“No me quiero cargar el landismo ahora y ganar el Tour. Pero pueden estar tranquilos, que no lo ganaré”. Con la satisfacción de haber superado sin problemas las dos primeras etapas de la ronda gala, luchando además codo con codo con los principales favoritos a la victoria final, Mikel Landa era todo optimismo y sonrisas en la línea de meta de Donostia y dio esa ocurrente contestación en una entrevista a TVE cuando le preguntaron por el nivel de ilusión que podía tener el landismo con su buen rendimiento en estas jornadas iniciales.
La etapa de ayer fue especial para el corredor alavés del Bahrain, aclamado en la salida de Gasteiz y agasajado por familia y amigos durante los compases iniciales. Landa tenía claro que su principal objetivo en estas primeras jornadas era no sufrir caídas ni percances, por lo que su nivel de satisfacción era elevado. “Para mí era algo muy importante porque era consciente de que iba a marcar mi Tour. Es algo que me da confianza, por lo que acabo satisfecho”, apuntó, recordando lo acontecido con Enric Mas y Richard Carapaz, víctimas de una caída en el descenso de El Vivero que les obligó a abandonar, en la primera etapa: “Fue una caída fea y les deseo lo mejor a ambos”.
La carrera se movió ayer en Jaizkibel y en un momento tanto Tadej Pogacar como Jonas Vingegaard, los dos grandes favoritos a la victoria final, cogieron unos metros de ventaja, aunque finalmente su aventura no fue a más. “Hubo un momento en el que había gente abriéndose, otros que intentaban seguirles... Yo veía que tenía compañeros conmigo por lo que estaba bien”, analizó, lamentando que la intentona de marcharse en solitario protagonizada en los kilómetros finales por su compañero Pello Bilbao tampoco llegara a buen puerto: “Ha sido una pena que atrás haya habido entendimiento porque el intento era bueno”.
Encantado por el magnífico ambiente vivido estos dos días en las carreteras vascas –“ha sido muy bonito, creo que no éramos muy conscientes de lo que podía ser esto y ha sido una experiencia muy buena”–, el corredor del Bahrain quiere ir paso a paso ante la gran exigencia de lo que está por llegar. Reconoció que pese a que “los Pirineos son más especiales” todo apunta a que “los Alpes van a ser más decisivos”, señaló que le gustaría que Pello Bilbao pudiera optar a una buena clasificación general final “aunque él va más a intentar llevarse alguna etapa” y no ofreció demasiadas pistas sobre su estrategia de futuro. “Lo primero de lo que hay que estar pendiente es de vigilar a todos los candidatos al podio, no solo estar pendiente de lo que puedan hacer Pogacar y Vingegaard y si algún día tengo piernas para ello, intentar estar con ellos cuando se queden al frente de la carrera”, dijo, recalcando que “necesitaba sensaciones en estas primeras etapas y he sentido la confirmación de que estoy bien”.