Navarra

Moda con aires de carnaval y raíces en Altsasu

Iris Ramos Álvarez muestra en el Centro Cultural Iortia ‘Sustraiak’, una colección que busca visibilizar esta fiesta a través de la ropa.
Iris Ramos Álvarez junto a algunos de las prendas de la colección Sustraiak que se puede visitar en el Centro Cultural Iortia.

La exposición sobre el carnaval de rural que se puede visitar estos días en el Centro Cultural Iortia también es un espacio de moda. Y es que se muestra la colección Sustraiak de Iris Ramos Álvarez, inspirada en esta fiesta, el trabajo de fin de grado de esta joven de 21 años de Altsasu que ha cursado Diseño y Moda en Oviedo. “Tenía que realizar el TFG y quería hacer algo muy personal y también diferente. El carnaval rural es una de nuestras tradiciones más especiales y bonitas, mi preferida desde pequeña. En Asturias no se conoce y quería visibilizarlo de alguna manera”, apunta.

Otro objetivo era reivindicar el pueblo de Altsasu. “Está muy estigmatizado. Te das cuenta cuando sales a estudiar de fuera y te preguntan de dónde eres, algo que también les ha pasado a otras amigas”, observa. “Lo poco que se conoce es desde una visión negativa y quería cambiar eso. Para nada es lo que se ha contado ni lo que quieren que se vea. Me parecía una manera de dar a conocer la cultura y la identidad de un pueblo, de transmitir la fuerza que este carnaval emana y todo aquello que representa. Y sobre todo, preservar esta tradición tan bonita y especial”, incide.

Si bien diseñó 25 modelos, cuyas fichas se pueden ver en la exposición, cogieron forma cuatro, diferentes propuestas en las que el blanco y el rojo, los colores del momotxorro, tienen especial protagonismo. También el negro, el color de la noche y las sorgiñas.

VOCACIÓN

Iris Ramos siempre ha tenido claro que quería ser diseñadora de moda. “Desde pequeñita me gustaba mucho dibujar, sobre todo vestidos”, recuerda. Así, realizó Bachillerato artístico y después el grado en la Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología, donde ha tocado todos los palos del sector, desde el corte, la confección, el patronaje o el escalado, pasando por el estilismo, los tejidos y materiales, el marketing y la comunicación. “La carrera me ha gustado mucho. Me ha reafirmado aún más en la elección”. Continuará su formación con un master sobre moda y empresa. “Antes de lanzarme a la piscina, quiero conocer las empresas de moda por dentro y adquirir experiencia. Acceder a una marca conocida es un muy difícil. Es un mundo muy cerrado”, señala.

Su sueño es poder llegar a tener su propia marca. “No quiero que sea ropa de lujo, me gustaría crear prendas para el día a día con un toque diferente”, apunta.

Sus principales referentes son Alexander McQueen y Vivianne Westwood. “Son dos diseñadores con mucho carácter que no tenían una familia detrás, forjados desde abajo. Fueron revolucionarios”, cuenta. Del primero destaca “su brutalidad atemperada con lirismo. La sensibilidad gótica de un cuento de los Hermanos Grimn está más cerca del espíritu de su ropa que el fetichismo, el gore y la misoginia de los que le acusan sus detractores. Fue uno de los padres y diseñadores más influyentes de la llamada moda salvaje”.

De la diseñadora de la anti-moda e icono del movimiento punk, señala que “no le van las convenciones, ni en la vida ni en la moda, de ahí que reinterprete y se apropie de varios símbolos del Reino Unido como la bandera, el mítico tartán escocés o sus kilts. Reivindicativa, provocadora y contestaría conde las haya, Westwood no ha renunciado a su activismo político”, observa. Para esta colección también se ha inspirado en diseñadores menos conocidos como Marina Eerrie, Simone Rocha, Lydia Petit y alumnos de Central Saint Martins sí como en ideas y conceptos artísticos.

Por otro lado, esta joven se muestra crítica con el consumismo voraz de la moda. “Es una de los sectores más contaminantes, sin olvidar que hay explotación infantil. Se produce a un ritmo que es insostenible”, observa. Así, frente a la moda low cost de usar y tirar, aboga por ropa de calidad “que se puede llevar muchos años”, y de reutilizar prendas guardadas en el armario o de segunda mano, que también se puede reciclar para darle otros aires. “Deberíamos ser conscientes de todo lo que hay detrás”, observa, al tiempo que defiende la moda como una forma de expresión artística. “Frente a la imagen frívola de la moda, yo la entiendo como un arte con el que se puede experimentar, expresarte sin ningún miedo. Algo personal que puedes llevar a tu terreno y ayuda a sentirte más libre. No es algo cerrado”, destaca.

En relación al panorama de la moda actual, apunta que “se están haciendo cosas muy interesantes, sobre todo en la ropa de hombre, se están quitando muchos estigmas y todo es más andrógino”.

TRADICIÓN

De vuelta al carnaval, Iris Ramos volverá a salir el próximo martes de sorgiña, un personaje que repite cada año pero siempre diferente. “Juego sobre todo con el maquillaje y el peinado. Sin cambiar la tradición, trato de modernizarlo”, cuenta. Lo cierto es que las brujas dan especialmente juego a la hora de hacer volar la imaginación, al contrario de los juantranposos, atrapados en mullidos trajes de tela de saco. Precisamente, esta joven, junto con Naiara Urkijo, está confeccionando nuevos trajes para estos personajes que buena parte del tiempo están tirados por el suelo. “Tienen muchos años y están rotos. Estamos intentando solucionar los problemas que tenían, sobre todo a la hora de la movilidad”, explica.

18/02/2023