Una multitudinaria manifestación -contó con unas 70.000 personas, según fuentes del Ayuntamiento de Bilbao- recorrió este sábado las más céntricas calles de la capital vizcaina para protestar contra “las sentencias que en los últimos años se han emitido desde los tribunales contra las medidas que tienen como objetivo la revitalización del euskara”, tanto en la CAV como en Nafarroa.
Con una amplia representación política, eminentemente abertzale -estuvieron miembros de PNV, EH Bildu, Sumar, Geroa Bai o EH Bai’- y sindical -ELA, LAB, ESK, STEILAS, CGT, CNT o EHNE-, las decenas de miles de personas que secundaron la marcha se situaron tras la pancarta “Oldarraldiaren aurrean euskararekin bat, euskaraz bat - Ante la ofensiva juntos con el euskara, uno en euskara” que encabezaba la protesta.
Tres eran los objetivos de la iniciativa, organizada por Euskalgintzaren Kontseilua: “denunciar las injerencias del poder judicial”, “avanzar en la normalización del euskara” y “poner en el centro los derechos de la ciudadanía”. A la vista del éxito cosechado, y sobre todo de la valoración final de los convocantes, los tres propósitos se cumplieron.
Desde minutos antes de que la manifestación arrancara en las inmediaciones del Palacio Euskalduna se advertía que no iba a ser otra jornada más. Los responsables políticos, fueran del signo que fueran, charlaban animosamente, mientras que los participantes iban tomando sitio, algunos sobre el césped del parque de Doña Casilda.
Acto seguido, la cabecera de la protesta -que dio protagonismo al amplio tejido asociativo entorno al euskera- tomó posiciones para encarar la Gran Vía, la arteria que más manifestantes absorbió. De hecho, hubo que esperar hasta 15 minutos para que tomarán dirección hacia la plaza Moyua y la plaza Circular. Ikurriñas y banderas de Nafarroa, txistularis o banderolas con el lema de Euskeraz bizi nahi dut -Quiero vivir en euskera jalonaban el recorrido, que constantemente aplaudió a la cabecera, mientras que la escalinata del Ayuntamiento bilbaino acogió el acto final.
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Tras una canción a cargo de Ruper Ordorika, la intervención de la secretaria general de Euskalgintzaren Kontseilua, Idurre Eskisabel, vino a decir que si el euskera ha pervivido es gracias a “un sistema de cuidados que tiene una base concreta: que miles de personas de generación en generación, hayan optado por el euskera contra todas las prohibiciones y dificultades”. Aún así, “cuestiones del pasado que creíamos superadas nos surgen nuevamente con fuerza”.
Obstaculizar los derechos lingüísticos
Eskisabel aseguró que “estamos viendo como los jueces están invalidando medidas, normas y leyes que tienen como objetivo la normalización el euskera”. Es más, la Justicia “está desmontado los instrumentos de las políticas públicas para el fomento del euskera”, incluso, “por encima de amplios consensos sociales y políticos. Cada una de de esta sentencias nos ha despertado preocupación y angustia”, manifestó.
“Obstaculizar el proceso de normalización del euskera es obstaculizar los derechos lingüísticos y fundamentales de miles de ciudadanos”, advirtieron desde Kontseilua. “Supone un retroceso en la justicia social, la cohesión y la convivencia”, remarcó. Es por ello que la entidad abogó por “dar un salto en las políticas lingüísticas” en numerosos campos -educación, alfabetización de personas adultas, producción audiovisual y cultural...- mediante “un nuevo acuerdo sociopolítico que no solo detenga la barrera reaccionaria, sino que responsa a los retos de que tiene en euskera en la revitalización”. “Ante la ofensiva hemos formado una barrera”, incidió Eskisabel, “pero hora de ir más allá. En lugar de una barrera, que esto sea un puente hacia el futuro”, proclamó.
La representación política que asistió a la manifestación fue reseñable. PNV y EH Bildu enviaron sendas delegaciones -capitaneadas por los dirigentes territoriales Itxaso Atutxa, Joseba Egibar y Unai Hualde por lado jeltzale y Pello Otxandiano, Eba Blanco o Maddalen Iriarte por parte de la coalición-, además de la presidente del Parlamento Vasco Bakartxo Tejeria, diputados generales -Eider Mendoza y Ramiro González-, alcaldes -Juan Mari Aburto o Eneko Goia-, la presidenta de Eudel Esther Apraiz y numerosos junteros.