En el mundo de la nutrición, constantemente surgen nuevas teorías y recomendaciones sobre la mejor manera de consumir los alimentos. Uno de los temas que ha ganado relevancia recientemente es el impacto de congelar el pan en la salud.
Pablo Ojeda, un reputado nutricionista conocido por sus intervenciones en televisión y redes sociales, ha compartido información sobre cómo este proceso puede afectar la composición del pan y su impacto en el organismo. Pero, ¿es realmente beneficioso o se trata de un mito sin fundamento científico?
¿Qué es el almidón resistente?
Uno de los principales argumentos a favor de congelar ciertos alimentos radica en el fenómeno del almidón resistente. Se trata de un tipo de carbohidrato que, en lugar de ser digerido rápidamente en el intestino delgado, llega intacto al colon, donde se comporta como una fibra fermentable. Este proceso tiene varios beneficios potenciales para la salud digestiva y metabólica.
Según Pablo Ojeda, el almidón resistente se genera cuando alimentos ricos en almidón, como la patata, el boniato, la quinoa, la yuca y el arroz, son cocidos, enfriados en la nevera durante al menos 12 horas y posteriormente congelados. En este estado, su estructura química cambia y adquiere propiedades beneficiosas para el organismo.
Beneficios del almidón resistente
El consumo de alimentos con almidón resistente puede ofrecer varias ventajas para la salud, entre ellas:
- Mejora de la salud digestiva: Este tipo de almidón actúa como un prebiótico, alimentando las bacterias buenas del intestino, reduciendo la inflamación y favoreciendo el tránsito intestinal.
- Regulación del azúcar en sangre: Ayuda a evitar los picos de glucosa, lo que puede ser beneficioso para las personas con resistencia a la insulina o diabetes.
- Mayor saciedad y energía sostenida: Su absorción más lenta contribuye a prolongar la sensación de saciedad y reduce los antojos, lo que puede favorecer el control del peso.

La patata, el boniato, la quinoa, la yuca y el arroz son alimentos ricos en almidón.
¿Y qué pasa con el pan y la pasta?
Aunque congelar ciertos alimentos ricos en almidón puede mejorar su perfil nutricional, la situación es diferente en el caso del pan y la pasta. Pablo Ojeda advierte que, si bien este proceso también puede producir cierta cantidad de almidón resistente en estos alimentos, su impacto en la salud no es tan significativo como en el caso de otros productos como el arroz o la patata.
El pan, especialmente si es refinado, sigue siendo un alimento de rápida absorción, por lo que su efecto en la glucosa en sangre y en la saciedad no se modifica de manera drástica tras la congelación. Lo mismo ocurre con la pasta, cuya estructura cambia ligeramente, pero sin los beneficios notables de otros alimentos ricos en almidón.

Aunque congelar ciertos alimentos ricos en almidón puede mejorar su perfil nutricional, la situación es diferente en el caso del pan y la pasta
¿Mito o realidad?
Si bien congelar alimentos ricos en almidón puede potenciar la presencia de almidón resistente y ofrecer beneficios para la salud, el caso del pan es diferente. No se puede afirmar que congelarlo tenga un impacto significativo en la regulación del azúcar en sangre o en la salud digestiva, como ocurre con la patata o el arroz.
Por lo tanto, la idea de que congelar el pan mejora la salud es más un mito que una realidad con base científica. Sin embargo, esta práctica sigue siendo útil desde un punto de vista logístico, ya que permite conservar el pan por más tiempo sin perder su textura y sabor. Para mejorar la salud a través de la alimentación, los expertos recomiendan optar por opciones integrales y moderar el consumo de harinas refinadas, en lugar de depender de la congelación como estrategia de mejora nutricional.