El Bilbao Basket, a falta de triunfos como visitante, quiere hacerse fuerte en casa y recuperar las buenas sensaciones
EL Surne Bilbao Basket había encontrado su rampa de despegue con los dos triunfos consecutivos en Miribilla ante el Fuenlabrada y el Burgos. Pero dos partidos seguidos fuera de casa detuvieron esa progresión y vuelven a meter presión a los hombres de negro en su objetivo de no quedarse anclados en la parte baja de la clasificación. "Tenemos que hacernos fuertes en casa, venga quien venga", dijo ayer Álex Mumbrú antes de recibir mañana al Obradoiro. Los gallegos viajan a solo un partido de distancia, por eso el técnico reconoce que el choque tiene "más importancia porque ellos están cerca y el partido es en casa".
Ni en un bando ni en el otro quieren adjudicar al duelo el tópico calificativo de final, "aunque para nosotros todos los partidos son trascendentes ya que no renunciamos a ganar ninguno", apunta Mumbrú. Al margen del Barcelona y el Real Madrid, "los dos transatlánticos que rompen la liga", la igualdad es grande y los otros 16 equipos están metidos en un margen de cuatro victorias. El balance del Bilbao Basket dista de ser dramático después de nueve jornadas en las que solo ha tenido cuatro encuentros en Miribilla y se ha enfrentado ya al los dos gigantes, lo que supone sendas derrotas prácticamente seguras. Los vizcainos llevan un balance como locales de dos triunfos y dos derrotas. En realidad, solo caer ante el Casademont Zaragoza puede considerarse un error grave que, de momento, no ha podido ser compensado como visitantes.
El equipo bilbaino es el único junto al Fuenlabrada que aún no ha ganado fuera de casa. El calendario marca porque el Bilbao Basket ha perdido en sus cinco visitas a equipos que están siendo muy fiables en casa y por eso se encuentran en las primeras posiciones. Hasta ahora, se ha dado en las nueve primeras jornadas un 60% de victorias locales (49-32) y solo tres equipos llevan un 100% de triunfos fuera de casa: el Barça, el Real Madrid y el Valencia, que equilibra su hasta ahora extraño mal rendimiento en casa. Incluso equipos que ahora mismo están ente los ocho primeros, como el Joventut y el Breogán, apenas suman una victoria lejos de su público, como otros seis conjuntos.
un balance asumible
Por eso, el balance del Bilbao Basket es asumible por lógico, pensar lo contrario resulta un tanto iluso. No hay que pulsar el botón del pánico, aunque eso sí, cada duelo en Miribilla llega cargado de presión para no hacer aún más grande el lastre de las cinco derrotas iniciales. Mumbrú y sus jugadores lo saben y ese ha sido el mensaje que han lanzado durante la semana antes de enfrentarse al Obradoiro en una cancha en la que apenas están pudiendo entrenarse con continuidad, pero que el domingo puede estar cerca del 80% de ocupación que ahora mismo está permitido. El público también está concienciado del momento que vive el equipo, que además está lidiando con lesiones que condicionan el trabajo diario y quizás vayan a obligar a mover la plantilla.
Álex Reyes lleva un par de semanas sin poder entrenarse, aunque no está descartado para el choque ante los gallegos. Sí lo están Tomeu Rigo y Alejandro Galán, con los que el club quiere actuar con prudencia en busca de su recuperación y antes de tomar una decisión, aunque sin dejar de mirar como está el mercado por si aparece algo bueno, bonito y barato. Dos juniors volverán a integrar la convocatoria de doce jugadores y de nuevo habrá que encontrar soluciones tácticas para que la rotación no se resienta. Ante el Real Madrid, Gytis Masiulis jugó algunos minutos de tres junto a los dos cincos, "algo que nos funcionó al principio, pero luego no nos sirvió". El Obradoiro obligará a afinar en la defensa del perímetro y a estar atentos a la posibilidad de que Ellenson juegue de cinco y arrastre la defensa lejos del aro.
Hasta ahora, se ha dado un 60% de victorias locales y los hombres de negro han visitado a cinco de los equipos más fiables en casa
El Bilbao Basket afronta con presión cada partido en casa para no agravar su situación, aunque de momento se huye del calificativo de final