"Estoy jugando a gusto y trataremos de darle continuidad a este buen momento. Esta será mi decimosexta temporada como profesional y estoy muy contento por ello", desgrana Mikel Urrutikoetxea. El campeón de Zaratamo y Baiko Pilota han llegado a un acuerdo para prorrogar el contrato del pelotari por una campaña más. De este modo, el delantero, de 35 años, que terminaba a finales de mes, seguirá ligado a la promotora de Bilbao hasta diciembre de 2025.
El vizcaino posee la Triple Corona –campeón del Manomanista (2015), Cuatro y Medio (2015) y Parejas (2016)–. Si bien su camino en las competiciones individuales no ha sido satisfactorio en las últimas ediciones, su desempeño en los encuentros por binomios sigue siendo relevante pese a haber perdido presencia en los estelares por decisión empresarial. Aunque la promotora no ha apostado por él en las últimas dos ediciones del Parejas, está rindiendo a buen nivel en los envites de complemento. En la presente cita de duetos, ante la baja de Artola, la firma está tirando de Iker Larrazabal, mas la opción de Urrutikoetxea siempre es un seguro tanto en los cuadros alegres como en los largos. El vizcaino, de hecho, fue suplente en la zaga y la delantera de Baiko el curso pasado, con una actuación global más que aseada.
Una carrera para enmarcar
Mikel Urrutikoetxea (Zaratamo, 1989) llamó la atención de los ojeadores de Asegarce –ahora Baiko Pilota– con apenas quince años. Los rectores le plantaron un precontrato para que se agregara al listado de promesas en la órbita de la promotora bilbaina. El delantero de Zaratamo se negó en redondo, porque no era “necesario” firmar nada y acordaron su futuro mediante su “palabra”. Les dijo que era “joven” y que “si valía para la pelota” se volverían a ver unos años más tarde. Pasó el tiempo y entró en juego Fernando Vidarte, Administrador Único de Aspe, que se interesó por su situación contractual para que se incorporara a su plantilla. Urrutikoetxea se mantuvo firme y acabó por debutar con Asegarce el 13 de junio de 2009, este jueves hace quince años, en el frontón de Arrigorriaga, cerca de casa. Aquella velada descorchó su carrera un chaval de 20 años, 1,89 metros de altura y 71 kilos de peso, pero con electricidad en las manos.
Antes de la categoría alevín, Urrutikoetxea era zaguero junto a su amigo y botillero Inhar Jaka. Más adelante cambiaron de demarcación y el delantero creció. Hubo trasvase del club de Zaratamo al Adiskide de Galdakao, donde fue moldeado por Mikel Etxegia. Los galones de Mikel en su debut: 27 txapelas del campo aficionado; entre ellas, la del DV, el Interpueblos, la del Cuatro y Medio de Elgeta, la de El Antiguo y dos del Baqué.
Mezcló con Oier Mendizabal en su estreno ante Iker Arretxe y Aritz Begino. Perdió por 22-13. Siempre reconoce que “estaba blando” y le costaron sus primeros años. Le tocó mucha mili en teloneros y trabajo fuera de foco para fortalecer las manos.
Con la llegada del invierno, Urrutikoetxea se destapó en el Cuatro y Medio de Segunda. El de Zaratamo dejó en la cuneta a Apraiz, Ibai Pérez, Merino y Argote, al que tumbó también en la final de Tolosa por un holgado 10-22. Unos meses después, cayó en las semifinales del Manomanista de Segunda ante Beroiz (22-20).
El partido contra Sébastien Gonzalez
Fue en la jaula de 2010 cuando se empezó a labrar un nombre: pasó dos rondas y llegó a cuartos de final, siendo sobrepasado por Gonzalez. Ante pelotaris de Primera, se le acababa la gasolina, la chispa. Tuvo que trabajar mucho en el aspecto físico para coger cuerpo. Por el camino, además, horas y horas ejercitando el gancho. Con el tiempo, ganó más de diez kilos de músculo.
En el mano a mano de 2012 se enfrentó con Sébastien en Orduña. Urrutikoetxea mandaba 4-17 y terminó 22-17. Hubo un antes y un después. La siguiente campaña llegó a las semifinales al tumbar a Xala e Idoate. Solo le pudo frenar Aimar Olaizola, a la postre campeón (22-12).
En la nómina de delanteros de Asegarce –Olaizola II, Oinatz Bengoetxea, Pablo Berasaluze, Asier Olaizola...– su entrada en el Campeonato de Parejas de Primera quedó vedada hasta 2014, edición en la que alcanzó las semifinales con Mikel Beroiz.
Las txapelas
Se contaban 38 años sin txapelas del mano a mano para Bizkaia, con dominio prácticamente absoluto de Nafarroa –Bengoetxea III, Retegi II, Galarza III, Arretxe, Eugi, Beloki, Barriola, Patxi Ruiz, Martínez de Irujo, Olaizola II o Bengoetxea VI–, cuando una lesión de Oinatz abrió el camino a la final de 2015 a Urrutikoetxea, suplente al haber quedado tercero por suspensión de Irujo de la final de consolación. Invitado a la gloria, el de Zaratamo cambió la historia con un 19-22 ante una leyenda como Aimar Olaizola.