El periodista gasteiztarra Miguel Gutiérrez está ahora mismo en Kiev. Vivo y de momento a salvo después de haber sobrevivido ayer a los disparos de los soldados rusos en Irpín donde acompañaba a los voluntarios ucranianos que están evacuando a los civiles.
"Ayer fue un día muy complicado, un día trágico con la muerte de compañeros periodistas", relata recordando a Brent Renaud, el periodista estadounidense que murió tras ser tiroteado por las tropas rusas junto a dos compañeros que resultaron heridos mientras ayudaban en la evacuación de los habitantes de Irpín. "La situación de los civiles es insostenible. Todas las casas de Irpín están destruidas y los combates te pillan en medio", asegura este periodista que puntualiza, "los civiles viven así todos los días".
"Nos hemos librado por un pelo"
Miguel Gutiérrez nos ha contado lo que ocurrió ayer mientras sacaban a varios ancianos impedidos de sus casas para llevarles al puesto de la Cruz Roja cercano a Kiev. "De repente nos encontramos el tanque ruso de cara. Bajaba desde un parque central de Irpín ya tomado por rusos. Bajó hacia nosotros. A 100 metros torció pero cuando estábamos sacando a los ancianos empezaron a dispararnos", relata. "No recuerdo bien lo que pasí pero yo llevaba a la señora en silla de ruedas y acabamos en un jardín de una casa", prosigue. "El problema es que en la única salida del jardín estaban los rusos y era la única forma de salir", rememora.
Este periodista ha vivido otros conflictos y afirma que tu vida depende muchas veces de la decisión que toman los soldados. Ayer fue un ejemplo de ello. Para salir de este jardín hubó quien tomó la decisión de arriesgar su vida. "Un voluntario ucraniano dijo me toca a mí y cogió una bandera blanca para plantarse ante los rusos que simplemente decidieron no matarle. El se quedó entre los rusos y nosotros. Los rusos no nos dispararon más. Pudieron matarnos a todos", reconoce. "Los civiles no llevaban armas ni nada. Nos hemos librado por un pelo", asegura.
Miguel recuerda que todos los periodistas que están cubriendo esta invasión de Ucrania llevan unos carteles grandes en el pecho en los que pone prensa. Esto no ha evitado la muerte del periodista estadounidense que en el momento en que fue tiroteado, nos cuenta, estaba haciendo lo mismo que él y su compañero Diego Cortijo.
"Kiev está muy paranoica"
Ellos han tenido suerte y han podido salir ya de Irpín donde en este momento ya no dejan entrar a ningún periodista, señala. "Salimos del puente de Irpín. Entonces nos enteramos de que habían muerto periodistas. Ese estadounidense estaba haciendo lo mismo que nosotros. Podía haber sido una masacre", afirma.
Sin embargo, recuerda, los civiles "están así todos los días". "Si uno conoce el infierno de Irpín, te das cuenta de lo que puede llegar a pasar en Kiev con millones de personas, de la catástrofe que se avecina viendo el infierno de otras ciudades", vaticina.
Miguel Gutiérrez y su compañero abandonarán pronto Ucrania. "Vamos a llevar a unos civiles a Vitoria. Estoy con la asociación 'Eutsi Ukrania'. Yo saldré con dos ancianos que no se valen por sí mismos, necesitan medicación y tienen lazos familiares en Vitoria. Sus casas están pegadas a Irpín y en seis o siete días la guerra va a llegar allí", señala.
Afirma que Kiev está "poco afectada" todavía, con algunos edificios golpeados. "Kiev está muy paranoica. Ven espías por todas partes. Se ven nervios y miedo en los soldados", relata y advierte de que hay mucha gente, muchos niños que no se han evacuado de la capital y que "luego será tarde. Lo intentarán a última hora y ya no podrán", lamenta.