EN el momento actual, de poco sirve conseguir algo si no se graba. De poco sirve escalar la montaña más alta, atravesar el mar más grande o dominar las olas más colosales si no se logran imágenes que así lo registren. Porque, en el momento actual, tan importante es el logro como su divulgación. Tan seductora es la gesta como la historia que tiene detrás. Esta idea, indiscutible hoy en día, era algo que también tenía muy claro el director y aventurero Michael Dillon en la década de los 70 del siglo pasado. Es decir, hace ya más de 50 años. El currículo de australiano incluye más de 100 proyectos de cine al aire libre, 25 años como cineasta de sir Edmund Hillary –el alpinista y el sherpa Tenzing Norgay se convirtieron en los primeros en alcanzar la cima del Everest– y numerosos premios. De hecho, cabe destacar que justo por una película en la que documentaba la última gran expedición de Hillary (Ocean to Sky), Dillon ganó el premio principal del BBK Mendi Film Bilbao Bizkaia Festival de 2020. Sin embargo, su último galardón lo recibirá hoy viernes, dentro del marco del certamen patrocinado por DEIA. Será a las 19.30 horas en la Sala BBK cuando el australiano obtenga el Gran Premio anual de la Asociación Internacional de Cine de Montaña (IAMF, por su siglas en inglés) por una trayectoria en la que destaca la película que se emitirá tras el homenaje, Everest. Sea to Summit, el filme más premiado en la historia del cine de montaña, con ocho Grandes Premios en todo el mundo, por lo que es considerado uno de los mejores largometrajes de aventuras de todos los tiempos.
En él, Dillon narra cómo Tim Macartney-Snape escaló la montaña más alta del planeta desde el mar hasta la cumbre. Es decir, cómo recorrió cada uno de sus 8.848 metros. Y es que cuenta la leyenda que cuando el alpinista, también australiano, alcanzó en 1984 la cima del Everest sin oxígeno suplementario, en un estilo alpino ligero y sin la ayuda de porteadores de gran altura, convirtiéndose en el décimo sexto montañista en lograrlo, su amigo Dillon le espetó: “Mira compañero, conseguiste algo bastante bueno, pero no lo hiciste del todo bien. La montaña se mide desde el nivel del mar, por lo que, para escalarla correctamente, tendrías que hacerlo partiendo desde el nivel del mar”. Porque la mayoría de las expediciones al techo del mundo comienzan a unos 3.600 metros en el lado sur o a 4.500 en el lado norte. E incluso las más animadas lo intentan desde Katmandú, estando situada la capital nepalí a 1.400 metros de altura. Pero nadie lo había intentado desde el nivel del mar. Así que dicho y hecho, seis años después, en 1990, Macartney-Snape consiguió una epopeya que nadie ha podido repetir. Tres meses tardó el australiano en su peregrinaje. Pero, antes, el propio Dillon se encargó de registrar cómo su amigo se preparaba de manera concienzuda para hacer historia con solitarias e intensas escaladas y exigentes carreras a más de los 40 grados que calentaban los desiertos de la Australia occidental.
Finalmente, Macartney-Snape partió hacia su objetivo el 5 de febrero de 1990 desde el Golfo de Bengala. Desde la localidad india de Gangasagar. Más de mil kilómetros le separaban de Nepal y las cercanías del Himalaya. Así que, cuando llegó, necesitó cinco semanas de aclimatación en el campo base y dos días para superar la cascada de hielo de Khumbu. La mala climatología le obligó a cambiar los planes y terminó por hacer base en el Collado Sur, a 8.000 metros de altura. De esta forma, fue el 10 de mayo cuando comenzó su intento definitivo, con nauseas y diarrea. Solo y muerto de frío, extremadamente débil, el alpinista australiano estuvo 12 horas para superar los últimos 800 metros, que culminó a las 9.45 horas del día 11. En ese momento, Macartney-Snape se convirtió en la primera y, hasta el momento, única persona que ha coronado el Everest partiendo desde el nivel del mar. Y, todo ello quedó registrado por la cámara de un Dillon que hoy volverá a proyectar su película en el Mendi Film.
Dos pases
Everest. Sea to Summit no es el único largometraje que Dillon ha llevado a esta edición del Mendi Film. El cineasta presentó el pasado miércoles, y en estreno mundial, su nueva película Everest. The Boy Who Dared. En ella, Dillon refleja el sueño de Christopher Harris, un australiano de 15 años que ya ha pasado por las montañas más altas de Oceanía, Europa y África, además del Aconcagua (6.961), de poner sus pies en la cima del mundo. Un sueño que deberá realizar con su padre y por la vertiente norte, ya que en Nepal está prohibido escalar con menos de 16 años.