LA figura de Mikel Balenziaga (Zumarraga, 1988) trasciende lo deportivo. Para el Athletic, Balenziaga es familia. Para los jóvenes, Balenziaga es un guía. Y para los veteranos, como un De Marcos ayer jueves emocionadísimo, Balenziaga es un amigo. Por eso cuando el presidente Jon Uriarte habló de la trayectoria del lateral en el club rojiblanco hizo mención a los 321 partidos y los dos títulos de Supercopa (2015 y 2020) que protagonizó durante 12 temporadas; pero sobre todo habló del Balenziaga más humano. De Mikel. De ese chaval que llegó a la factoría rojiblanca con 20 añitos y que se marchará el próximo 30 de junio con 35 tras haber encarnado “a la perfección el sentido de pertenencia y de identidad del Athletic”, tal y como dijo Uriarte.
Y es que el defensa de Zumarraga comenzó su carrera en el filial de la Real Sociedad, pero en 2008 un Athletic entonces presidido por Fernando García Macua se hizo con sus servicios por un millón de euros. La idea era que formara parte del Bilbao Athletic, pero en su primera campaña ya debutó con el primer equipo de la mano de Joaquín Caparrós, disputando 24 partidos de Liga y dos de Copa. Sin embargo, el año siguiente tuvo que salir cedido al Numancia, con el que jugó 26 encuentros en Segunda; y tras ello se marchó también de prestado al Valladolid, club con el que primero ascendió y después se mantuvo en Primera . El Athletic, sin embargo, tuvo que pagar al club pucelano 400.000 euros para recuperarle.
A partir de 2013, coincidiendo con la segunda etapa de Valverde en el Athletic, fue un habitual en los onces y durante cuatro campañas consecutivas siempre disputó más de 30 partidos en LaLiga. Pero la llegada de Yuri Berchiche en 2018 le relegó a un segundo plano. A un nuevo rol que supo asumir y que le llevó a ser uno de los más queridos en el vestuario y, con el tiempo, uno de los capitanes. Ahora, Balenziaga se despide del club de su vida y el 30 de junio, cuando finaliza su contrato, el carril zurdo del Athletic quedará un poco más vacío.
En esa segunda etapa de Txingurri, Balenziaga vivió uno de los momentos que nunca olvidará. Su primer tanto con el Athletic y, encima, en La Catedral. Fue ante el Sevilla en septiembre de 2016 cuando se estrenó como goleador con un zurdazo desde dentro del área que sirvió para derrotar al conjunto hispalense. Sin embargo, no fue la única diana del lateral con la camiseta rojiblanca puesto que en febrero de 2017 le marcó al Apoel en la Europa League. Con todo, finalmente la UEFA no le otorgó el tanto por tocar en dos rivales antes de entrar. Según el acta, fue gol en propia puerta del central Merkis; aunque no sirvió para que el Athletic superara ante el equipo chipriota la eliminatoria de dieciseisavos de la Europa League.