Vida y estilo

Mikel Bustamante y María Algora: “No se habla del suicidio como una causa de muerte más”

`Lo que no se ve´,un cortometraje sobre el duelo y las relaciones familiares, con la firma de Bustamante y Algora, que ha cosechado un gran éxito en festivales como el de Málaga, sigue conquistando audiencias
Una imagen del rodaje de ‘Lo que no se ve’.
Una imagen del rodaje de ‘Lo que no se ve’. / Unai Mateo

El territorio alavés ha sido el punto de encuentro de los realizadores Mikel Bustamante (Cinco lobitos) y María Algora para producir un cortometraje, Lo que no se ve, lleno de sensibilidad y que pretende visibilizar el duelo, el suicidio y las relaciones de familia. Tal ha sido su éxito que ha pasado incluso por Málaga, y aún le quedan muchos destinos por visitar. De este proyecto han querido hablar sus creadores.

Tratan un tema complejo, pero lo hacen con una gran sensibilidad. Hablar del suicidio, del duelo, nunca es fácil, pero ¿sienten que sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad? 

-Mikel Bustamante: Yo creo que sí. Los dolores, lo que nos hace un poco de daño, nos da miedo enfrentarnos a ellos y mirarlos un poco de frente. De forma natural, siempre nos sale evitar estas cosas. Entonces, el tema del suicidio es una cosa tan dolorosa y que además hace que la gente sienta como una especie de culpa o vergüenza, que lo que hace es esconderlo. Yo creo que sí sigue siendo un tabú, pero poco a poco se está empezando más a hablar de salud mental y en este caso del tema del suicidio. Sin embargo, falta mucho por hablarlo, porque es una de las principales causas de muerte no natural. 

María Algora: Además, nosotros, haciendo este cortometraje, el proyecto, nos hemos dado cuenta de que una vez le contábamos al equipo, a los actores o a gente cercana que íbamos a hablar de esto, de repente le cambiaba la mirada a esa persona y decía: “Yo también he vivido algo así”, o: “Tengo un amigo, un tío..., pero nunca me he enfrentado a decirlo en voz alta o en mi familia es un tabú”. Siento que estamos rodeados de historias así, y que no se dicen tan fácilmente. No se habla como una causa de muerte más. 

Es verdad que a muchas personas les ha tocado de cerca. Se han dado pasos, entonces, pero todavía queda mucho por hacer, ¿no?

-M.A.: Totalmente. Y no queremos cambiar el mundo con el corto ni muchísimo menos. Es nuestra manera de poner un granito de arena y que quien se acerque a ver la historia, para nosotros el mayor logro es que, si le toca el tema por lo que sea, se anime a hablar, a tener una conversación, a debatir; y si no te toca, que te pares también a reflexionar.

‘Lo que no se ve’

Ane acaba de cumplir 30 años. Tras soplar las velas con su familia alrededor de la mesa, se entera de que su padre no falleció de forma natural como su madre Carmen le contó cuando era pequeña. Esta revelación cambia su vida, y al final del verano, Carmen intentará reconciliarse con su hija pasando un día juntas en el pantano.

Dirigida y escrita por María Algora y Mikel bustamante, la directora y actriz es también la protagonista de este cortometraje, que comparte escenas con Itziar Lazkano, Ramón Barea, Manuel Minaya o Ione Irazabal, entre otros. A lo largo de 20 minutos nos pondremos en la piel de esta joven, porque como señalan sus creadores, mientras producían este cortometraje más de una vez han escuchado la siguiente frase: “Yo también he vivido algo así”.

También nos presentan un relato sobre la familia, sobre ese amor incondicional de una madre a su hija, un amor que traspasa la pantalla. ¿Cuál dirían que es el papel de la familia cuando nos enfrentamos a la pérdida de un ser querido?

-M.B.: Yo creo que cada uno vive el duelo de la forma que puede, con las herramientas que tiene, y lo hace como puede, porque este asunto del suicidio es como una bomba que explota por sorpresa y entiendo que tiene que ser una cosa que te deja totalmente descuadrado. Viéndolo un poco más desde fuera, nosotros sentimos que hablarlo seguramente ayude. Hay gente que necesita a lo mejor años incluso para empezar a nombrarlo y ponerlo encima de la mesa, pero pensamos que hablarlo, que cuanto menos tabúes haya y secretos familiares -que muchas veces son heridas que están ahí debajo y que si no las hablas no se pueden sanar-, más se sana la herida. 

M.A.: Yo estoy muy conectada con la historia por mi padre, porque fue el que me abrió un poco esta realidad que había sucedido en mi familia y que yo había vivido todo este tema desde un tabú muy grande, y nos damos cuenta de lo importante que es en una familia hablarlo. Hay veces que cuesta muchísimo y hay muchísimo dolor. En mi caso, por ejemplo, no se me dijo y me enteré con 16 años. Hay veces que te atraviesa una rabia y un enfado muy grande por no entender por qué se te ha ocultado la verdad durante tantos años; pero también hay algo de los que se quedan, en este caso una madre desamparada con su hija, que quiere cuidar a su hija y proteger su infancia. Es difícil tratar el tema y ahora yo por ejemplo estoy teniendo conversaciones muy bonitas con miembros de mi familia que antes habría sido imposible. Si de algo puede servir el corto para que otras familias se animen a hablar, sería genial. 

Cada uno vive el duelo de la forma que puede, con las herramientas que tiene

Otro gran hito de este cortometraje ha sido ir a Málaga con él. Habrá sido una experiencia mágica.

-M.A.: Sí, la verdad es que sí. Yo recuerdo cuando acompañé a Mikel a estrenar Cinco lobitos con todo el equipo, que estábamos emocionados. Justo ahí estábamos empezando a escribir las primeras versiones del guion de Lo que no se ve, y para nada nos imaginábamos que estaríamos volviendo a Málaga con el proyecto. 

A usted, Mikel, le hemos visto en Cinco lobitos, pero también en La casa de papel. ¿Diría que Lo que no se ve es su proyecto más ambicioso?

-M.B.: Sí. Digamos que como creadores o directores es el proyecto más ambicioso y también el más personal y especial, porque tanto a María como a mí nos toca de cerca el tema del suicidio, y ha sido un proyecto muy especial. También el más grande en cuanto a producción. 

También han posicionado Araba y Aiaraldea en el mapa audiovisual. ¿Cómo se sienten habiendo llevado nuestros territorios a Málaga y al mundo?

-M.B.: Es un orgullo increíble. Nuestra idea es seguir rodando en Euskadi todo lo que se pueda. Además, tenemos unos escenarios increíbles, que además se está viendo ahora todo lo que se está rodando. Yo estoy encantadísimo de poder llevar una parte de mi tierra a las pantallas. 

Entre las localizaciones destaca Zuaza. ¿Han probado, como nos cuentan en el cortometraje, a ver las casas en el fondo del pantano?

-M.A.: Cuando rodamos, es verdad que no se veía porque había llovido y el agua estaba bastante turbia. Pero Mikel lo ha visto de pequeño. 

M.B.: Cuando teníamos la idea inicial de la familia, de que Ane se entera de esta manera abrupta de todo, teníamos pensada esta reconciliación pero no sabíamos dónde. Entonces, me acordé de los udalekus de Zuaza, porque de txikis todos hemos ido allí a hacer piragua, pedalo... Yo me acordaba de que nos decían: “Si te fijas, hay como casas”, y yo tengo una imagen en la cabeza, que no sé si me la he inventado o es real, de ir con la piragua y ver como un tejado y sentir esa sensación de impresión. Nos pareció una metáfora muy bonita de lo que no se ve, lo que está debajo, pero que si te fijas bien y el agua está tranquila puedes verlo. 

Después de Málaga, ¿dónde podremos ver el corto?

-M.A.: Ahora está arrancando un poco, después de Málaga, todo el camino por festivales a nivel nacional. Esperamos que muy pronto lo podamos estrenar en Euskadi. Y la idea es que viaje por festivales. Paralelamente también estamos buscando un estreno internacional interesante con nuestra distribuidora, y ojalá tengamos algún festival interesante para viajar con él. Después nos encantaría que todo el mundo desde su casa lo pueda ver. Cuando haya recorrido todo este periplo de festivales, esperamos que acabe en alguna plataforma. 

2025-04-07T09:05:02+02:00
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