El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, mantuvo este jueves que fijar una fecha, en este caso 2030, para la ampliación "empuja" a la Unión Europea a prepararse y da a los Balcanes Occidentales un "cronograma concreto" para adaptarse, de manera que ninguna de las dos partes tenga "excusas".
"Fijar una fecha empuja a la UE a prepararse y da a los Balcanes Occidentales un cronograma concreto para cumplir de su parte. No más excusas de ninguno de los lados", afirmó Michel en un encuentro con algunos medios en Bruselas, entre ellos EFE, en el que defendió su discurso del lunes pasado en Eslovaquia, en el que apostó por preparar al club comunitario para una ampliación a nuevos Estados con el horizonte de 2030.
Para el ex primer ministro belga "una cosa está clara: si no nos imponemos un objetivo, nunca estaremos preparados", subrayó.
"Mi discurso es el resultado de muchas consultas con los líderes de la UE y de todos los líderes de los Balcanes Occidentales, y de diferentes reuniones y formatos. Se acordó que ahora tenemos impulso para avanzar en este debate", aseguró Michel, que salió así al paso de reacciones surgidas desde la Comisión Europea y de la Eurocámara contrarias a fijar una fecha para la ampliación de la UE.
La Comisión debe presentar en octubre los informes sobre el progreso de todos los países candidatos, incluidos los de los Balcanes Occidentales, Ucrania y Moldavia.
"Debemos discutir y encontrar una solución a las cuestiones de gobernanza, prioridades y finanzas" en la UE, así como responder a "tres preguntas: ¿Qué queremos hacer juntos? ¿Cómo lo hacemos? ¿Como lo pagamos?", acotó el presidente del Consejo Europeo.
Y, añadió, "si encontramos un enfoque común sobre estas tres cuestiones, entonces veremos si necesitamos un cambio en el tratado".
La cumbre extraordinaria informal de jefes de Estado y de Gobierno de la UE de octubre en Granada será un punto de partida importante para este debate, que estará precedida el día anterior por la tercera cita de la Comunidad Política Europea, señaló un funcionario europeo a varios medios, incluido EFE.
El funcionario consideró que el Consejo Europeo es la mejor plataforma para facilitar el intercambio político de opiniones, preparar el consenso y la convergencia entre los Veintisiete frente a este debate, que reconoció que será difícil.
Insistió en que este es un momento de verdad política y de actuar de una manera más geopolítica, con el objetivo de contrarrestar la influencia de China y Rusia en los Balcanes Occidentales, incluso ayudando a los países balcánicos a cortar sus dependencias energéticas con Moscú, abriéndoles el acceso al mercado único europeo de forma progresiva o dejándoles que participen en discusiones europeas pero sin derecho a voto.
Este debate a nivel interno llevará aparejada una reflexión profunda sobre todos los procesos de toma de decisiones, algunas por unanimidad en el club comunitario, y sobre la financiación de las políticas comunitarias, incluida la revisión pendiente de aprobar del marco financiero plurianual.
Y tarde o temprano, según la fuente, los líderes tendrán que abordar si están de acuerdo o no en abrir canales de financiación directa para la UE. Auguró, en este sentido, que este será un debate presente en la campaña de las próximas elecciones europeas de principios de junio de 2024.
No obstante, el funcionario mostró su esperanza en que la fecha de la ampliación quede fijada en algún Consejo Europeo antes de las elecciones de junio próximo.
Sobre Ucrania, la fuente consideró que necesitará ser objeto de un tratamiento específico, ya que se trata de un país en gran parte destruido por la guerra lanzada por Rusia, con un sector agrícola importante y con más de 40 millones de habitantes, frente a los 18 millones de habitantes que tiene un Estado de tamaño medio de la UE.
En cualquier caso, el funcionario abogó por hacer todo lo posible por estabilizar y consolidar el apoyo a Ucrania antes de las elecciones europeas, pues es imprevisible el panorama político que puede salir de las urnas en la UE, así como de las elecciones estadounidenses de noviembre de 2024.
En cuanto a Turquía, cuya ambición de ingresar en la Unión Europea ha sufrido múltiples altibajos desde que se presentó la solicitud por primera vez en 1987, el funcionario señaló que no existe la impresión global de que el país de 85 millones de habitantes haya hecho un trabajo significativo en los últimos años para acercarse a los valores fundamentales europeos.
Ahora bien, reconoció que la UE necesita tener una relación estratégica, estable y predecible con Ankara.