Mikel Peña ejemplifica su alma guerrera con su lucha en favor de la investigación contra el cáncer y por dar visibilidad a esta enfermedad que, por desgracia, tan bien conoce. Fue hace seis años cuando a, Mikelontxon, su hijo le detectaron un tipo de cáncer raro y ahí se inició una lucha familiar de tres años que, tristemente, no evitó que Mikelontxon falleciese el 8 de junio de 2019. En esos tres años la familia y colectivos de la villa hicieron un buen número de actividades y eventos para recaudar fondos para la investigación del cáncer y dar visibilidad al caso de Mikelontxon. “Creo que la enfermedad de mi hijo marcó un antes y un después en cómo se ve el cáncer en Portugalete. La gente se volcó de una manera increíble”, rememora Mikel Peña. La muerte de su hijo no paró a Mikel, quien hace un año hizo una caminata de 24 horas y hace un mes anduvo 400 kilómetros para dar visibilidad al cáncer y pedir mayores fondos para la investigación de la enfermedad. “Todo esto lo hago para que, cada vez, haya menos casos como el de mi hijo y se dé un paso adelante en la investigación del cáncer”, subraya Mikel quien en estos tres años que han pasado de la muerte de Mikelontxon también ha tenido que plantar cara al cáncer. En estas iniciativas que ha desarrollado es inestimable el apoyo de la familia y sus amigos. “Sin el apoyo de mi familia, de El Diávolo, José Miguel Fernández de Castro, Sergio Olabarrieta y Aspanovas no sería posible que hiciésemos este tipo de acciones”, explica Mikel, quien, en principio, no hará acciones tan intensas como la de caminar 400 kilómetros en cuatro días. “Me cuesta una barbaridad recuperar. Esta última iniciativa me está pasando factura, pero es muy posible que hagamos en el futuro otro tipo de acciones más participativas”, concluye Mikel Peña, ejemplo del alma luchadora de Ezkerraldea.
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