Nacida en Tolosa, donde pasó toda su infancia, Cristina Quílez se considera donostiarra, ya que es donde reside desde hace muchos años. Esta vital mujer no falta a su cita semanal como profesora de gimnasia en Nagusilan. Una actividad que lleva realizando desde el año 2008 y que le reporta “muchas alegrías”. En sus clases no faltan los ejercicios para ejercitar el cuerpo, los músculos y los reflejos, pero más allá del físico, Cristina insiste en que lo importante es “mantener la mente activa”.
Aunque lleva años viviendo en Donostia, nació en Tolosa. ¿Se considera donostiarra o tolosarra?
Después de tanto tiempo viviendo aquí, me considero donostiarra, pero mis raíces tolosarras siguen estando presentes. De hecho, a menudo voy a pasear a Tolosa, donde me gusta recorrer las calles por donde pasaba de camino al colegio cuando era pequeña, y también suelo ir a la plaza Euskal Herria, que es donde nací. Disfruto mucho de estas visitas, porque siempre que voy me vienen recuerdos de mi niñez y de mis amigas de la infancia.
Es voluntaria de en Nagusilan. ¿Cómo surgió la idea?
Me lo propuso la que en aquel entonces, me refiero al año 2008, era mi profesora de gimnasia. Y casualidades de la vida, me animé a colaborar y terminé yo también como monitora.
Hábleme de sus clases de gimnasia. ¿En qué consisten?
Las clases son muy amenas y divertidas. Nos juntamos una vez por semana unas diez personas, hombres y mujeres. Intento que cada clase sea diferente y para ello suelo variar los ejercicios. Pongo música y hacemos distintos ejercicios, juegos, relajación... En ocasiones, también, les hago un suave masaje. Normalmente, suelo empezar por ejercitar el cuello, luego los hombros, brazos, manos, piernas y, finalmente, los pies. A veces les propongo juegos de reflejos con un balón, y nos reímos mucho lanzando la pelota por sorpresa.
¿Qué es lo que más satisfacción le aporta de su labor como voluntaria?
La mayor satisfacción es verles contentos y agradecidos. No solo disfrutan ellos, a mí también me viene muy bien, no solo para ejercitar el cuerpo, sino también para la cabeza, es decir, para mantener la mente activa.
Además de participar en las actividades de Nagusilan, ¿forma parte de alguna otra asociación?
Pertenezco a la asociación de mayores Helduen Hitza, una agrupación sin ánimo de lucro para personas mayores de 55 años cuyo objetivo es conseguir que el colectivo de personas mayores tengamos una presencia más activa en la sociedad en la que vivimos. Organizan muchas actividades y dos veces por semana ofrecen conferencias de diversa temática donde aprendemos muchas cosas.
En ocasiones, cumplir años nos parece algo negativo; veamos también los aspectos positivos. ¿En su opinión cuál es la mayor ventaja de ser una persona mayor?
Tener tiempo para poder ayudar a otras personas que lo necesiten. Es algo que seguiré haciendo mientras tenga salud. De hecho, además de las clases de gimnasia, me estoy planteando ofrecerme para hacer acompañamiento a personas solas. l