einar Galilea ingresó en Ibaia con 11 años y llegó a debutar con el primer equipo del Alavés. Ahora, con 27, vuelve a dejar Vitoria-Gasteiz para firmar con el NK Istra croata
Vitoria – El sueño de todos los niños y las niñas –futboleros y futboleras– que han pisado las gradas de Mendizorroza es llegar a vestir algún día la camiseta del Deportivo Alavés. Muchos lo intentan y, desde muy jóvenes, convierten este deporte en su día a día, pero solo unos pocos privilegiados consiguen acceder a la escalera, subirla íntegramente y jugar con el primer equipo babazorro.
En ese sentido, uno de los últimos canteranos que completó todo este proceso, además sin tener que salir fuera para demostrar su valía, fue Einar Galilea. Este gasteiztarra debutó con el Glorioso en Segunda B de la mano de Natxo González y, más tarde, sumó varias titularidades en la División de Plata. Además, fue parte de la plantilla que logró el ansiado ascenso a Primera División. Ahora, tras más de 15 años enrolado en el barco albiazul –y después de encadenar varias cesiones–, Einar se ha despedido definitivamente del club de su corazón para poner rumbo de vuelta a la que ha sido su casa los dos últimos años: Croacia.
Aunque llevaba ya varios años sin vestir la zamarra del Alavés, ¿cómo ha sido esta despedida definitiva?
–Triste, en cierta parte. Sí que es cierto que voy a seguir defendiendo los intereses de la institución, pero ya no como jugador albiazul. Ahora voy a ser como algunos de mis compañeros en Croacia, que, aunque están bajo la disciplina y el organigrama del grupo Baskonia-Alavés, no tienen relación alguna con el club.
Pese a ello, su casa seguirá siendo el Glorioso, ¿no?
–Claro, todo lo que quiero está ahí. Estos años que voy a estar fuera los valoro como un peaje que hay que pagar, pero yo me veo viviendo en Vitoria y yendo a la grada de Mendi con mi gente. Tengo claro que todo eso es algo que no quiero perder.
¿Qué le ha aportado su paso por el conjunto babazorro?
–Mi vida no se puede entender sin el Alavés. Ingresé en Ibaia con 11 años y he estado, de una u otra manera, hasta los 27. Mis valores –esfuerzo y trabajo–, eso sí, los adquirí primero en casa y luego ya los vi reflejados en el día a día como futbolista albiazul.
Dentro de la disciplina alavesista, ¿de qué compañeros no se puede olvidar por lo que han significado para usted?
–Hay muchos. Además, no solo entrenadores y jugadores. Yo siempre me voy a acordar de toda esa gente –utilleros, jardineros, etc.– que trabajó para que nuestro día a día fuera más sencillo. No obstante, por encima de todo eso está Manu, que es quien me ha enseñado más a nivel profesional.
Si pudiera repetir un momento de su etapa en el Alavés, ¿cuál elegiría?
–El ascenso a Primera División es algo que nunca voy a olvidar. Es cierto que a nivel deportivo tal vez optaría por otro, pero lo que sucede en el campo no es siempre lo más importante.
¿Y cuál le gustaría olvidar?
–La lesión de rodilla y, sobre todo, lo que esta supuso. Aquel año –en referencia al curso 2016-17– estaba en dinámica del primer equipo, aunque jugaba con el filial, y tenía la sensación de que iba a debutar en la máxima categoría, lo que hubiera supuesto un paso importante para mí. Aun así, ese traspiés en el camino también me sirvió como aprendizaje.
Ha mencionado a Manu, que se despidió hace ya varias semanas, ¿le sorprendió su marcha?
–Mucho. Yo no entiendo al Alavés sin Manu y me da una pena terrible que no se haya podido despedir como se merece. Sin embargo, aunque muchos no la compartamos, es una decisión deportiva y hay que respetarla.
¿Qué importancia tiene un capitán como él en el día a día?
–Es fundamental porque traslada a todo el vestuario los valores que representan al Glorioso. Él sabe de dónde venimos, valora mucho dónde estamos y transmite mejor que nadie ese esfuerzo, trabajo y profesionalidad necesarios para vestir esta camiseta.
¿Cree que su ausencia puede ocasionar cierto vértigo en el vestuario?
–No lo creo. Sé cómo son Lagu, Pache y Martín y tengo muy claro que van a seguir por el mismo camino que empezó Manu en 2012. Eso sí, el equipo va a notar su falta.
Ha decidido volver al fútbol croata, ¿ha valorado alguna otra opción?
–Sí, pero para mí lo más importante es sentirme a gusto. Tras el mal periplo en el Sochaux, donde se me hacía todo muy complicado, ahora valoro mucho un lugar como Istra. Aquí tengo ya mi grupo montado y volver me ha parecido lo más sensato.
¿Qué opinión tiene sobre esta estrategia de expansión internacional del Grupo Baskonia-Alavés?
–Es una práctica más dentro del fútbol moderno. Si realmente ayuda a equipos como el Istra, me parece bien. No obstante, si el objetivo es usarlos para hacer negocio, a mí siempre me van a tener en contra.
¿En qué se diferencian el fútbol croata y el español?
–El que se practica en LaLiga es mucho más táctico. Ahora bien, están muy parejos en cuanto a calidad. En el vestuario, por ejemplo, solemos debatir quién saldría vencedor de un choque entre el Alavés y el Dinamo de Zagreb.
Los jugadores que están cedidos allí, ¿tienen expectativas de debutar con la camiseta albiazul?
–No. La gran mayoría no han debutado como babazorros y saben que es un paso muy difícil. Ven la experiencia como una oportunidad para progresar, sea en Vitoria o en otro lado.
¿Qué aspiraciones tiene Einar Galiea para el futuro?
–Ser feliz. No quiero estar en un sitio donde el día a día se me haga cuesta arriba. Luego, en lo deportivo, valoraré dentro de dos años, cuando acabe mi contrato, si merece volver a casa después de tanto tiempo fuera.
"Jamás olvidaré el ascenso a Primera División en 2016, es algo con lo que sueña cualquier jugador"
"No entiendo al Alavés sin Manu y me da una pena terrible que no haya podido despedirse como se merece"
"La mayoría de los cedidos en Croacia ven muy difícil debutar con la albiazul; tan solo buscan progresar"