Monje: “El ambiente fue tremendo. La grada hace moverse a los demás, estuvo de 15, no de 10, y el equipo se siente feliz”

La familia athleticzale saborea en este día después la clasificación de su equipo para los cuartos de final de la UEFA Europa League, en los que espera el Rangers escocés. Estar en la final de San Mamés, a jugarse el 21 de mayo próximo, ya es solo cosa de ocho, y el Athletic ha ganado enteros para no perdérsela tras el autoritario triunfo de anoche sobre la Roma.

Siendo objeto del pertinente análisis, el partido estuvo condicionado por dos factores, tal y como señala en ONDA VASCA su jefe de deportes, José Manuel Monje. Por un lado, la temprana expulsión del central alemán del cuadro transalpino, Mats Hummels, y por otro, el hermanamiento que, a todos los niveles, se vivió en La Catedral. Y es que esta vez, sí, nadie hizo huelga ni se guardó un gramo de energía para alentar a sus futbolistas hasta la victoria en tan importante cita, con media temporada en juego.

"El ambiente fue tremendo. Casi ni nos oíamos ni nos entendíamos", en los pupitres de radio, indica Monje. "La grada estuvo soberbia. No hay mejor muestra para todos los que están metidos en el follloncete de la grada que ver lo que pasó ayer. El equipo se siente respaldado, ayudado, arropado y feliz. Lo que hace la grada hace moverse a todos los demás, así que zorionak a todos los que estuvisteis, que estuvisteis de 15. No de 10, de 15", certificando lo que Ernesto Valverde comentó en la rueda de prensa pospartido, que "estando todos juntos, somos más fuertes".

La otra clave de la noche para que todo quedara en casa y se siga vivo en la competición vino en los primeros compases del choque. "La cosa se puso realmente bien por el error que Hummels comete. Es un pase que da mal y mi gran Maroan Sannadi, que está en todas, que se pega con todo cristo, que es un fenómeno y que está al quite. Y esta jugada es muy determinante. Hablamos mucho de los dos goles de Nico y el golazo que metió también Yuri, pero lo de Maroan fue un auténtico golazo".

"Porque en ese momento la eliminatoria quedaba muy, pero que muy arreglada. No es habitual que un equipo se quede con un futbolista menos en el minuto diez. Y es que te quedas con uno más, y no solo eso. Es que encima juegas en tu casa y, con la tralla que el Athletic mete a los partidos, la Roma lo iba a pagar". Así fue. Era cuestión de tiempo, y el equilibrio de la eliminatoria llegó en la última acción de la primera parte como si el karma quisiera devolver al Athletic lo perdido en el último segundo de la ida en el Stadio Olímpico romano. "Claro que el equipo me gustó, y en acierto tuvo llegada e impulso porque mi gran amigo, el teutón Hummels, se autoexpulsó".

Y es que "el Athletic tiene llegada con los Williams, que si no están lo de ayer no pasa. Son muy diferenciales, y Ruiz de Galarreta estuvo soberbio", concluye Monje en 'La Movida Deportiva'.