Miguel Gutiérrez ha vuelto a Kiev. Su objetivo, ser nuestros ojos en la capital ucraniana y contar y documentar de primera mano cómo viven sus habitantes 11 meses después de que Rusia invadiera el país.
El periodista, divulgador y portavoz de la asociación de ayuda humanitaria 'Eutsi Ukrania' Miguel Gutiérrez vuelve de nuevo a la capital de Ucrania con el proyecto "Ucranianos bajo las bombas". "Queremos transmitir cómo vive aquí la gente. Estaremos dos o tres semanas", explica si bien no se quedarán en Kiev sino que irán también a otras zonas del país como el Donbás donde está la ofensiva.
En sus primeros dos días en Kiev, ha recogido "historias muy tristes". "Se te ponen los pelos de punta", reconoce aunque a la vez asegura que la población sigue manteniendo intacta su fe en ganar esta contienda.
“ Toda la gente que entrevisto están por luchar y echar a los rusos. ”
"Los ucranianos son como una afición de un equipo de segunda. Ellos siempre dicen que van a ganar y que se va a acabar. Pero subyace una sensación terrible", señala. "Ves a una persona de 70 años que se ha quedado sin nada. O cinco niños huérfanos que van de casa de acogida en casa de acogida", relata a lo que hay que sumar "hospitales llenos de jóvenes destrozados". "Noto una mayor pesadumbre que en otros viajes", afirma.
11 meses de guerra
Son ya 11 meses de guerra y esto hace mella inevitablemente en los civiles que siguen soportando los bombardeos y la escasez de servicios básicos.
Son ya 7 mil civiles asesinados en menos de un año. "Parece que se va a perpetuar. Se están aprobando los presupuestos en varios países pensando en que la guerra dure. La esperanza no asoma para nada, todo lo contrario. Va a empeorar", augura Miguel Gutiérrez.
Y es que en Kiev la realidad es que hay cien mil soldados muertos al menos en cada uno de los bandos. "Vas a los cementerios y te das cuenta de que hay miles de muertos, con padres y madres llorando. Está desapareciendo una generación. Es terrible. No vemos el final", lamenta.
Aún así reconoce que la ciudad no es la misma que en viajes anteriores. "Ahora está mejor aunque hay apagones y bombardeos con más misiles que antes. La gente se ha acostumbrado completamente a la guerra. Siguen con su vida. La ciudad tiene un mejor estado psicológico", reconoce.
El terror energético ruso
Rusia ha llegado al momento que quería, la llegada del duro invierno ucraniano. "Imagínate en el Donbás a los soldados a menos 11 grados durmiendo en el barro. Lo mismo, los civiles en ciudades donde están en sótanos, sin calefacción, con el miedo de que les puedan hacer algo y un frío tremendo", añade.
“ Es un ataque contra la población civil exclusivamente que busca minar su espíritu de resistencia ”
El apagón energético tiene un objetivo muy claro, señala el portavoz 'Eutsi Ukrania' que además cree que Rusia prepara una nueva ofensiva y que por eso ha puesto al mando al jefe del Estado Mayor.
Tanques Leopard
En este sentido y sobre si Alemania debe o no enviar los famosos tanques leopard, Miguel Gutiérrez no tiene dudas de que Berlín los acabará mandando. "Reino Unido ya ha prometido 12 y es una forma de presionar. Se ha acabado el armamento soviético y ahora es momento de armamento occidental", señala.
“ Los tanques son necesarios y finalmente los van a tener que enviar pero no son mágicos ”
Eso sí, advierte de que los tanques no van a ser mágicos porque, incluso, pueden generar un problema logístico mayor a la solución del problema. Es más es probable, avisa, de que aunque envíen ahora los leopard, las tropas ucranianas no estén preparadas para una ofensiva hasta el verano. "No están entrenados en esa tecnología", matiza. De ahí que Miguel Gutiérrez no sea nada optimista. "Creo que Rusia va a echar más carne en el asador", augura.