Vida y estilo

Miren Leiceaga: “Tenemos que solidarizarnos con las víctimas de los discursos racistas”

La coordinadora de Accem en Euskadi destaca la satisfacción de apoyar a quienes provienen de contextos difíciles, contribuyendo al bienestar de las personas en situación de vulnerabilidad desde su llegada a la ONG en 2015
Miren Leiceaga, responsable de ACCEM.
Miren Leiceaga, responsable de ACCEM. / Alex Larretxi

A Miren Leiceaga (Vitoria-Gasteiz, 36 años) siempre le han llamado la atención los trabajos con un fin social como el suyo. En 2015, Leiceaga comenzó a involucrarse en Accem poco después de que la ONG abriese su oficina en la calle Julián de Apraiz número 10, más o menos a medio camino de la sala Jimmy Jazz y el parque de Molinuevo. “La posibilidad de poder acompañar a mucha gente que viene de países con una coyuntura tan complicada es muy gratificante”, dice su coordinadora en Euskadi. Accem es una entidad sin ánimo de lucro que lleva más de 30 años trabajando en la mejora de las condiciones de vida de las personas en situación de vulnerabilidad.

El Gobierno del PSE-PNV ha aceptado un importante paquete de enmiendas sociales de EH Bildu para el presupuesto municipal. ¿Son buenas noticias para los colectivos más vulnerables de la ciudad?

-Todo lo que supongan mejoras para la atención de las personas más vulnerables de nuestra ciudad son buenas noticias. Desde Accem nos parece importante colaborar con todas las instituciones en todo aquello que mejore las condiciones de vida de las personas de Vitoria-Gasteiz.

Accem ha atendido a cientos de migrantes y refugiados en Gasteiz en diez años. ¿Cómo suele evolucionar la situación de estas personas? ¿Logran salir de la espiral de la pobreza y tener una vida digna? 

-Las personas que llegan a Accem vienen derivadas del programa de acogida a personas solicitantes de protección internacional financiado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. El objetivo del programa se centra, precisamente, en que las personas que acompañamos finalmente puedan tener un plan de futuro y alcancen la autonomía necesaria. Vitoria-Gasteiz es una ciudad acogedora y la realidad es que la mayoría de las personas que han pasado por el programa pasan a ser vecinas y vecinos de nuestra ciudad. En la actualidad, uno de los grandes retos o dificultades se encuentra en la búsqueda de vivienda. Es elemental para poder avanzar en sus vidas. Poder encontrar un refugio, un hogar, les permitirá soñar con un futuro.

¿A los refugiados ucranianos los miramos con mejores ojos que a otros colectivos extranjeros solo porque son altos y rubios? 

-La solidaridad que hubo ante el conflicto en Ucrania fue enorme y hubo mucha respuesta por parte de la sociedad. Surgieron iniciativas y acciones a nivel europeo muy interesantes, sobre todo la aplicación de la directiva de protección temporal, una medida que ayudó a que llegasen muchas personas refugiadas de Ucrania y que se agilizasen los trámites para sus solicitudes. Abogamos porque esta figura se aplique de forma más frecuente con conflictos que ocurren en otros puntos del mundo.

Los discursos racistas están a la orden del día, tanto en las redes sociales como en nuestros pueblos y ciudades. 

-Es una lástima. La proliferación de discursos de odio está desencadenando una exaltación del racismo, la xenofobia y la intolerancia. El último informe del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE) señala que las personas originarias del norte de África, seguido de la islamofobia, son dos de las categorías diana a la que más contenido de odio se dirige. Precisamente, para poder asegurar la inclusión social, la prosperidad y la convivencia, sin distinción entre las personas independientemente de su origen, tenemos que trabajar en la búsqueda de espacios comunes que nos permitan vivir en una mayor armonía.

Desde determinados sectores que exigen mano dura con la inmigración les tacharían de woke o buenistas. 

-Al situar la inmigración en el centro del debate público y mediático, se genera una normalización de discursos antinmigración que deshumanizan, legitiman la discriminación y el acceso a los derechos humanos. Esta sobreexposición pública influye en la percepción que se expande en la sociedad y que tiene como consecuencia el rechazo. Como sociedad, tenemos que ser solidarios y cuidar; debemos ser capaces de iniciar procesos que permitan el contacto entre las personas que viven en nuestra ciudad. Pasa por conocernos y reconocernos, por poner cara a las personas que son víctimas de los discursos racistas.

¿Las más de 100 plazas de Accem para refugiados se han quedado cortas? 

-Desde que iniciamos nuestra andadura en Vitoria-Gasteiz no ha parado de crecer la necesidad de tener más plazas. La realidad es que en muchos países del mundo se vulneran derechos fundamentales y las personas se ven obligadas a huir de sus países de origen. En el año 2023, en España se registraron un total de 163.220 solicitudes de protección internacional, un 37% más que el año 2022. Ha sido una tendencia al alza desde hace varios años. En Vitoria-Gasteiz, en el año 2024 hemos atendido a 319 personas (175 mujeres y 144 hombres). La necesidad de vivienda es clara, y más en el caso de las personas migradas que en muchas ocasiones no cuentan con una red social de apoyo para poder comenzar un plan de futuro en la ciudad de acogida.

¿Qué más hace falta para combatir la exclusión y mejorar las condiciones de vida de estas personas?

-Trabajamos itinerarios individualizados e integrales con el objetivo de que estas personas tengan una plena inclusión en la sociedad de acogida. Es importante abordar distintos factores: empleo, vivienda, salud, educación, participación… Y siempre haciéndolo desde una perspectiva comunitaria.

¿El aumento de la llegada de ciudadanos migrantes a las costas de Canarias ha vuelto a condicionar la actividad en Accem?

-Desde Accem atendimos en 2024 a alrededor de 35.000 personas en Canarias. Este esfuerzo es parte de la respuesta de la organización frente al constante flujo de migrantes, ante la falta de vías legales y seguras que eviten que las personas tengan que arriesgar su vida en busca de protección. 

Se calcula que actualmente en el Estado hay alrededor de 9,4 millones de personas (el 19,3 % de la población) en situación de exclusión social. ¿Euskadi está logrando capear mejor esta crisis?

-La situación actual ha empeorado respecto a años anteriores, debido a la dificultad con del acceso a la vivienda como uno de los elementos clave del incremento de exclusión social. 

Si tener un empleo también ha dejado de ser un método infalible frente a la exclusión social, ¿la red social desplegada por el estado de bienestar debería ser la solución? 

-El acceso al empleo sigue siendo muy importante en los itinerarios de las personas con las que trabajamos, y de hecho contamos con un servicio de orientación sociolaboral que es esencial en sus procesos personales. Pero para que la inclusión sea exitosa, se debe trabajar el ámbito comunitario con el objetivo de construir una red social.

Se habla cada vez menos de la DANA que arrasó Valencia. ¿Corremos el riesgo de olvidarnos de las personas que lo perdieron todo y se han quedado en la calle? 

-La preocupación ante el hecho de que se invisibilice al colectivo de personas sin hogar es clara. Antes de la DANA, Valencia ya se enfrentaba a un déficit estructural en la atención a las personas en situación de sinhogarismo, una coyuntura ahora agravada por el posible desplazamiento de gente afectada desde los municipios inundados hacia la capital, adonde apenas llegó la riada, lo que amenaza con colapsar los recursos disponibles. Se suma a esto la previsión de un aumento en los niveles de exclusión conforme pasen las semanas, que afectaría no solo a quienes ya estaban en la calle, sino también a aquellos que antes se encontraban en viviendas inseguras o infraviviendas.

Gaza, el drama que no cesa

El acuerdo de alto el fuego entre Hamás e Israel, en vigor desde el 19 de enero, ha encendido por primera vez una luz de esperanza para la población de Gaza en un año y medio. En Accem reconocen que su actividad en 2024 estuvo muy marcada por el drama palestino. La ONG participó en dos iniciativas (Proyecto Cunina y Proyecto Gaza) destinadas “a aliviar el sufrimiento de quienes más lo necesitaban” y que “han sido ejemplos de colaboración y compromiso para asistir a las personas afectadas por el conflicto”. 

En la sede gasteiztarra, en 2024 atendieron y acompañaron “a 37 personas hispanogazatíes que huyeron del conflicto” y ofrecieron, asimismo, atención psicosocial a familias con hijos “con necesidad de asistencia sanitaria urgente” procedentes de Gaza. Según informa Accem, desde el inicio del vendaval militar de Israel “más de 46.000 personas han perdido la vida en Palestina, incluidos 14.500 niños, y 1,9 millones fueron desplazadas, lo que representa aproximadamente el 85 % de la población de la Franja de Gaza”.

2025-02-20T11:11:02+01:00
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