La asociación de ertzainas Mila Esker ha pedido no olvidar a los agentes heridos en atentados de ETA en un acto de homenaje y reconocimiento a cuatro de ellos que ha pretendido visibilizar a un colectivo del que "no se acuerda nadie".
Esta asociación ha reconocido este sábado en la sede del Memorial de las Víctimas del Terrorismo en Vitoria a los dos agentes de la Ertzaintza heridos en 2001 en Bilbao con una pancarta bomba que ETA hizo detonar cuando iba a ser retirada y a los otros dos compañeros víctimas de un tiroteo en 2003 en el Alto de Herrera (Álava) por etarras que simularon un accidente de tráfico.
"Los heridos del terrorismo no suelen tener homenajes, tampoco se les otorgan calles, ni plazas, ni suelen tener reconocimientos institucionales y mucho menos recibimientos sociales. Fueron noticia tras el atentado y después pasaron a convertirse en un número", en una "larga lista de alrededor de 5.000 heridos" por actos terroristas elaborada por el Ministerio del Interior, ha descrito Julio Rivero, presidente de Mila Esker.
Ha reivindicado la necesidad de visibilizar a este colectivo, no solo a las víctimas mortales, y ha recordado durante su intervención las dificultades y las secuelas que generan los atentados en los supervivientes.
Tienen que "malvivir con sus recuerdos", han tenido incluso que abandonar Euskadi y sufrir la "estigmatización social", ha descrito.
15 agentes asesinados
En el acto, los cuatro agentes - Gregorio, Juan José, José María y Txema - han recibido una medalla a la labor y al mérito policial que otorga Mila Esker y un diploma honorífico de agradecimiento por su valor y sacrificio.
También han tomado la palabra brevemente para agradecer este reconocimiento y recordar que lo vivido permanece todavía en sus cabezas.
El director del Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, ha indicado que 15 agentes de la Ertzaintza han muerto en atentados de ETA y que los heridos en este cuerpo ascienden a 73.
Ha explicado que ETA realizó una campaña previa para deslegitimar a la Ertzaintza y poder así contar con el respaldo de su base social a los atentados contra este cuerpo.
Finalmente ha reivindicado la necesidad de visibilizar a este colectivo para que no tengan la sensación de que son "víctimas de segunda categoría".