Miles de vitorianos aprovecharon el día de ayer para subir hasta las campas de Armentia, visitar a San Prudencio en su día y disfrutar de la fiesta como antes.
Tras dos largos años de parón, la normalidad ha vuelto a las campas, con mucha gente desde primera hora entre las txosnas y los puestos de siempre de rosquillas, pan, txorizo y muchos más productos que están haciendo la delicia de todos, mayores y pequeños.
Familias, grupo de amigos y la gente más mayor no se resiste, tras el paseo por las campas, a comer un bocadillo de panceta o un buen talo con txistorra, junto a una sidra. On egin!