El anuncio de la retirada de Mikel Urrutikoetxea (Zaratamo, 1989) el 20 de septiembre en Bilbao supone el final de un pelotari renacentista, el único delantero capaz de coronarse campeón del Parejas de zaguero, precisamente compartiendo gerriko con Aimar Olaizola, director técnico de Baiko, que le ha acompañado este miércoles a la hora de hacer pública la noticia. Un todoterreno cuelga el pantalón blanco. Estilo Da Vinci.
Con apenas quince años, Urrutikoetxea llamó la atención de los ojeadores de Asegarce –ahora Baiko Pilota–. Los rectores le ofrecieron un precontrato. El delantero de Zaratamo lo rechazó, aludiendo a que no era “necesario” firmar nada. De modo que acordaron su futuro mediante su “palabra”. El joven vizcaino comunicó que era “joven” y que “si valía para la pelota” se volverían a ver unos años más tarde.
Pasó el tiempo y entró en juego Fernando Vidarte, Administrador Único de Aspe, cargo que ahora ostenta su hijo Jorge. El mandatario eibartarra se interesó por su situación contractual para que se incorporara a la plantilla de la firma guipuzcoana. Mikel mantuvo su palabra. Debutó con Asegarce el 13 de junio de 2009 en el frontón de Arrigorriaga, cerca de casa. Era un chaval de 20 años, 1,89 metros de altura y 71 kilos de peso, pero con electricidad en las dos manos, su mayor ariete. Pura chispa. Brillo rampante, a tutiplén.

Mikel Urrutikoetxea, una vida deportiva en imágenes
Antes de jugar en categoría alevín, Urrutikoetxea era zaguero junto a su amigo y botillero Inhar Jaka. Más adelante cambiaron de demarcación y el delantero creció. Pasó del club Upo Mendi de Zaratamo al Adiskide de Galdakao, donde fue moldeado por Mikel Etxegia. Acumuló 27 txapelas en el campo aficionado; entre ellas, la del DV, el Interpueblos, la del Cuatro y Medio de Elgeta, la de El Antiguo y dos del Baqué.
Urrutikoetxea compartió gerriko con Oier Mendizabal en su estreno ante Iker Arretxe y Aritz Begino. Perdió por 22-13. Sus primeros años costaron. Estaba “blando”. Le tocó mucha mili en teloneros y trabajo fuera de foco para fortalecer las manos. Por ejemplo, un millón de ganchos para afinar el aire.

Urrutikoetxea, en el podio del Cuatro y Medio de 2015.
Urrutikoetxea se destapó en el Cuatro y Medio de Segunda en su primera campaña. El de Zaratamo dejó en la cuneta a Apraiz, Ibai Pérez, Merino y Argote, al que tumbó además en la final de Tolosa por un holgado 10-22. Unos meses después, cayó en las semifinales del Manomanista de Segunda ante Beroiz (22-20) en Zalla.
La derrota contra Sébastien Gonzalez
Fue en el acotado de 2010 cuando se empezó a labrar un nombre: pasó dos rondas y llegó a cuartos de final, siendo sobrepasado por Sébastien Gonzalez, uno de los capos. Eso sí, reconocía que ante pelotaris de Primera, se le acababa la gasolina, la chispa. Tuvo que currar mucho en el aspecto físico. Con el tiempo, ganó más de diez kilos de músculo.
En el mano a mano de 2012 se enfrentó con Sébastien en Orduña. Urrutikoetxea mandaba 4-17 y terminó 22-17. Hubo un antes y un después desde aquella decepción. La siguiente campaña llegó a las semifinales al tumbar a Yves Xala –campeón en 2011– y Mikel Idoate. Solo le pudo frenar Aimar Olaizola, a la postre campeón (22-12).

Urrutikoetxea, aupado por sus paisanos al ganar el Manomanista de 2015.
Dada la nutrida nómina de delanteros de Asegarce en Primera –Olaizola II, Oinatz Bengoetxea, Pablo Berasaluze, Asier Olaizola...–, su inclusión en el Campeonato de Parejas de Primera tuvo que esperar hasta 2014, edición en la que alcanzó las semifinales acompañado de Mikel Beroiz.
Las txapelas
Se contaban 38 años sin txapelas del mano a mano para Bizkaia, con dominio prácticamente absoluto de Nafarroa –Bengoetxea III, Retegi II, Galarza III, Arretxe, Eugi, Beloki, Barriola, Patxi Ruiz, Martínez de Irujo, Olaizola II o Bengoetxea VI–, cuando una lesión de Oinatz abrió el camino a la final de 2015 a Urrutikoetxea. Entró como suplente al haber quedado tercero, ya que Irujo suspendió la final de consolación. Invitado a la gloria, el de Zaratamo cambió la historia con un 19-22 ante la leyenda de Goizueta.
El maestro Aimar cayó ante Mikel, que se puso colorado en Bilbao para todo un curso contra pronóstico. Otros Urrutikoetxeas fueron Uruguay en el Mundial de fútbol del Maracanazo (1950), los daneses de vacaciones y quemados por el sol en la Eurocopa de 1992, James Baster Douglas con Tyson en la lona o la wildcard mágica de Goran Ivanisevic, ya con barba cerrada, en Wimbledon en 2001.